Usted está aquí: viernes 10 de marzo de 2006 Política Arizmendi reivindica el valor de los diáconos permanentes

El Vaticano teme ordenación de sacerdotes casados

Arizmendi reivindica el valor de los diáconos permanentes

ALMA E. MUÑOZ

El Vaticano solicitó al obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi, suspender la ordenación de diáconos permanentes, con lo cual ratifica su rechazo a la iglesia autóctona que creó en aquel lugar el hoy obispo emérito Samuel Ruiz García, por estar relacionada con la teología de la liberación. El paso se dio inmediatamente después de concluir la primera suspensión al respecto por cinco años, considerados a partir de 2000.

El cardenal Francis Arinze, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, envió a finales de octubre pasado la misiva con la instrucción al obispo Arizmendi, e hizo lo propio en otros países latinoamericanos como Guatemala, Bolivia, Ecuador y Perú, donde también se promueve esa doctrina, que incluye la formación diaconal de hombres casados.

En el documento se plantea que al Vaticano "se le hace aparecer como intolerante", al rechazar "las distantes peticiones y presiones" que recibe para que apruebe un diaconado permanente, orientado hacia el sacerdocio uxorado (casado)".

En entrevista, el obispo Felipe Arizmendi afirmó que en sus argumentos a Roma "tratamos de aclarar que lo que estamos haciendo es en fidelidad a lo que pidió el Concilio Vaticano II sobre este asunto (respecto a que iglesia autóctona es un término consagrado), y si hubiera desviaciones deberíamos corregirlas.

"Pero no alentamos ordenar sacerdotes casados, como hizo en su momento don Samuel Ruiz -continúo el prelado-. Debemos evitar caer en autonomías eclesiales."

Desde que recibió la misiva, el prelado, junto con su obispo auxiliar, Enrique Díaz Díaz, asumió con respeto la disposición, pero sin suspender el diálogo con el Vaticano, en un intento por aclarar las dudas que se pudieran tener al respecto, especialmente lo concerniente a que iglesia autóctona es sinónimo de iglesia autónoma.

Inclusive en diciembre pasado, sacerdotes, religiosas y seglares comprometidos con la diócesis realizaron un retiro espiritual para discernir sobre la situación que guarda esta circunscripción eclesiástica "ante la negativa a nuestra petición de ordenar más diáconos permanentes. Decidimos pedir al Espíritu Santo nos ilumine para discernir lo que debemos corregir y que nos fortalezca para seguir sirviendo en esta Iglesia".

Sin embargo, el propio obispo advirtió que la decisión pontificia fue considerada discriminatoria por indígenas en Chiapas. "Algunos así lo han sentido y lo han expresado con profundo dolor, pero tratamos de explicarles que no es por ser indígenas, sino por las dudas que persisten sobre el caminar de esta diócesis."

Hace poco más de cinco años, estas inquietudes se despertaron por la presunta ordenación de diáconos permanentes y sus esposas por los entonces obispos Samuel Ruiz y Raúl Vera. La investigación que al respecto realizó el Vaticano, por encargo directo del entonces papa Juan Pablo II, corrió a cargo del cardenal Jorge Medina Estévez; estuvieron involucradas la Secretaría de Estado, las pontificias congregaciones para la Doctrina de la Fe, la del Clero y la de Educación Católica, así como la Comisión para América Latina. El resultado fue la exculpación del hoy obispo emérito.

Sin embargo, quedó pendiente lo relativo a que los diáconos indígenas son casados y algunos viudos. Es decir, no son célibes. La carta del cardenal Francis Arinze expresa el temor de que se pudiera llegar a la ordenación de sacerdotes casados.

Relata que después de la última reunión dicasterial del primero de octubre pasado -comisión que se formó en Roma para deliberar en torno al asunto, en 1993- "se pide que se fortaleza la pastoral vocacional con vistas al sacerdocio célibe, como en el resto de la Iglesia en México y demás países de América Latina, y que se interrumpa la formación de más candidatos al diaconado permanente".

Sobre todo porque "constituye, en efecto, una injusticia contra esos fieles cristianos alentar una esperanza sin perspectivas reales. Además, el diaconado supone una vocación personal, no una designación comunitaria, sino una llamada oficial de la Iglesia", y, por tanto, "requiere una formación intelectual sólida, orientada por la sede apostólica".

En la carta, el jerarca católico subraya que se convino en el citado encuentro que en el Vaticano "no se puede ignorar que aún después de cinco años de la salida de SE (Su Excelencia) Samuel Ruiz de San Cristóbal de las Casas continúa estando latente en la diócesis la ideología que promueve la implementación del proyecto de una iglesia autóctona. En este sentido, la reunión interdicasterial se ha pronunciado por una suspensión de eventuales ordenaciones de diáconos permanentes hasta que se haya resuelto el problema ideológico de fondo".

Más aún, plantea que "para contribuir a sanear la vida eclesial, desde el inicio se ha pedido y se continúa a indicar, abrir la diócesis a otras realidades propias de la universalidad de la Iglesia católica para ayudarla a salir del aislamiento ideológico mencionado".

La diócesis de San Cristóbal tiene 335 diáconos permanentes, de los cuales el obispo Felipe Arizmendi ordenó siete en diciembre de 2001, lo que le valió una fuerte llamada de atención del Vaticano, por una sugerencia no atendida por el prelado de no nombrar nuevos diáconos cuando menos durante cinco años.

El jerarca católico los considera "muy valiosos, y gracias a su trabajo pastoral se ha detenido en sus comunidades el crecimiento de las sectas. Ellos llevan mucho del peso que exige la atención a tantas personas que requieren el servicio de la Iglesia".

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.