Usted está aquí: viernes 24 de marzo de 2006 Opinión CIUDAD PERDIDA

CIUDAD PERDIDA

Miguel Angel Velázquez

Arbitro electoral: imparcialidad en entredicho

Urgente, investigar el caso Bermúdez

Poca transparencia

LA SITUACION del Tribunal Electoral del Distrito Federal, que durante un buen tiempo ha cargado una serie de asuntos poco transparentes, por decir lo menos, debe ser investigada a la brevedad por quienes tengan esa función, para que ese órgano garantice la imparcialidad que debiera corresponderle, y que hoy ha perdido.

LOS TIEMPOS políticos que corren exigen que los magistrados electorales se hallen libres de prejuicios que pudieran atarlos a preferencias partidistas, y ese no es el caso del TEDF que sostiene como uno de sus miembros a Estuardo Mario Bermúdez, ex funcionario de la Procuraduría General de la República en los días en que esa institución se exhibió como dependencia a las órdenes de Vicente Fox.

DENTRO Y fuera del tribunal es muy conocida la preferencia partidista del magistrado Bermúdez, lo que de entrada pone entre signos de interrogación la imparcialidad de la actuación de uno de los nueve magistrados -cinco numerarios y cuatro supernumerarios- que tendrían que resolver las controversias que resulten de la elección del 2 de julio.

SI A esto se agrega el intento del funcionario por deshacerse de quienes critican su actividad, con los dineros públicos, todo hace suponer que este organismo no cuenta con el requisito de honestidad necesario para juzgar sin dolo, desde la neutralidad, los problemas electorales que, sin lugar a dudas, se avecinan.

EL ASUNTO es que Estuardo Mario Bermúdez ha tenido un peso decisivo, seguramente por su cercanía con el aparato que gobierna el país, en muchas de las decisiones tomadas por el órgano electoral, que se han juzgado como desafortunadas, por no decir más.

EL MAGISTRADO en cuestión logró el respaldo de otros funcionarios para inclinar las votaciones a su favor, o como se dice en el TEDF, para el bien de sus intereses. Y es que con la ayuda de Rodolfo Terrazas y Juan Martínez Veloz, y la complacencia del presidente del organismo, Hermilo Herrejón, la balanza se inclina casi siempre hacia su lado.

LO QUE pasa en el tribunal es que en materia administrativa y laboral sólo cinco de los nueve magistrados pueden enterarse y decidir, es decir, allí no tiene oposición, y en cuestiones electorales, donde participan siete de los nueve, con voz y voto, también tendría mayoría.

LOS EJEMPLOS de cómo Estuardo Mario Bermúdez ha logrado manipular a los magistrados también es del conocimiento general en ese órgano, por lo que resulta urgente la investigación que los partidos políticos proponen.

SI ANTES de la elección no quedan claras las cuentas en el Tribunal Electoral del Distrito Federal, nadie podrá ver con confianza ninguna de las decisiones que allí se tomen, y los fallos que supuestamente traerían la paz poselectoral no serán más que gasolina para el fuego. Así que la cosa ya está que arde.

Eumex a escrutinio

TARDE, AUNQUE a tiempo, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, cosa inaudita, escuchará a los habitantes de la delegación Miguel Hidalgo, primeros que se inconformaron con la injusta manera de enriquecerse de los dueños de la empresa Eumex.

NADA MALO sería que, además de esos vecinos, cite también a la gente de Luz y Fuerza del Centro para que explique que ninguna dependencia del gobierno puede concesionar, a nadie, la energía eléctrica pública, razón suficiente para que el contrato que ostenta la compañía, de origen español, quede anulado. A lo mejor así los legisladores locales sabrán de qué lado masca la iguana, ¿no creen?

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