Usted está aquí: sábado 1 de abril de 2006 Ciencias Nuevos estudios cuestionan la imagen de la crucifixión

Revelan técnicas distintas a la infligida a Jesucristo

Nuevos estudios cuestionan la imagen de la crucifixión

Las víctimas no eran sostenidas con clavos en los pies, dicen

AFP

Ampliar la imagen Desde el punto de vista arqueológico, la única prueba que existe de los métodos de crucifixión es un esqueleto con un clavo en los pies, pero sin señales de heridas en las manos Foto: Archivo

París, 31 de marzo. La imagen de la crucifixión de Jesús, símbolo por antonomasia del cristianismo, puede ser errónea, según un estudio publicado por una prestigiosa revista científica británica en su número de abril, la cual subraya la falta de pruebas de que Cristo fue crucificado de esa forma.

La imagen que ha atravesado los siglos -un hombre clavado en una cruz por pies y manos, con los brazos extendidos y la cabeza en alto- nunca ha sido probada científicamente, según el Journal of the Royal Academy of Medicine.

"Las pruebas disponibles muestran que las personas eran crucificadas en diferentes posiciones y que se usaban también diferentes medios para colocarlos en la cruz", sostiene el nuevo estudio, realizado por los científicos Piers Mitchell y Matthew Maslen, de la Facultad de Medicina del Imperial College, de Londres.

Michel y Maslen argumentan sus conclusiones con un cuidadoso análisis de todos los estudios y documentos disponibles sobre las causas médicas de la muerte de Cristo.

Técnicas antiguas de crucifixión

Según ambos científicos, las técnicas de crucifixión eran muy variadas, pese a que todas causaban el mismo fin: la muerte del ajusticiado.

"Las víctimas no eran colocadas necesariamente con la cabeza en alto, ni tampoco eran sostenidas con clavos en los pies, clavados de adelante hacia atrás", explican los científicos, quienes subrayan que no dudan de la crucifixión de Jesús, sino de la forma en que ésta pudo ser llevada a cabo.

Las cruces se colocaban en múltiples posiciones. A veces con los ajusticiadosboca abajo, atados con cuerdas y no con clavos, los cuales eran utilizados en los genitales.

"Si el reo era crucificado con la cabeza en alto se le podía poner un peso encima para prolongar su suplicio", precisan los científicos.

Desde el punto de vista arqueológico se dispone sólo de una prueba de los diferentes métodos de crucifixión empleados en la época de Jesús, la cual fue encontrada en Israel.

Esa prueba es un esqueleto con un clavo de 11.5 centímetros clavado en los pies de quien, según una inscricpión hallada en un osario cercano, fue en vida un hebreo llamado Yehonanan Ben Hagkol. Sin embargo, en el esqueleto no hay señal alguna de clavos en puños o en los brazos.

 
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