Terminó ayer en Bogotá la décima edición del encuentro con gran éxito de público
Mostró el festival de teatro de Colombia las nuevas tendencias escénicas
Destacó la participación de obras mexicanas como El cabaret de maíz, de Jesusa Rodríguez
Ampliar la imagen Todo tipo de personajes se pudieron ver en Bogotá por la décima edición del festival de teatro Foto: Agencias
Ampliar la imagen Todo tipo de personajes se pudieron ver en Bogotá por la décima edición del festival de teatro Foto: Agencias
En la décima versión del Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá, más de dos mil artistas provenientes de 42 países de los cinco continentes, bajo el lema El mundo en escena, montaron del 31 de marzo y hasta ayer, 15 de abril, las tendencias actuales de las artes escénicas, en Colombia. La muestra estuvo conformada por corferías, cuenteros, presentaciones especiales, seminarios y principalmente teatro de calle y de sala, donde sobresalen puestas en escena como Babel, del Burgtheater de Austria; Hamlet, dirigida por el mexicano Martín Acosta, con un elenco colombiano; El vientre de la ballena, del Teatro Mladinsko de Eslovenia; La prima de Pantagruel, de Silviu Purcarte de Francia; nuevo teatro africano con Las hojas que resisten el viento, con la compañía Koffi Koko de Benin y Opera China con la impresionante Ciudad de Tebas.
En esta ocasión Rusia fue el país invitado de honor por ser la cuna del teatro moderno, lugar donde surgieron propuestas que abrieron el horizonte sobre la concepción del arte escénico. Junto a él, se encuentran los Balcanes con la presencia de Serbia, Eslovenia, Croacia, Macedonia y Montenegro como invitados especiales por ser los portadores de ideas para llevar a escena la diversidad de tradiciones locales.
Presencia de México
Tras cumplir 16 años de existencia, y pese a que a veces se ha visto afectado por cuestiones como la violencia interna, en opinión de los organizadores, el festival pretende la integración artística de los países de América Latina ante el mundo, lo cual ha llevado a Colombia a ser considerado uno de los espacios más importantes en el arte escénico debido a su capacidad de convocatoria, cantidad y su diversidad en géneros.
Cabe mencionar la presencia de México con las compañías teatrales independientes como Teatro Rodante, con la puesta infantil Animalias; la compañía DramaFest, con Las chicas 3.5 floppies, y la compañía Las Patronas de Jesusa Rodríguez con su polémica propuesta escénica El cabaret de maíz, que, bajo la dirección de ella misma, conjuga diversos lenguajes para reinterpretar al hombre de maíz quien busca reintegrarse a la tierra, ahora amenazada debido a la importación de toneladas de productos transgénicos de Estados Unidos a México.
Diecisiete días transcurrieron por las calles de Bogotá, sublimando a más de dos millones de espectadores con la fiesta del arte de la palabra viva, con ritmos, saltimbanquis, mimos, conferencias, talleres y homenajes a grandes maestros como al dramaturgo del Teatro de la Crueldad, Peter Brook (Londres 1925) y a Samuel Beckett (1906-1989), uno de los grandes autores que supo plasmar mediante el pesimismo, la condición de la humanidad.