La propuesta está desconectada de la problemática de los adolescentes, afirman expertos

Cambio irresponsable, la reforma a la educación secundaria: Gabriela Ynclán

Recomiendan que las modificaciones que se apliquen tengan una visión global de los escenarios

ROSA ELVIRA VARGAS

La Reforma Integral a la Educación Secundaria (RIES) no pasa de ser un cambio curricular que en un acto "sencillamente irresponsable" buscan imponer las autoridades de la Secretaría de Educación Pública (SEP) para que la próxima administración la ponga en práctica. Frente a este hecho irrebatible, lo correcto sería posponer su aplicación y abrir un auténtico espacio de análisis sobre el que, sin duda, constituye uno de los niveles de enseñanza más complejos en el sistema mexicano.

Tres estudiosos del tema, Gabriela Ynclán, Rodolfo Ramírez y Jesús Martín del Campo, coincidieron en lo anterior durante el foro convocado por La Jornada y la Casa Lamm para analizar la pretendida reforma en la enseñanza media. Con numerosos argumentos -reforzados además por una nutrida concurrencia de profesores, quienes expusieron sus propios resquemores hacia la RIES- los especialistas denunciaron que la SEP presenta una propuesta desconectada de la problemática real de la secundaria, de la formación de los adolescentes y del universo docente.

Con estadísticas sobre deserción, sobrecarga de materias y de horas de trabajo para los maestros, entre otros elementos de ese complejo universo, la maestra Ynclán apuntó que en la iniciativa oficial "todo es discurso, planteamientos sin fondo. (Y donde) nada de lo dicho y hecho permite vislumbrar transformaciones profundas a largo plazo, tal vez porque en el fondo se sabe que esta reforma no tiene un largo plazo, que sólo pretende salidas inmediatas para cumplir compromisos".

Alertaron sobre la posibilidad de que en un "albazo'' se publique la RIES en las próximas semanas, aun sin tenerse el resultado de la prueba piloto aplicada en 150 planteles.

Los académicos señalaron que la SEP insiste en heredar al próximo gobierno una reforma curricular que a simple vista muestra puntos débiles, tanto en la elaboración de sus planes de estudio como en la no consideración de problemas que la educación secundaria arrastra desde hace décadas, los cuales se han acentuado con el tiempo y que necesariamente debiera atender.

De entrada, apuntó Rodolfo Ramírez, la RIES no colocó en el centro de la reflexión para qué se quiere que el adolescente vaya a la secundaria. Convino en que la necesidad de cambios en ese nivel educativo es evidente, pues hasta ahora se ha insistido en el criterio de que la secundaria debe servir para la transmisión del máximo posible del saber acumulado en las distintas disciplinas, lo que además de una saturación ha hecho prácticamente inviables todas las reformas aplicadas.

En tal sentido, reflexionó, en México no se ha definido el núcleo sustantivo pedagógico de la secundaria y esa omisión se mantiene en la actual propuesta de reforma a través de reforzar un "currículo pretencioso''.

Así, apuntó el educador, "creo que la secundaria no está bien, pero la quieren descomponer aún más. La propuesta de la SEP no tiene nada de integral y en lugar de avanzar a un núcleo de saberes y competencias esenciales en el alumno, domina una lógica disciplinaria''.

La RIES quedará como un reacomodo de asignaturas con acento en la restructuración de las áreas de ciencias naturales y sociales, pues las demás materias se mantendrán más o menos como estaban en términos curriculares. Será entonces "el resultado de negociaciones y vacilaciones internas, un reacomodo superficial y sin sentido''.

Martín del Campo planteó la necesidad de no aplicar esta reforma y aplazarla. Es evidente, denunció, la obcecación de las autoridades educativas por creer que de ese modo se resolverán los problemas de la secundaria, cuando lo hasta ahora visto en la propuesta, es "un caos y un galimatías de temas que no van a ninguna parte.

"La escuela secundaria necesita cambios que tomen en cuenta sus diferentes escenarios y actores que en ella convergen. Los docentes y sus condiciones son parte de cualquier transformación educativa y está demostrado que no se les puede convencer sólo con retórica'', enfatizó Gabriela Ynclán.