LOS SIETE PECADOS CAPITALES: LA LUJURIA
Saturan ejemplos de ''deleites carnales'' la literatura y el cine
Pier Paolo Pasolini llevó a la pantalla grande 120 días de Sodoma, obra del autor francés
En días de recogimiento, se sugiere leer las novelas de Juan García Ponce en ese género
Ampliar la imagen Fragmento del cuadro El jardín de las delicias, del pintor y grabador holandés El Bosco (1455-1516), que se encuentra en el Museo del Prado, de Madrid. En ese lienzo ilustró ''el peor'' de los pecados: la lujuria
Ampliar la imagen El Marqués de Sade (1740-1814)
La lujuria, define el Diccionario de la lengua española de la Real Academia, proviene del latín luxuria y es, en su primera acepción, el ''vicio consistente en el uso ilícito o en el apetito desordenado de los deleites carnales" o bien ''exceso o demasía en algunas cosas".
De ello la literatura y el cine están llenos de ejemplos saturados de pollas, penes, senos, coños y otras más subidas de tono que le dan más sabor al género lujurioso.
El Divino Marqués
En la literatura el primer nombre que llega es el lujurioso por excelencia: el Divino Marqués, mejor conocido en el bajo mundo de los libros eróticos (algunos dirán pornográficos) como Donatien Alphonse François de Sade, el marqués de Sade, quien puso de cabeza la moral de los franceses de la época y aún en el siglo XXI sigue causando revuelo por su filosofía del placer carnal y sus excesos, por encima de todo: incestos, orgías, sacerdotes pecadores, hombres, mujeres, niños, el dominio del uno sobre el otro, el crimen como potenciador del sexo, todo como parte de un ejercicio (¿experimento?) filosófico de libertad total, aunque sí maneja una distinción entre lo bueno y lo malo.
Algunas de sus obras de contenido más explícito son Filosofía en el tocador, Justine o las desventuras de la virtud, Juliette y Los 120 días de Sodoma.
No fue uno de esos escritores que imaginaba situaciones para después plasmarlas en blanco y negro: en su vida experimentó varias de las cosas que se leen en sus novelas, la mayoría de ellas escritas en prisión, y sus relaciones con hombres y mujeres han dado para escribir muchas biografías e inspirar toda clase de filmes, uno de ellos es el que se basó en 120 días de Sodoma, dirigida por Pier Paolo Pasolini (1922-1975).
Entre las más recientes figura Letras prohibidas: el marqués de Sade, dirigida por el realizador Philip Kaufman.
Sade murió en 1814 y casi 50 años después apareció La novela de la lujuria, de autor anónimo, que recorre todo el camino trazado por el marqués añadiéndole el atractivo de que, según los estudiosos, es una autobiografía. En español fue publicada por la editorial Tusquets y el personaje principal es Charlie Roberts (seudónimo), quien se inicia a los 14 años en el placer del sexo.
No hay críticas ni condenas morales, las cosas suceden de manera natural y nadie se cuestiona si está bien o mal o si atenta contra cualquier religión o creencia. Charlie descubre el sexo, lo disfruta y en el camino se encuentra personajes dispuestos a enseñarle o a aprender de él sin importar parentesco, edad o género.
Muerte y sexo en Bataille
Muerte y sexo son, en tanto, los temas centrales de Historia del ojo, de Georges Bataille, pero quedarse en ese plano es desvirtuar algunas de las mejores páginas de este autor francés, pues otra de sus variantes es su relación con el surrealismo; es uno de esos libros a los que hay que darles dos o tres leídas para extraer todos sus secretos.
En la literatura mexicana dos ejemplos de novelas lujuriosas (y sabrosas para este fin de semana): Inmaculada o los placeres de la inocencia y Crónica de la intervención. El autor es Juan García Ponce, uno de los mejores escritores del género erótico dentro de las letras hispanoamericanas.
Si dan ganas... de una película, es bueno planear un tour a las videotecas o centros de renta de videos y dvd para preguntar por títulos como Garganta profunda, El libro de cabecera, Viólame, El imperio de los sentidos, Luna amarga, Segunda piel, El piano, La ley del deseo, Ese oscuro objeto del deseo, Bella de día, 91/2 semanas, Obsesión, Pantaleón y las visitadoras, Deseando amar, Intimidad, El cocinero, su esposa y su amante, Ojos bien cerrados y Juego de lágrimas.