ASTILLERO
Sol (azteca) que cae
Descomposición perredista
Mercantilismo y oportunismo
Proyecto de nuevo partido
EL TRISTE ESPECTACULO de los acomodos perredistas rumbo a las cámaras confirma que el ciclo político del sol azteca ha llegado a su fin. Tal como hoy sobrevive, el Partido de la Revolución Democrática no le sirve más que a una camarilla politiquera que domina estructuras y manipula a su conveniencia legalidades internas.
LA DESCOMPOSICION EXTREMA del PRD se ha agudizado en la actual coyuntura por la debilidad del actual presidente del comité nacional, Leonel Cota, quien sólo ha mostrado habilidad para mantener un cacicazgo corrupto en Baja California Sur mediante una parentela montada impúdicamente en cuanto cargo público es posible. Pero, más allá de BCS, Cota no ha podido hacer nada frente a la corriente mayoritaria en el aparato del PRD, la que con sentido permanente de transacción encabeza el senador Jesús Ortega, a quien se entregó la coordinación de la campaña lopezobradorista a cambio de dejar el camino libre en el Distrito Federal al delfín Marcelo Ebrard. El nombramiento de Ortega, decorativo en términos generales, pues el círculo íntimo de AMLO no le reconoce ninguna autoridad real, le ha permitido al jefe de los chuchos designar representantes en los estados y, en algunos de ellos, comercializar la franquicia PRD entre compradores con deseos de hacerse de una oposición domesticada (en anterior columna se mencionó el caso de San Luis Potosí y su gobernador precioso, Marcelo de los Santos, y de inmediato llovieron al correo electrónico del tecleador reproches de todo el país mencionando sus propias cuitas en cuanto a mercadeo de candidaturas y pidiendo que se difundieran todas las evidencias y no sólo el caso potosino). Rehén de las tribus, pero sobre todo de la mayoritaria, la de los chuchos, Cota ha sido un corcho en la bañera al que para su entretenimiento le dejan jugar con los patitos marca BCS.
A ESAS PERVERSIONES estructurales hay que sumar la visión estratégica del camachismo en particular, pero en general de todos los operadores lopezobradoristas de origen priísta, que busca hacer "alianzas" con cuanto personaje se escinda del aparato priísta para, según eso, fortalecer la impresión de que AMLO tiene el triunfo en la mano. La misma concepción política que durante el salinismo mediatizaba, concertaba y apostaba a las apariencias, es la que ahora rige esa "política de alianzas". Los resultados están a la vista: en el norte del país, el lopezobradorismo está postulando a candidatos tocados por el fantasma de la corrupción y la delincuencia organizada (Chihuahua, Coahuila y Sinaloa, por ejemplo), y en otras entidades ha autorizado vergonzosos casos de influyentismo familiar como en Tlaxcala (la senadora Maricarmen Ramírez no recibió la gubernatura de manos de su esposo Alfonso Sánchez Anaya, pero éste sí recibirá la senaduría de manos de su esposa) o en Zacatecas (una hija de la gobernadora llevada al paraíso legislativo plurinominal sólo por ser hija de su mami). Vergonzosos casos como se pueden ver en Tabasco con el camaleónico Arturo Núñez, o en Hidalgo con el mapachismo converso de José Guadarrama, o el trapecismo sexenal de Alfonso Durazo, o el corporativismo de Roberto Vega Galina; o al ahumado diodorista de Gabino Cué o al también ahumado Graco Ramírez. (¡Uf, pero no todo han de ser malas noticias: es de celebrarse la corrección de las listas de candidatos a senadurías por la vía plurinominal para colocar a la integérrima Rosario Ibarra de Piedra en primer lugar!)
DE ESAS POLITICAS generales Andrés Manuel López Obrador es absolutamente responsable (nada de pataletas justificantes con el sonsonete de que el gran jefe no sabe nada en las alturas y que sus malvados colaboradores terrenos son los que lo hacen quedar mal: en el PRD y en sus candidaturas aliadas quien manda, como en la campaña, es un político que no deja pasar nada, un tabasqueño obsesivo e imperativo). Pero, de entre el mar de aguas sucias emerge un proyecto que está siendo considerado con mucha seriedad: la posibilidad de convocar a la creación de un nuevo partido político que mezcle lo rescatable del PRD, las redes ciudadanas y (¡!) las nuevas adquisiciones escindidas. El nuevo partido (¿de la Esperanza, del Bien de Todos, de la Honestidad Valiente?) tendría como meta las elecciones intermedias de 2009 y ofrecería como objetivo el consolidar los logros del presidente López Obrador, si así fuera el caso, o darle la mayoría legislativa que le permitiera destrabar cerrojos que le hubieran impedido avanzar al ritmo deseado. El PRD reloaded (Andrés Manuel sería el Neo de esa Matrix) está en camino, y su estreno está programado para 2007.
ASTILLAS: EL CLUB DE PERIODISTAS organizó un acto de solidaridad con Lydia Cacho en el que, entre otras cosas, se mencionó la necesidad de mantener en la agenda periodística las denuncias relacionadas con el tema que generó la agresión brutal contra Lydia, la pederastia y sus vínculos con los poderes político y económico... El secretario federal del Trabajo, Francisco Salazar, dijo a Diego Enrique Osorno, de Milenio, que tiene "muchos testimonios" de que "los poceros, la gente que baja (a los pozos a sacar carbón), se las truena antes de bajar", por lo que propondrá exámenes médicos mínimos a los mineros antes de que comiencen a trabajar, para detectar "presión (...), alguna droga, un alcohol"... Ana Francisca Vega, del Excélsior que ahora dirige Ernesto Rivera, entrevistó a Howard E. Mattern, el perito de audio en cuyo dictamen funda el góber precioso de Puebla su reciente campaña de autodefensa, en la que asegura que la famosa grabación coñaquera fue "alterada y no es creíble". Pues no: Mattern dijo que aun cuando a su juicio la grabación fue editada, pues habría sido una plática más larga, y hay evidencias de cortes, ello no significa que la voz sea falsa ni que se hayan insertado palabras, es decir, que el audio conocido no tiene "alteraciones de fondo en su contenido"... ¡No a la ley Televisa!, y ¡hasta mañana!...
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