Trabajadores sin papeles representan el 3 por ciento de la fuerza laboral mundial
El 10% de personas que nacen en México se van a EU: OIT
Augura el organismo un incremento de este fenómeno internacional en este siglo
Ampliar la imagen Un grupo de migrantes originarios de Chiapas esperan la oportunidad de cruzar la frontera hacia Estados Unidos Foto: Ap
La migración laboral tiende a incrementarse y a hacerse cada vez más compleja, advierte la Organización Internacional del Trabajo (OIT), por lo cual se requiere del "diálogo entre los países de origen, tránsito y receptores", pues así se podrá "regular este fenómeno y proteger a estos trabajadores, de manera que sea una propuesta favorable para las naciones involucradas".
Según datos de la OIT, actualmente los poco más de 90 millones de trabajadores migrantes en el mundo, representan "3 por ciento de la fuerza laboral mundial", y destaca que ya a mediados de la década de los 90 los envíos de remesas "superaron el monto de los subsidios oficiales para desarrollo. Resalta que en 2003 el Banco Mundial indicó que estos envíos alcanzaron en los países en desarrollo los "115 mil millones de dólares".
En el estudio concluido en marzo de este año, denominado Administrar la migración laboral en el siglo XXI, la OIT refiere que existe una marcada dualidad en los recibimientos de estos trabajadores, ya que mientras a algunos (los menos) los acogen "con alfombra roja, a los indocumentados (en general) se les recibe con reclusión y deportación".
En este informe, el "aumento de las diferencias demográficas y económicas", entre otras, augura un "incremento de la migración internacional durante este siglo", y destaca casos como el de México y Estados Unidos. En este punto advierte que "alrededor de 10 por ciento de las personas que nacen en México terminan emigrando hacia Estados Unidos", y destaca que dado que esta última nación se "percibe a sí misma como un país de inmigrantes, con la consigna e pluribus unum (de muchos, uno), la mayoría de los estadunidenses creen que este tema es de interés nacional".
La OIT acota que el problema es cómo administrar la migración laboral para que ésta no sea un problema, tal y como se percibe en los países miembros de la Unión Europea, que actualmente reciben migración de Europa Oriental, de Asia y países africanos (se calcula que de los 26.5 millones de migrantes económicamente activos presentes en Europa y Asia Central equivalen a 4 por ciento de la fuerza laboral y de ese total entre 10 y 15 por ciento está en situación irregular).
Ejemplos claros de quienes son bien recibidos incluye a los programadores informáticos y otros profesionales calificados, los cuales se ven, con frecuencia "estimulados a permanecer como inmigrantes, mientras que los trabajadores agrícolas y los temporaleros son sometidos a normas que tienen la finalidad de remplazarlos y hacerlos salir del país después de pocos meses".
En suma, la estrategia por la que han optado muchos países desarrollados para enfrentar la migración laboral ilegal ha sido la "expansión de los controles fronterizos y el desarrollo de programas especiales para indocumentados", a los que sólo se les acoge durante un tiempo. Asimismo, ahora se busca satisfacer la mano de obra en "sectores laborales específicos", es decir, no se les distribuye en todo el mercado laboral.
Hace más de dos años y medio (en julio de 2003) entró en vigor un nuevo convenio de la OIT para regular la actividad y proteger los derechos de los trabajadores migrantes, acción complementaria a los convenios 97 y 143 sobre el mismo tema, y en respuesta al aumento de la migración laboral, la cual podría "duplicarse durante el próximo cuarto de siglo", según prevé la OIT.
Este organismo sostiene que a pesar de la "importancia económica vital" de los migrantes, particularmente por sus remesas, éstos "suelen ser considerados como mano de obra barata y flexible, y carecen de las protección jurídica básica. Los trabajadores que migran en forma irregular son especialmente vulnerables, ya que la amenaza de deportación les impide cualquier asociación sindical y los expone a condiciones laborales peligrosas".
El caso de las mujeres es aún más "preocupante" porque ellas se emplean en ocupaciones vulnerables, como el servicio doméstico, la diversión y la prestación de cuidados a niños y enfermos. Allí se da un "alto grado de subordinación entre ellas y el empleador".