La represión
El gobierno foxista se termina en un baño de sangre, luego de la brutal represión que hiciera el día de ayer (20 de abril) la Policía Federal Preventiva de los trabajadores mineros en huelga de Ciudad Lázaro Cárdenas (Michoacán), abriendo así un nuevo escenario político en el país.
1. La violenta represión llevada a cabo por el gobierno de Vicente Fox de los 3 mil trabajadores mineros de la sección 271 -que desde hace 18 días se hallaban en huelga ante la pretensión del gobierno foxista de imponerles a un incondicional suyo como dirigente sindical-, con saldo de varios muertos y más de 100 heridos de bala, es un indicador de las acciones que será capaz de tomar en las próximas semanas el grupo de panistas de El Yunque que gobierna a México ante el riesgo de perder el poder.
2. El nerviosismo no puede normar las acciones de un gobierno, en especial cuando el Ejecutivo se halla en manos de un individuo que desde meses atrás ha dado muestras de un profundo desequilibrio, y sin embargo, lo que era evitable aconteció. Varias voces se habían levantado ya en los pasados días para advertir de los riesgos que entrañaba para el país la desesperación de Fox y de sus amigos ante el fracaso de su gestión y las evidencias de que Acción Nacional perdería las elecciones de este 2006, como la de José Emilio Pacheco, quien señaló en Proceso (núm. 1537) que la violencia verbal de Fox y de sus adláteres Felipe Calderón y Manuel Espino era preocupante en extremo porque, enfermos de poder, muy fácilmente podrían pasar de las palabras a los hechos, como desafortunadamente ya aconteció.
3. La responsabilidad criminal por lo acontecido recae en términos constitucionales en el propio Vicente Fox, pero también en los directamente implicados en la matanza: Eduardo Medina Mora (secretario de Seguridad Pública) y, desde luego, Carlos Abascal Carranza (secretario de Gobernación) y su secuaz Francisco Javier Salazar (secretario del Trabajo y Previsión Social), quienes desde hace semanas, envalentonados por la impunidad de que disfrutaban tras haber logrado evadir su responsabilidad criminal por dejar morir a los trabajadores en la mina de Pasta de Conchos, en San Juan de Sabinas (Coahuila) luego de la explosión del 19 de febrero, habían lanzado una escalada de iniciativas tendientes a un solo objetivo: destruir al Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros y Metalúrgicos de la República Mexicana (SNTMMRM), tal como lo exigen los consorcios trasnacionales y el nuevo primer ministro.
4. La escena de las fuerzas armadas disparando contra una multitud de trabajadores en huelga, armados sólo de piedras y palos, es un lugar común en la historia de América Latina, donde gobernantes sátrapas e imbéciles han cometido todo género de crímenes en su afán de imponer su voluntad a la realidad social. En México, sin embargo, la represión en Sicartsa de 2006 reviste la mayor de las gravedades, pues se le vio venir como consecuencia del empecinamiento de los extremistas de derecha que "gobiernan" a México desde Los Pinos en moldear la realidad social confome a sus intereses, y no se hizo nada por impedirla.
5. La actitud de los funcionarios del gobierno foxista hacia los trabajadores del sector minero a lo largo de las últimas semanas no fue sólo la de prepotentes servidores de los empresarios, afanosos de imponerles un nuevo marco legal para servir a unas cuantas grandes corporaciones, sino la de un desprecio y de un odio visceral hacia los trabajadores que probablemente no se veía en México desde los años de la Revolución Mexicana.
6. "Los mineros se las truenan", dijo por ejemplo Salazar en una entrevista con Milenio Diario (29 de marzo), tratando de responsabilizar a los trabajadores, y no a los empresarios, de la explosión en Pasta de Conchos (11 de abril), olvidándose de paso de que el gobierno es el principal responsable de lo que ocurra en las minas en materia de seguridad, pues las empresas que las explotan no son propietarias de éstas, sino simples concesionarias. Esto lo dijo un individuo que, como se sabe, tiene antecedentes penales, y aún así Vicente Fox lo hizo secretario de Trabajo, durante los días difíciles en que madres e hijos dolidos reclamaban los cuerpos de sus esposos y padres en Sabinas, por lo que se suscitó una andanada de exigencias para que fuese cesado, cosa que no hizo Fox, con las consecuencias que ya se ven.
7. El conflicto en Ciudad Lázaro Cárdenas, como no puede desconocerse, lo generó el propio Fox al pretender imponer a un líder charro, esta vez azul, al frente del sindicato minero, con la finalidad de buscar su desmantelamiento. El, como sus colaboradores Abascal y Salazar, fueron quienes en una serie de decisiones irracionales se empecinaron en terminar a la mala con el movimiento sindical en el ámbito minero a fin de satisfacer las exigencias de las grandes corporaciones concesionarias de las minas de tener una mano de obra barata y no sindicalizada, carente de derechos colectivos y sociales. Y es él, en fin, quien para satisfacer esos intereses de las tres grandes empresas concesionarias ahí enquistadas ordenó que la PFP desalojara por la fuerza a los 3 mil mineros en huelga, pues es el único que pudo legalmente hacerlo, y ello a sabiendas de que los trabajadores se iban a resistir en defensa de sus intereses legítimos. En todo caso, hace tres días había ya advertido, amenazador, durante un viaje por Michoacán, donde se entrevistó con los concesionarios, que esas empresas deberían "regresar" al trabajo, y que para ello "no había tiempo que perder en argumentos y debates políticos" (17 de abril).
8. Fox cumplió su promesa de intervenir con la fuerza pública poniéndose del lado de los empresarios y, por lo mismo, es sobre quien recae la responsabilidad criminal por dar la orden de tirar sobre trabajadores desarmados. Es él quien deberá enfrentar las acciones legales correspondientes que pueden llevar a su destitución, y es él quien, desde luego, deberá enfrentar el juicio de la historia, junto con los funcionarios venales corresponsables de la matanza: Abascal, Salazar y Medina Mora.
9. La primera reacción del SNTMMRM, que subraya la responsabilidad delictiva de Fox, y las de otras organizaciones sociales, que abiertamente lo llaman "asesino", dan cuenta del escenario de tensión que se está creando en el país en este año de elecciones y de relevo gubernamental, por la pretensión de los extremistas de El Yunque que gobiernan México, de no dejar el poder y de seguir gobernando con Calderón.
10. Los extremistas de derecha del PAN están demostrando en los hechos que son capaces de todo, y es por ello que urge detenerlos cuanto antes y someterlos a la razón y al derecho para evitar que el país vaya hacia la pendiente de violencia a la que ahora, sabiéndose perdidos, quieren llevarlo.