Terminaron los trabajos de la séptima versión del Congreso Arquine
Llaman arquitectos a tener conciencia de la finitud de los recursos naturales
''Restaurar edificios históricos, pero sin caer en el pastiche'', piden especialistas
Ampliar la imagen El arquitecto Jim Njoo, en entrevista con La Jornada Foto: Yazmín Ortega Cortés
Los arquitectos del siglo XXI debemos estar conscientes que vivimos en una sociedad de consumo y que los recursos naturales tienen un límite, señaló Juan Fernández Andrino, director del estudio Dominic Perrault en España.
Durante su participación el martes en el séptimo Congreso Internacional de Arquitectura Arquine, en el Palacio de Bellas Artes, Fernández Andrino -en representación de Perrault- recibió el Premio Mario Pani que este encuentro otorgó al realizador de proyectos como la Biblioteca Nacional de París, la Corte de Justicia de la Comunidad Europea y el Centro Olímpico de Tenis de Madrid.
En entrevista con La Jornada, el creador señaló que los arquitectos ''somos un tercio filósofos, otro tercio artistas y otro técnicos; combinar esas tres partes sin renunciar a ninguna es importante, pero debemos considerar que en este siglo tenemos que ser conscientes de que los recursos son limitados y tenerlo presente para proyectar, con responsabilidad, una nueva obra o cuando aportamos nuestras ideas".
Agregó que es importante revalorar los edificios históricos, ''proteger el pasado, sobre todo en esta época de bonanza económica". No obstante, consideró importante valorar la calidad de cada edificio pues, manifestó, ''hay algunos que por muy del siglo XVII que sean no vale la pena conservar porque no son interesantes, están mal hechos o no tienen valor arquitectónico".
Dejar que el inmueble cuente su historia
Acerca de las intervenciones en el patrimonio histórico, los arquitectos españoles Fuensanta Nieto y Enrique Sobejano, especialistas en el tema, señalaron en charla con este diario que en el Centro Histórico de la ciudad de México existe gran potencial en cuanto al rescate de inmuebles y la recuperación de espacios.
No obstante, advirtieron que los restauradores deben evitar caer en el pastiche, es decir, en la imitación o en la adopción de características que no correspondan al estilo intervenido.
''Esta es siempre la discusión cuando se interviene patrimonio: si dejar el edificio de una manera tradicional o hacer algo de vanguardia. Y es que no existe un método o una regla fija, hay que dejar que el inmueble hable, que cuente su historia.
''Cuando se trata de restauraciones arqueológicas se tienen más dudas. Para nosotros no tiene sentido reconstruir una cosa que está completamente destruida y que no sabemos realmente cómo era. En general creemos que se puede actuar con materiales modernos y con visiones modernas en edificios que son parte del patrimonio."
Para Nieto y Sobejano en muy difícil resolver el problema del crecimiento caótico y desorganizado de ciudades como el Distrito Federal: ''No hay un remedio inmediato, se deben ir haciendo cosas poco a poco, ir generando espacios urbanos que generen otros y otros.
''Estamos convencidos de que cada edificio que construimos es capaz de transformar la ciudad a su alrededor. Si hacemos un buen edificio o una buena intervención urbana pensamos que puede contagiar su entorno."
Deploran jóvenes la falta de debate
El arquitecto canadiense Jim Njoo señaló a La Jornada que la globalización ha empujado a los arquitectos a centrarse en la realización de grandes espacios públicos, como señalaron en estas páginas sus colegas del despacho Lot-Ek, ayer.
''Pero las nuevas generaciones de creadores están apostando más por el contenido social y político de la arquitectura. Sólo es cuestión de tiempo para que esto detone", concluyó.
Con la presentación de los trabajos finalistas y la premiación de los ganadores del octavo Concurso Arquine de Arquitectura, que versó en torno a la creación de un hipotético museo de sitio en la zona arqueológica de Tulum, concluyó este encuentro en el que una decena de creadores expusieron, a manera de catálogo, sus proyectos recientes, ante estudiantes universitarios provenientes de distintos lugares del país, algunos de los cuales deploraron no poder plantear preguntas a los conferenciantes y protagonizar un debate amplio.