Hasta el cierre de esta edición, las autoridades habían reportado saldo blanco
Bajo un cielo azul y un Sol inclemente, Jesús recorrió los barrios de Iztapalapa
Aun entrenado como deportista de alta competencia, su rostro dio muestra de fatiga
Las personas que desperdicien agua el sábado de Gloria, serán remitidas a la policía
Ampliar la imagen Escenografía donde la noche de este jueves se representó la última cena. A la derecha, un vendedor de coronas para nazarenos Foto: Francisco Olvera
Bajo un cielo despejado, esos cúmulos de agua al vapor que amansan los férreos rayos solares, la 163 representación del vía crucis, recorrió los ocho barrios de Iztapalapa ante miradas atónitas de cientos de miles de vecinos y curiosos, ojos que en momentos llegaron a humedecerse.
El extenso cortejo en el que Jesús, María, su madre, Judas, Barrabás, la buena samaritana, Magdalena, Pilatos, en fin, la totalidad de la nomenclatura bíblica, personajes todos encerrados en un cuadrilátero que se elonga más allá del kilómetro y que es limitado por otro numeroso ejército de varones ataviados con sus túnicas púrpuras, los nazarenos, serpenteó por las principales calles y callejuelas de la delegación más poblada del Distrito Federal.
Un Cristo, personificado por Ramsés Reyes León, de caminar sereno y seguido por una compungida María, a quien Irasema Morales Navas se encargó de interpretar, fueron destinatarios de los rezos y persignadas del pueblo que se agolpó en las estrechas banquetas y hasta uno que otro acto de espontánea fe, como la del alcohólico que, muy al comienzo de la procesión, se le acercó a Jesús para implorarle que le ayudara a librarse de sus males, incluido el beberaje.
Por años la Pasión fue responsabilidad absoluta de los lugareños, hasta que por ahí de principios de la década de los años 70, según rememora Angel Granados, la delegación la adoptó como suya.
Una vez los zapatistas prestaron la caballada
La pasión jamás se ha visto suspendida, ni en los difíciles días de la Revolución, pues, añade Granados, "aquí, en casa de mi abuelo durmieron los zapatistas y hasta me contaron que prestaron la caballada". Hoy, otra tropa, la del Agrupamiento Montado de la Secretaría de Seguridad Pública, prestó 71 animales para el acto.
Los lugareños aportan prácticamente todo lo concerniente al vestuario de los cientos de personajes que participan en los festejos de la Semana Mayor, pues en ese carácter festivo ha devenido la tortuosa caminata, no exenta, en algunos casos, de momentos de humor involuntario, como cuando hace ya algunos años Pilatos, al sentenciar a Jesús, lo hizo en nombre del Presidente de la República Mexicana y no como -dictan los libros- representando al Imperio Romano; o cuando "hará cuestión de cinco años -recuerda Gema Cedillo, María Magdalena, en ese entonces- en la segunda caída, se le cayó la peluca al apostol Juan, quien tuvo también que tirarse al piso, fuera del script, para recoger el aplique.
Ser cualquiera de los personajes centrales es invariablemente signo de estatus, algo que este año perdió Tito Domínguez: y es que a Judas se le ocurrió el año pasado llevar un letrerito con la leyenda "No al desafuero", pero para su desgracia el Comité Organizador no estuvo de vena para solidaridades.
Algunos jesuses pasados aún van con fervor a presenciar el martirio, como el caso de Mauricio Ubaldo Salazar, quien la hizo de Cristo cuatro veces, tres años seguidos a partir de 1971 y luego otra hace exactamente hace tres décadas. Este fornido trabajador telefónico asegura que fue "lo máximo" y refiere que él hizo religioso ayuno: no comió ni bebió los tres días previos a cargar su cruz, que pesó 74 kilos, y el trayecto lo caminó descalzo. Hoy la preparación a que se somete Jesús se asemeja a la de un deportista de alta competencia: correr, gimnasio, dieta, complementos vitamínicos.
La última cena
Era ya casi la hora de la última cena, y se veía a un Jesús que ya acusaba la fatiga de la caminata, que comenzó casi cinco horas antes, y sus 12 apóstoles, se disponían a cerrar la jornada.
Para este viernes la crucifixión se verá alterada un poco, pues debido a los recientes hallazgos arqueológicos en el Cerro de la Estrella la delegación y el INAH prohibieron el empleo de vehículos pesados, por lo que los fotógrafos y camarografos no podrán realizar tomas montados en grúas.
Vigilancia
Los elementos de la policía capitalina, desplegados principalmente en la delegación Iztapalapa y otras demarcaciones de la ciudad, donde se realizan celebraciones por Semana Santa, no han reportado hasta el momento ningún foco rojo en materia de seguridad, ya que aunque las concentraciones masivas hacen necesario que hayan servicios de emergencia y seguridad, los visitantes acuden a este tipo de celebraciones, de manera ordenada y tranquila, informaron autoridades de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal.
Por su parte, el titular de la dependencia, Joel Ortega Cuevas, dijo que además de los mil 223 elementos de la policía, los 137 vehículos, y el helicóptero Cóndor, dedicados al operativo de vigilancia y vialidad, habrá diferentes puntos de asistencia con ambulancias del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas.
Asimismo, dijo, se llevarán a cabo cortes a la circulación en la calzada Ermita Iztapalapa, a partir de la calle San Felipe de Jesús y hasta Libertad, así como en avenida Hidalgo, Moctezuma, Allende, Cuauhtémoc, Aztecas y los alrededores del Jardín Cuitláhuac.
Ortega informó que la vigilancia incluye la instalación de alcoholímetros en las salidas de las carreteras federales y que, hasta ayer, 29 conductores superaron los niveles permitidos de alcohol para manejar, por lo que fueron remitidos a un juzgado cívico.
El jefe de la policía capitalina recordó que aquellas personas que sean sorprendidas desperdiciando agua el sábado de Gloria serán penalizadas con una multa de 21 a 30 salarios mínimos o un arresto de 25 a 36 horas, de acuerdo con la Ley de Cultura Cívica del Distrito Federal.