Berlusconi impugna los resultados, pero plantea formar un gobierno de coalición
Triunfa La Unión de Prodi en las elecciones legislativas de Italia
El sufragio de residentes en el extranjero define el triunfo para la alianza de centroizquierda
Retiro de las tropas de Irak "en cuanto pueda", ofrece el ex presidente de la Comisión Europea
Ampliar la imagen En el orden acostumbrado: el viceprimer ministro italiano Gianfranco Fini; el primer ministro Silvio Berlusconi; el secretario general del partido Unión Democristiana, Lorenzo Cesa, y el ministro del Trabajo, Roberto Maroni, durante una rueda de prensa tras la derrota electoral en el Palacio del Quirinal, ayer en Roma Foto: Ap
Roma, 11 de abril. La coalición de centroizquierda encabezada por Romano Prodi ganó las elecciones legislativas en Italia con 158 escaños de 315 en el Senado, y 342 de 630 en la Cámara de Diputados, informó hoy el Ministerio del Interior tras un dramático recuento de votos.
Poco después, el líder de la coalición de centroizquierda La Unión, Romano Prodi, se proclamó vencedor de las elecciones realizadas domingo y lunes en Italia, y anunció que retirará las tropas italianas de Irak "en cuanto pueda".
En contraste, el aún primer ministro y candidato de la alianza derechista Casa de las Libertades, Silvio Berlusconi, no reconoció la victoria opositora e impugnó el resultado, al cuestionar la validez de 83 mil papeletas. "Nadie puede decir que ha ganado" advirtió Berlusconi, quien aseguró que reconocería el resultado del escrutinio "sólo después de que sea verificado jurídicamente".
El jefe de gobierno intervino después que el Ministerio del Interior divulgó los resultados que confirmaban la victoria de La Unión en las dos cámaras.
Después de haber alcanzado al alba la mayoría en la Cámara de Diputados, la coalición progresista se adjudicó cuatro de los seis senadores que designan los italianos residentes en el extranjero, logrando así la mayoría necesaria en el Senado para poder gobernar. La alianza conservadora obtuvo 156 senadores y 281 diputados.
Sin embargo, más de 83 mil boletas electorales han sido impugnadas, entre ellas 43 mil en la Cámara de Diputados y 30 mil 833 en el Senado.
"Nuestro pedido es legítimo", afirmó Berlusconi, quien recordó que en 2001, durante las elecciones precedentes, la diferencia entre los datos divulgados por el Ministerio del Interior y las boletas validadas por la Corte de Casación fue de 36 mil boletas, cifra que, subrayó, podría invertir el resultado.
"No se puede excluir que el voto de los italianos en el extranjero pueda ser considerado no válido", advirtió Berlusconi, quien denunció "numerosas irregularidades". Alrededor de 4 millones de emigrantes italianos o sus descendientes con pasaporte italiano fueron autorizados a votar en todo el mundo.
Los votantes en el exterior quedaron habilitados para elegir por primera vez a causa de una reforma constitucional que les reservó 18 bancas (12 diputados y seis senadores) en el Parlamento de Italia. Los italianos en el extranjero tenían plazo hasta el 6 de abril para votar por correo tras abrirse el proceso el 22 de marzo.
El 42 por ciento de los 47 millones de habilitados ejercieron su derecho al voto, por un total de 1.3 millones, según las cifras oficiales. En Sudamérica sufragaron 50 por ciento de los registrados en esa región.
Berlusconi no excluyó la formación de una gran coalición, como en Alemania, para gobernar en caso de que ninguna de las dos alianzas obtenga la victoria necesaria en las dos cámaras del Parlamento.
Esta posibilidad fue inmediatamente rechazada por los dirigentes del mayor partido de la oposición izquierdista, Democráticos de Izquierda, que interpretan la propuesta del jefe de gobierno como un gesto de Berlusconi de aferrarse al poder.
"Nos presentamos con una coalición definida y precisa y la ley electoral nos asignó un número de parlamentarios para poder gobernar", declaró Prodi, quien fue insultado y tratado de "idiota útil" por Berlusconi durante toda la campaña electoral.
La nueva ley electoral, adoptada hace seis meses por Berlusconi, terminó por beneficiar a Prodi al asignarle una premio como triunfador en la Cámara de Diputados, un mecanismo diseñado por el ex ministro para las Reformas, Roberto Calderoli, quien confesó que la ley era una "marranada" destinada a debilitar los adversarios.
La incertidumbre electoral impuso un compás de espera a los inversionistas en Italia, que esperaban la proclamación del vencedor de las elecciones legislativas de domingo y lunes para saber si el país cuenta con un gobierno fuerte.
Cualquiera que sea el resultado definitivo, "va a ser difícil gobernar", estimó Paolo Pizzoli, analista bursátil, quien considera el empate, la incertidumbre y el pedido de la verificación de las papeletas impugnadas como uno de los peores escenarios para el país.
Los analistas destacaban desde antes de los comicios que el riesgo de un resultado muy estrecho entre los dos grupos no facilita la aplicación de las reformas económicas necesarias.
Los programas de los dos candidatos además son muy vagos y no existen acuerdos concretos sobre las medidas económicas a tomar.
"Cierto nerviosismo reina en la Bolsa italiana", sostiene un comunicado divulgado este martes por los expertos de Banca Intesa. La Bolsa de Milán cerró este martes con una baja del 2.18 por ciento, y fue el peor resultado bursátil de Europa.
Washington pierde otro aliado
La derrota electoral de Berlusconi, tras las de José María Aznar en España y Pedro Santana Lopes en Portugal, significa la pérdida de otro aliado para el presidente estadunidense George W. Bush.
La reacción de Washington a los resultados electorales en Italia fue escueta. "Tenemos ganas de trabajar con quien quiera que sea el siguiente primer ministro. Italia es un buen amigo y aliado, y trabajaremos con ellos en varios asuntos", dijo el vocero del Departamento de Estado, Sean McCormack.
"Con la destitución aparente de Berlusconi, el presidente Bush pierde un desenfadado aliado en Europa y Medio Oriente", reportó el diario The Washington Post, al informar la salida del "extravagante magnate de los medios que se volcó a la política".
Cuando Berlusconi -el jefe de gobierno que más tiempo ha estado en el poder en Italia desde la II Guerra Mundial-, fue a Washington le permitieron dirigirse a una sesión conjunta del Congreso el 1º de marzo en italiano y fue fuertemente aplaudido por la mayoría republicana.
Berlusconi eliminó a Irak como tema de su campaña electoral prometiendo retirar las 2 mil 900 tropas de Italia hacia final de año, mientras que Prodi dijo que él podría hacer eso "tan pronto como sea posible".
Entre las primeras felicitaciones que recibió Prodi por su victoria aún no oficial, estuvieron las del Partido Socialista Obrero Español, gobernante en España, la del presidente argentino, Néstor Kirchner, así como la del presidente del Consejo de la Unión Europea, el canciller austriaco Wolfgang Shuessel, y la del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Dural Barroso.