El Bloque de Timoshenko, que es segunda fuerza, buscará alianza con socialistas
Gana el partido del ex primer ministro Yanukovich parlamentarias de Ucrania
Comienzan en Bielorrusia juicios contra más de 300 opositores detenidos en las protestas
Ampliar la imagen El presidente de Ucrania, Victor Yushenko, cuyo partido quedó en tercer lugar en las elecciones parlamentarias del domingo pasado. A la derecha, Yulia Timoshenko, que con el Bloque se convirtió en segunda fuerza política, según el conteo de votos Foto: Ap
Ampliar la imagen El presidente de Ucrania, Victor Yushenko, cuyo partido quedó en tercer lugar en las elecciones parlamentarias del domingo pasado. A la derecha, Yulia Timoshenko, que con el Bloque se convirtió en segunda fuerza política, según el conteo de votos Foto: Ap
Moscú, 27 de marzo. Los resultados oficiales de las legislativas del domingo anterior en Ucrania, dados a conocer hoy de modo todavía incompleto pero que perfilan tendencias ya irreversibles, no difieren mucho de los sondeos a pie de urna y confirman que, para poder formar gobierno, hará falta integrar una coalición que cuente con la requerida mayoría absoluta en el Parlamento.
Efectuado el recuento de 61.13 por ciento de los votos, el Partido de las Regiones tiene un respaldo de 28.83 por ciento, seguido por el Bloque de Yulia Timoshenko, 22.83; Nuestra Ucrania, 15.84; Partido Socialista, 6.47; y Partido Comunista, 3.49.
La participación alcanzó 67.13 por ciento del padrón, lo que significa que acudieron a la cita con las urnas casi 25 millones del total de 37 millones de ucranianos con derecho a voto.
Desde que quedó claro que esas cinco formaciones políticas, del total de 45 participantes en las elecciones, tendrán representación en la Rada Suprema al superar el mínimo exigido de 3 por ciento de los votos depositados, comenzó una intensa negociación entre posibles aliados.
En contra de lo que pudiera pensarse, el ganador formal, el Partido de las Regiones, de Viktor Yanukovich, el ex primer ministro orientado hacia Rusia, desempeña un papel de bajo perfil en las consultas, consciente de que su victoria se debió a la división de los dirigentes de la llamada revolución naranja, sus rivales directos, que juntos suman más votos que él.
Por lo mismo, las posibilidades de Yanukovich de volver a ser primer ministro parecen remotas y dependen de que fracase la idea de revivir una alianza entre el presidente Viktor Yushenko, cuyo partido Nuestra Ucrania quedó sólo en tercer lugar, y Yulia Timoshenko, la ex primera ministra identificada con Occidente, quien hoy reclamó para sí el derecho de formar gobierno como líder de la fuerza más votada en el espectro naranja.
Timoshenko aseguró la noche del lunes, en declaraciones a la televisión de Ucrania, que ya se tiene un borrador de memorando para establecer una coalición, en principio acordado por su Bloque, Nuestra Ucrania y el Partido Socialista, de Aleksandr Moroz, quien aspira a ocupar el cargo de presidente del Parlamento.
"Mañana (este martes) iré a ver al presidente (Yushenko) y vamos a precisar todos los detalles. Hace tiempo que no hablo con el presidente", reveló Timoshenko y también advirtió que una alianza de Nuestra Ucrania con el Partido de las Regiones, que impulsan algunos miembros del entorno presidencial enfrentados con ella, "no sería unir al este y el oeste de Ucrania, sino instalar en el poder a la estructura oligárquica cuyos intereses representa Yanukovich".
Mientras Ucrania busca una fórmula política para concretar la voluntad expresada en las urnas, en la vecina Bielorrusia este lunes comenzaron los juicios contra los más de 300 opositores que continúan detenidos por participar en las protestas de la semana pasada.
La mayoría, incluidos varios periodistas extranjeros que cayeron en manos de la policía durante el desalojo de la Plaza de Octubre, tendrán que permanecer en la cárcel otros 15 días y pagar multas. Es mucho más delicada la situación de Aleksandr Kozulin, ex candidato presidencial que encabezó una manifestación que pretendía tomar por asalto la cárcel de Okrestino. Los cargos presentados en su contra podrían suponerle una condena de hasta 10 años de prisión.