La novela Las puertas del reino, antiutopía preadánica
Héctor Toledano ofrece visión fantasmal de la ciudad de México
El escritor Héctor Toledano acaba de publicar su primera novela: Las puertas del reino, historia que se ubica en la tradición de las utopías y antiutopías y cuyo paradigma "preadánico" plantea una especie de búsqueda del paraíso, en el que predomine el instinto sobre la razón y la naturaleza sobre la urbe.
Pero sucede que el escenario paradisiaco en el que se desenvuelve Aurelio Castellanos, el escéptico protagonista de la historia, es una ciudad de México semideshabitada, destruida por la violencia, cuyo valle ha recuperado su antigua condición de lago, por lo que los personajes deben trasladarse en canoas por las avenidas inundadas.
Pese a ello, el móvil literario fundamental de Toledano (DF, 1962) no es la violencia o la ciudad en ruinas, sino lo que pasa a los personajes en ese contexto, sobre todo a Aurelio, "atormentado por la razón", quien ha llegado a la vejez con varios pendientes y cuya relativa calma se ve alterada con la aparición de la joven Laila.
Las puertas del reino (Joaquín Mortiz) fue escrita durante siete años en las ciudades estadunidenses de Dallas y Washington, cuenta el escritor, quien además ha vivido muchos años en Guadalajara.
"Siempre me fascinó la ciudad de México, pero esa lejanía me dio la distancia para poder destruirla y replanteármela en términos más fantasmales. Es una destrucción de alguien que quiere entrañablemente a la ciudad."
La novela comenzó a surgir de una imagen mental de la ciudad destruida, quizá porque el pequeño Héctor visitaba zonas arqueológicas con su familia y comenzó a percatarse que las ciudades y las civilizaciones terminan con el paso del tiempo.
"La ciudad destruida me interesa más como imagen y como metáfora, por ejemplo, de la vida de Aurelio, quien habitó la urbe cuando funcionaba y después, ya en ruinas. Pero la sensación de cataclismo es generalizada."
Instinto y paraíso
Los pocos sobrevivientes de esa ciudad de México conforman una especie de "grupo anarcoecologista", y Toledano agrega que el tema que da unidad a la novela es la idea de la búsqueda del paraíso.
"Es el paraíso visto como animalidad, como un periodo anterior a la conciencia y al conocimiento del bien y del mal; el instinto predominante antes de la razón. Aurelio, pero también la civilización, están atormentados por la razón."
Pero en la novela no se encontrará un discurso y una argumentación de todo ello, pues el autor se cuidó de que los hechos y la metarrealidad literaria por él construida llevaran al lector por ese camino. Los personajes y las situaciones hablan por sí mismos.
Si Toledano tuviera que ubicar en alguna línea a su novela, sería en la de ciertas obras del siglo XX, como Un mundo feliz, de Aldoux Huxley, y 1984, de George Orwell, así como en la de la cultura del cine.
-¿Y con Farenheit 451, de Ray Bradbury, por el asunto de los libros?
-Quizá, pero en el caso de Farenheit 451 los libros estorban para conseguir la absoluta banalización de la vida, y en el caso de Las puertas del reino los libros estorban para llegar a un contacto totalizador con el mundo natural y la realidad.
"Se me hizo muy interesante crear un libro como vehículo para plantear que no hubiera libros. Me interesan las paradojas, pero también me interesa que se puedan resolver literariamente.
"Quiero creer que habrá un lector suficientemente metido en la novela para ir encontrando todas estas pequeñas claves que están debajo de la trama. Me interesa que el lector goce la lectura y que le mueva a una reflexión. El gozo es el requisito indispensable para que llegue al lector lo que el escritor le quiere decir."