Usted está aquí: jueves 6 de abril de 2006 Política El Senado estadunidense sigue estancado en el tema migratorio

Es mejor nada que una mala ley que perjudique a indocumentados, dice experto

El Senado estadunidense sigue estancado en el tema migratorio

Organizadores de esa comunidad preparan más movilizaciones para el próximo 10 de abril

DAVID BROOKS CORRESPONSAL

Ampliar la imagen Promotores de la reforma amplia que se debate en el Senado de EU advierten que hay una serie de medidas ocultas que tendría adversas consecuencias para la población indocumentada. En la imagen, migrantes mexicanos buscan el momento de cruzar la frontera hacia el país vecino Foto: J. Guadalupe Pérez

Nueva York, 5 de abril. Las maniobras públicas y privadas del Senado han llevado a un estancamiento que podría dejar en el limbo la aprobación de una reforma migratoria, aunque para algunos de los legisladores y fuerzas pro inmigrantes ese resultado es el deseado.

La consigna de que es mejor nada que una mala ley ha sido la estrategia de algunos en la coalición pro migrante desde el inicio de este debate, informan a La Jornada diversas fuentes que participan en este esfuerzo. Por otro lado, la Casa Blanca, parte del sector empresarial y algunos legisladores están intentando lograr la aprobación de alguna propuesta, aunque sólo cumpla con mínimos requisitos, para poder proclamar victoria.

Pero las divisiones entre las filas republicanas en el Senado han impedido, hasta ahora, lograr que un proyecto de ley que incluya algunas medidas para la legalización de indocumentados y un programa de trabajadores temporales -puntos que la Casa Blanca y la Cámara de Comercio necesitan que prosperen.

Los promotores -sindicatos, Iglesia católica, organizaciones nacionales latinas y de inmigrantes- de una reforma más amplia que ofrezca vías no sólo a la legalización, sino a la ciudadanía, a la mayoría de los indocumentados y a futuros participantes en programas temporales, no desean ceder ahora para lograr algo mínimo. Para los opositores a cualquier proyecto de legalización -lo que condenan como "amnistía"- la idea es centrar el proyecto, y el debate, en el asunto de la seguridad fronteriza.

Algunos promotores de una reforma amplia advierten que aún en la propuesta que se debate, producto del Comité Judicial y adoptando muchas de las proyectos de los senadores John McCain y Edward Kennedy, hay una serie de medidas ocultas que tendrían severas y adversas consecuencias para amplios sectores de la población indocumentada, y estos se suman a la posición de los que han decidido que es mejor "matar" cualquier proyecto que aceptar uno que podría tener severas consecuencias para los migrantes si es promulgado en ley.

Rick Swartz, presidente de Strategic Solutions Washington, y experto en políticas migratorias, declaró a La Jornada que en el proyecto en debate "hay cláusulas que, si esto se convierte en ley, dañarían una implementación efectiva de los programas de trabajador temporal, como la legalización de indocumentados". Por eso, señaló, "es mejor no aprobar nada que una mala ley que podría llevar a los indocumentados a la clandestinidad más profunda que ahora".

Pero, por el momento, el debate en el Senado está estancado y ahora promotores y opositores de la reforma empiezan a echarse la culpa por "obstaculizar" el proceso. Los demócratas, por el momento, han impedido que algunos republicanos opositores a los mecanismos de legalización logren enmendar el proyecto.

"La mayoría de los estadunidenses estima la seguridad fronteriza como una de las prioridades más importantes consideradas por el Congreso", afirmó el senador Saxby Chambliss, y señaló que con los demócratas obstaculizando el debate sobre las enmiendas sólo están deteniendo que esto sea abordado. "Tienen que dejar de jugar con la política como siempre -obstaculizar, obstaculizar, obstaculizar", criticó.

Promotores de la reforma responden que colegas como Chambliss y otros, sólo buscan anular las medidas de legalización y reducir el proyecto a uno que se enfoque en medidas de seguridad.

Por su parte, el presidente George W. Bush llamó una vez más al Senado a lograr un consenso y aprobar un proyecto de ley. "Insto a los senadores a continuar su trabajo hacia un proyecto de ley comprensivo", que incluya medidas de seguridad fronteriza, aplicación de ley interna, un programa de trabajador huésped, declaró esta mañana. Reiteró que no desea una propuesta que incluya algo como una "amnistía" ni "la ciudadanía automática".

Pero aún no está claro qué tanto capital político tiene el presidente para persuadir a sus propios legisladores. Fuentes legislativas informaron hoy que el líder de la mayoría republicana Bill Frist, la Casa Blanca y algunos de los senadores que se han opuesto al borrador en debate buscan fórmulas para lograr aprobar algún proyecto en breve. A partir de este fin de semana, el Senado entra en receso durante 15 días, y Frist había insistido en llegar a un voto sobre la reforma antes de esa fecha. Sin embargo, esto podría permanecer en el limbo hasta que regresen los senadores.

Mientras tanto, las fuerzas pro inmigrantes fuera de la capital siguen programando movilizaciones y realizando acciones para presionar a los políticos. Al mediodía, el cardenal Roger Mahoney celebró un misa en Los Angeles dedicada a la solidaridad con los indocumentados del país, y por un resultado justo del debate ante el Senado. "Dios nos ayude si dejamos que pase (esta oportunidad) sin promover una reforma migratoria buena, sana y justa", declaró. Anunció para hoy un día de oraciones y de ayuno para los inmigrantes y los senadores. "Ayunemos en solidaridad con esos miembros de nuestra comunidad, especialmente los indocumentados, quienes frecuentemente padecen vías de privación y dureza", dijo el cardenal, que se ha vuelto una figura nacional en torno al debate sobre la migración.

Por otro lado, organizaciones de inmigrantes, sindicatos, iglesias, defensores de los derechos de los inmigrantes y de derechos civiles, estudiantes y más, están organizando actos y acciones en más de 60 ciudades para el próximo lunes 10 de abril. En algunos lugares las agrupaciones esperan una participación no sólo de latinoamericanos, sino de otros grupos migrantes. Habrá vigilias, marchas, manifestaciones, foros y otro tipo de actos de costa a costa y de norte a sur, casi todo organizado localmente aunque bajo una amplia coalición a escala nacional.

Pese a que las acciones se realizarán un lunes, y algunos han pronosticado que eso podría disminuir la participación, tanto empresarios que podrían ser afectados como sindicatos y otras organizaciones se preparan para lo que podría ser una nueva ola de expresiones masivas.

Mientras, inmigrantes y sus aliados continúan expresando sus demandas en contra de medidas punitivas y por respeto a sus derechos en varias esquinas del país. Ayer, unos 500 latinoamericanos se manifestaron en Lousiville, Kentucky, en un mitin organizado por líderes religiosos de la comunidad y grupos de defensa de migrantes. La semana pasada, en una de las protestas más grandes en el sur de Estados Unidos, unos 15 mil marcharon en Nashville, Tennessee, donde además de latinoamericanos, se sumaron somalíes y sudaneses, asiáticos de Laos y kurdos, reportó el Wall Street Journal.

 
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