Falta de personal afecta la ayuda a los migrantes
Desatención oficial merma al Grupo Beta
Gobiernos estatales y municipales de la franja fronteriza norte han fallado en la aportación de recursos, señalan
El Tortuguito, Sonora, 17 de marzo. A la insuficiencia de personal del Grupo Beta se suma la desatención de los gobiernos estatales y municipales en la aportación de recursos para trabajar de manera más eficiente y ayudar a miles de migrantes indocumentados que diariamente cruzan la frontera.
Por este paraje desértico, ubicado a unos 20 kilómetros de la frontera con Estados Unidos, pasan a diario unos mil 200 migrantes, quienes con ayuda de los polleros buscan burlar a los agentes de la Patrulla Fronteriza e iniciar la caminata por el desierto, preferentemente en la tarde-noche, en una acción que a veces se prolonga varios días para llegar a Tucson, Arizona.
En El Tortuguito, desde donde se puede tomar más de 30 o 40 rutas para cruzar la frontera a través del desierto, se ubica bajo una modesta carpa el destacamento del Grupo Beta -del Instituto Nacional de Migración (INM)-, creado por el gobierno federal para la orientación, búsqueda y rescate de los migrantes.
Aquí se detienen voluntariamente 70 u 80 camionetas Van que diariamente transportan, cada una, a 20 y hasta a 25 personas que en unas horas intentarán el cruce. Los ocho agentes del Grupo Beta, a bordo de cuatro camionetas pick up, se encargan de este sector de la frontera mexicana. No se dan abasto para hablar con los migrantes. En unos minutos, orientan sobre las difíciles condiciones de la caminata en el desierto.
"No podemos hacer mucho, pero seguir estas recomendaciones seguro ha salvado muchas vidas", asegura Mario López, agente fundador de la agrupación, hace casi 17 años.
Sólo el año pasado el número de rescates realizados por el Grupo Beta en la franja fronteriza del norte del país superó los 6 mil.
Son muchos los consejos que escuchan los migrantes que llegan hasta aquí, y en cuyos rostros se ve la incertidumbre y el temor, pero ya en El Tortuguito casi nadie se regresa. En esos pocos minutos se escucha decir a los agentes: la caminata puede durar varios días; lleven agua y adminístrenla adecuadamente; en el día no se deshagan de su ropa de abrigo porque en la noche las temperaturas son muy bajas; no adelanten dinero al "guía" ni le proporcionen nombres ni direcciones de familiares, pero, sobre todo, ayúdense y no se separen bajo ninguna circunstancia.
"Pero si los detiene la migra, los de la Patrulla Fronteriza, no corran, es muy fácil perderse en el desierto. Aquí no se puede jugar al héroe, está de por medio su vida", es otro de los consejos antes del intento de llegar al otro lado.
Bajo la pequeña carpa, que con timidez busca resguardar de los rayos del sol a los agentes, el coordinador nacional del Grupo Beta, Pedro Espíndola, señala que a lo largo de la frontera norte se ubican 17 destacamentos que trabajan en la orientación a los migrantes; en este caso, los que vienen de El Altar a El Sásabe, ya en la línea fronteriza, y donde El Tortuguito es el último lugar para arrepentirse. Eso pocas veces ocurre, una vez cada dos o tres meses.
Espíndola señala que el gobierno federal ha incrementado el presupuesto para esta tarea, aunque reconoce que son muchas las necesidades. Pero advierte también que desde hace tiempo los gobiernos estatales y municipales de la franja fronteriza del norte no aportan su parte en esta tarea compartida de obligaciones y responsabilidades.
Y es que desde su creación, el compromiso fue sumar esfuerzos. El grupo sería coordinado por la Secretaría de Gobernación, por conducto del INM, con la participación de gobiernos estatales y municipales, pero hoy han dejado solos a estos agentes. Por ejemplo, "la cartilla de los derechos humanos del migrante" y los trípticos no alcanzan para ser distribuidos de manera eficiente, sólo por mencionar una de las carencias.
Además, Espíndola explica la necesidad de contar con el apoyo de esas instancias, pues solamente de esa manera, en el conjunto de los esfuerzos, se puede mejorar la atención a los migrantes, y las labores de búsqueda y rescate serían más eficientes.