Rompe Botnia acuerdo de detener la construcción pactado con Kirchner y Vázquez

Se agrava la tensión entre Argentina y Uruguay por queja ante La Haya

El gobierno uruguayo se inconformó por el corte de rutas y puentes de comunicación

STELLA CALLONI CORRESPONSAL

Buenos Aires, 11 de abril. En las últimas horas se agravó la tensión entre Uruguay y Argentina por el tema de las papeleras que se están instalando en la ciudad uruguaya de Fray Bentos, después que el gobierno del presidente Tabaré Vázquez envió una nota de queja al Tribunal de La Haya por el corte de rutas y puentes de comunicación entre ambos países que mantienen los vecinos de la orilla argentina del río que ambas naciones comparten.

Cuando todo parecía llegar a un punto de acuerdo, como lo habían logrado los presidentes Néstor Kirchner y Vázquez, con el levantamiento de los cortes de los pobladores de la costa argentina del Río Uruguay que divide a ambos países, la empresa finlandesa Botnia que se había comprometido a detener la construcción de las plantas, se volvió atrás imprevistamente.

El informe de la cancillería uruguaya sostiene que la presentación ante La Haya es "un antecedente ante futuras demandas que el país decidiera iniciar", y que esto será finalmente "favorable a los intereses uruguayos, cuando Argentina inicie el litigio".

Por su parte, Argentina tiene preparada su presentación ante La Haya por la violación del acuerdo firmado entre ambos países que deben solicitar autorización para construir obras sobre el río común.

Pero la situación también se complica por declaraciones de algunos funcionarios de ambos países, que no parecen obedecer a los intereses de lo que son como socios y vecinos amigables.

El gobierno argentino pidió nuevamente que se levanten los bloqueos para permitir negociar con las autoridades uruguayas, pero los asambleístas mantienen su posición porque se sienten una y otra vez engañados por Uruguay y esta noche los vecinos de la ciudad de Gualeguaychú se unieron los de Colón.

Los asambleístas sostienen que Argentina debe apresurar la presentación ante La Haya y los dichos de la cancillería uruguaya de que se han adelantado para favorecer sus intereses, fueron tomados como una "burla" y como "una actitud decepcionante" por los vecinos.

Los cortes han causado severos perjuicios económicos a Uruguay, incluso a Entre Ríos, pero también las posibilidades de contaminación -cuyas consecuencias se están viviendo en estos momentos en Valdivia, Chile- hace que los vecinos estén intransigentes, después de haber esperado que el presidente Vázquez y el Frente Amplio revisaran lo firmado por el antecesor, el derechista ex presidente Jorge Batlle.

Desde el punto de vista político, para el gobierno argentino que apoyó visiblemente al Frente Amplio, inclusive permitiendo un asueto para que los miles de uruguayos residente aquí viajaran a dar su voto a Uruguay, entre otras acciones, que le costaron una fuerte embestida de la derecha local, estos sucesos son decepcionantes.

Argentina recurrirá también a La Haya como que es el órgano natural en este caso por la violación del Tratado sobre el Río Uruguay, y otras cometidas por el ex presidente Batlle cuando firmó los acuerdos con las empresas Ence de España y Botnia de Finlandia, que deja al país indefenso. El acuerdo tiene términos leoninos.

Se estima que Botnia volvió atrás en su compromiso de parar los trabajos durante 90 días, porque entendió que el tipo de estudios que iban a realizar expertos argentinos y uruguayos, más otros grupos independientes sobre la contaminación que producirían sobre el Río Uruguay iba a ser desfavorable para la empresa.

Así a horas de la reunión Kirchner- Vázquez que se iba a realizar la semana pasada en Colonia-Uruguay, vino la noticia de una nueva posición de Botnia.

El presidente Vázquez se quejó ante la empresa por el cambio respecto al plazo que se había pactado para detener la construcción y los ejecutivos pusieron sobre la mesa el contrato firmado por Batlle.

Incluso Vázquez les advirtió que si no entregaban la información necesaria la empresa iba a ser doblemente vigilada.

Lo más sorprendente es la actitud y el discurso con que el canciller Reinaldo Gargano, socialista, salió a dar por cerrada la posibilidad de la reunión entre los presidentes, lo que dejó fuerte decepción en la cancillería local. Algunos analistas locales sostienen que Gargano se ha convertido en un "incomprensible halcón" contra sus vecinos.

Así la única vía parece ser ahora una solución internacional al litigio que golpea muy fuerte al Mercado Común del Sur (Mercosur). También algunos ministro uruguayos en su momento amenazaron con firmar un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, lo que fue un golpe a la mandíbula del Mercosur, pero el propio Vázquez desestimó esto.

Lo que preocupa a los habitantes de las orillas del Río Uruguay en la provincia de Entre Ríos es el tiempo que le llevaría al Tribunal de La Haya manifestarse, unos seis meses o mucho más y para entonces ya estaría "el hecho consumado".

El gobierno argentino apremió en estas horas a levantar los cortes para facilitar sus propias gestiones. Pero todos aparecen atrapados por algo en esto, ya que si tuvieran que reprimir a los ambientalistas, y en momentos en que en Argentina hay una gran movilidad por obligar a cerrar empresas contaminantes instaladas desde hace años, esto agregaría fuego a los conflictos sociales, que necesitan solución urgente.

El gobierno uruguayo también se enfrenta al hecho de que sus antecesores prepararon muy bien el terreno a las papeleras, sembrando más de 300 mil hectáreas con pinos y eucaliptos, lo que en el futuro será muy grave ecológicamente para ese país.