Ofrece investigar quién intervino los teléfonos, pero exige no desprestigiar instituciones
Rechaza Abascal que el Cisen haya grabado las conversaciones de Marín
Durante la comparecencia del funcionario, legisladores lo acusan de omisión en el caso
La multiplicidad de instrumentos para grabar conversaciones vía telefónica en México y el reconocimiento implícito de los escasos resultados para combatir ese delito llevó al secretario de Gobernación, Carlos Abascal Carranza, a desmarcarse del escándalo que envuelve al gobernador de Puebla, Mario Marín Torres, y al rey de la mezclilla, Kamel Nacif, porque el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) no está detrás del espionaje telefónico, y mucho menos realiza investigación judicial contra particulares.
En la comparecencia del titular de Gobernación ante el pleno de la Cámara de Diputados, el reclamo de legisladores de distintos partidos propició una defensa a ultranza del Cisen por parte del funcionario federal.
El legislador Jesús Martínez Alvarez alzó la voz desde la tribuna para replicarle que "no basta afirmar que el gobierno federal no ha sido responsable de la intervención telefónica; ¡por supuesto que no basta! No basta que se deslinde de la grabación; es necesario que sus instancias investiguen".
Abascal Carranza replicó: "existen hoy en el mercado, disponibles, todos los instrumentos para grabar desde un coche, una casa, a precios lamentablemente muy accesibles... no puedo comprometer un plazo, pero sí puedo asegurar que vamos a ir hasta las últimas consecuencias, porque así lo exige el estado de derecho".
La defensa del Cisen a manos del secretario de Gobernación le llevó a sostener que el órgano de investigación y seguridad nacional forma parte del Estado, y no del gobierno: "se dedica como órgano al servicio del Estado a trabajar con información para crear condiciones para la toma de decisión respecto de fenómenos que puedan poner en peligro la seguridad nacional".
Las respuestas del funcionario a las preguntas formuladas por los diputados se circunscribieron a considerar el espionaje telefónico como un delito al que hay que perseguir y sancionar. En medio de aquel alegato, repuso: "Niego que el Cisen haya tenido algo que ver con el caso Mario Marín. ¿Quién fue entonces?, no quiero abordar en esta importantísima tribuna haciendo especulaciones sobre posibles responsables de la comisión de este delito".
Entonces, el abogado y legislador perredista Arturo Nahle García replicó con dureza: "usted no sólo es responsable del Cisen, y por cierto la comisión bicamaral (de la Cámara de Diputados y del Senado de la República) en materia de seguridad nacional va a investigar qué tan involucrado está en el impresionante, descarado y delictivo espionaje telefónico".
Más adelante, Carlos Abascal, quien abordó de manera indistinta el tema durante su comparecencia, condenó el espionaje telefónico y anunció que las autoridades federales actuarán contra cualquier conducta delictiva de intervención de teléfonos en conversaciones privadas.
El rechazo a las posiciones de Abascal recibía respuesta de los diputados. En su momento, el priísta Heliodoro Díaz lo acusó de omisión, porque las denuncias de espionaje no han sido atendidas; incluso, dijo, el Cisen es un órgano que sirve a la PGR y a la Secretaría de la Función Pública.
A pesar del clamor contra el órgano de información del gobierno, Abascal consideró al Cisen como una valiosa institución para México, y "no se puede, sin absolutamente ningún elemento de prueba, desprestigiar a las instituciones. Lo que quisiéramos es un respeto irrestricto a nuestras instituciones mientras no se compruebe su descomposición", concluyó.