ASTILLERO

Julio Hernández López

Respeto

Sangre minera anunciada

Pedagogía del narcotráfico

Responsables de la violencia

LOS PODEROSOS quieren que se aprenda a respetarlos. El gobierno de los empresarios y para los empresarios (ayudado por su contraparte local, un ahumado personaje de nombre Lacayo Cárdenas, siempre dispuesto a servir al jefe Fox) lanzó centenares de policías contra obreros en huelga para desalojarlos de su centro de trabajo y enseñarlos a que obedezcan los preceptos del acaudalado patrón de conducta denominado Don Estado de Derecho.

LA SANGRE DERRAMADA en Ciudad Lázaro Cárdenas forma parte de la historia trágica que en Pasta de Conchos, Coahuila, mantiene aún bajo tierra los restos de decenas de proletarios también sacrificados por la visión patronal con la que ejercen las funciones de gobierno los torvos personajes que ocupan la Presidencia de la República y las secretarías de Gobernación y del Trabajo. Vicente Fox, Carlos María Abascal y Francisco Javier Salazar son los responsables políticos e históricos de lo que ha sucedido en la mina coahuilense y, ahora, en los terrenos de Sicartsa.

EL GOBIERNO FEDERAL fue y sigue siendo cómplice del incumplimiento sistemático de normas de seguridad en las minas del país y, en el caso de la ubicada en la zona carbonífera con capital en Monclova, también de la dolorosa secuencia de insensibilidad y complicidad que alargó tramposamente en los familiares de los deudos una esperanza de supervivencia sabidamente inexistente, que operó, dosificando información y manipulando tiempos, en razón de los intereses económicos y bursátiles del Grupo Minera México, de Germán Larrea (quien sigue cosechando triunfos en el Hipódromo de las Américas: su potranca, Shine girl, ganó la cuarta carrera de la tarde del Viernes Santo).

LO SUCEDIDO AYER en Ciudad Lázaro Cárdenas es consecuencia de las decisiones tomadas por la peligrosa ignorancia militante del Presidente, el credo ultraderechista de la dupla Abascal-Salazar (el secretario del Trabajo usaría el seudónimo de Capablanca en las sesiones de El Yunque, según testimonios recabados por el periodista Alvaro Delgado) y los probables compromisos derivados de la ayuda económica a campañas blanquiazules que, como ha sido su costumbre, otorgan empresas dedicadas a corromper políticos, como el Grupo Industrial Minera México y Villacero.

ESA COMBINACION de deplorables factores provocó que el gobierno federal declarara la guerra a un líder pillo y arbitrario, como es Napoleón Gómez Urrutia (Napito, o Napo II), a quien los dueños de las empresas antes mencionadas detestan porque sus métodos de chantaje son poco suaves (otros parásitos del sindicalismo, por ejemplo, la CTM, suelen ser más sosegados) y porque ha peleado dinero de los trabajadores que los patrones querrían embolsarse y Napito les ha quitado para, a su vez, robárselo él mismo y no los capitalistas. Por medio de una maniobra absolutamente irregular, la Secretaría del Trabajo quiso destituir al pillo indeseado, Napito II (con el beneplácito de pillos aliados, como el porro multimillonario Víctor Flores y el aristócrata de las cuotas sindicales Joaquín Gamboa Pascoe) y, ¡oh, ironías de la historia!, convirtió al nefasto Gómez Urrutia en objeto de defensa del sindicalismo menos peor (el encabezado por el casi eterno Francisco Hernández Juárez) y en causa defendible hasta con la vida por trabajadores que creen estar en mejores condiciones de mantener su trabajo y sus prestaciones bajo el mando corrupto de Napito que con el presunto mesías inventado por el foxismo en la persona de un tal Elías Morales).

EN ACAPULCO, otro factor de poder exige consideraciones y acatamiento. La fotografía del caso deja poca materia para la elucubración. Un enrejado muestra la palabra "gobierno" (es una parte de la frase "Secretaría de Finanzas del Gobierno del Estado de Guerrero") y sobre él, en los picos metálicos, la cabeza de uno de los jefes policiacos del puerto, mientras abajo, a unos centímetros de la pieza decapitada, hay una pancarta de color rojo en la que se puede leer el exhorto de buenos modales del narcotráfico educante: "para que aprendan a respetar". En esa fotografía no parece faltar nada de lo que hoy es el gobierno: la exhortación moral a que las presuntas autoridades sepan comportarse con atención y cortesía, y la exhibición macabra de lo que sucede cuando los párvulos no atienden las instrucciones recibidas.

DOS POLICIAS DECAPITADOS como saldo del embate de fines de febrero en que agentes locales enfrentaron a mafiosos que, para no bajar de sus camionetas, argüían pertenecer a la Agencia Federal de Investigación. Muertos en la refriega, los narcotraficantes han sido vengados por los jefes que, con gran sentido pedagógico, han hecho saber a los policías guerrerenses, y de todo el país, lo que sucede a quienes se atreven a confrontar a un poder implacable que, en todo caso, nada más pide respeto a sus actividades económicamente muy exitosas.

Firme, enérgico, decisivo, el hombre que puso a Abascal y a Salazar de secretarios, y que ha convalidado las políticas facciosas de estos personajes, ha ordenado que se investiguen a fondo los hechos de Lázaro Cárdenas. Gran presidente Fox que reúne a su gabinete de seguridad sin quererse enterar de que el mal ha surgido en casa: presidentes necios que culpáis a lo de fuera sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que denunciáis. ¡Ah, qué poca... respetabilidad!

ASTILLAS: Así comenzó Fox: ayer, López Obrador confundió el artículo 3º de la Constitución con el 123. Lo bueno es que no dijo que Jorge Luis Borges había sido un líder sindical de la educación... Chente Fox corrigió ayer a su vocero: no trata de quitar a Palacio Nacional su condición de sede del Poder Ejecutivo. Según eso, cada peje podrá escoger dónde dormir si llega el caso, aunque el mencionado Chente aprovechó el caso para quejarse de innombradas personas que se sienten el ombligo del mundo... ¡Feliz fin de semana, mientras el Senado ha aprobado reformas a las reformas de la ley Televisa y los gringos anuncian peores medidas contra los indocumentados!

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