No ven en la región un mercado atractivo; México, sin embargo, continúa en la mira
Trasnacionales del agua se van de AL
Las empresas de capital nacional comienzan a hacerse cargo del servicio, indica consultor
Las empresas trasnacionales de agua potable no ven a América Latina como mercado atractivo, por lo que han comenzado a retirarse de la región. Al fracaso de su participación en Bolivia, Uruguay y Argentina se suma el poco interés que tienen en Colombia, por lo que se han orientado a mercados de Europa del este, aunque México no se ha descartado para emprender planes, señalan consultores en la materia.
Ante el retiro de las trasnacionales han comenzado a surgir empresas con capital de la región, las cuales han empezado a ocuparse del servicio, como en el caso de Colombia, sostuvo Roberto Chama, consultor internacional en el rubro.
La corriente de privatizaciones que se dio en la década pasada, añadió, se ha detenido, y los gobiernos se han enfrentado a un falso dilema en cuanto al manejo público o privado del agua, ya que sin importar su carácter la administración del líquido debe ser sustentable y llegar a toda la población.
En su exposición sobre la participación privada en América Latina, durante el programa de capacitación de periodistas en asuntos de agua potable y saneamiento en San Salvador, el especialista aseveró que el gobierno es responsable de la prestación del servicio, pero es viable dar concesiones de ciertas áreas a la iniciativa privada.
La idea de que la infraestructura -tuberías, plantas y áreas de almacenamiento- puede ser cedida al sector privado es falsa; esto, dijo, no ha ocurrido en ninguna parte del mundo.
Existen múltiples figuras bajo las cuales las empresas pueden participar, indicó, entre ellas, los contratos de gerencia comercial o de arrendamiento.
En Cochabamba, Bolivia, se produjo en 1999 uno de los mayores procesos de resistencia a la participación privada. La empresa Aguas del Tunari, formada por las trasnacionales Bechtel y Abengoa, buscó manejar el servicio, pero debió retirarse luego de una serie de movilizaciones.
En Uruguay, el plebiscito que se realizó en 2004 limitó la participación empresarial, y en Argentina las empresas no han obtenido beneficios. Esto también podría ocurrir en Colombia, porque no encuentran el marco político y legal adecuado.
El especialista indicó que "el sector privado observa alto riesgo en América Latina", pero la situación financiera y el tamaño de la población de México representa un mercado adecuado, además de que en el Distrito Federal la experiencia ha sido exitosa.
También destacó que en Cuba el gobierno dio la concesión del servicio de agua potable de la ciudad de La Habana a la empresa Aguas de Barcelona. "La iniciativa privada actúa dentro de los límites que le ponga el gobierno" en la legislación; lo importante es "solucionar el problema de agua de la población.''
Chama refirió que en muchos casos la actuación de la iniciativa privada es depredadora, porque el gobierno abre el campo para ello ante la falta de políticas públicas en la materia.
En la región, la cobertura de la población del servicio de agua potable es variable, ya que mientras Costa Rica alcanza 99 por ciento de la población, en Haití sólo llega a 50 por ciento. La cifra más dramática es que recibe tratamiento tan sólo 12 por ciento de las aguas residuales de toda el área.
Un ejemplo de empresa con capital de la región en el abasto de agua potable es Conhydra, la cual se estableció en Colombia para llegar a poblaciones menores de 20 mil habitantes, ya que no eran del interés de las trasnacionales. Ahora buscan extender su presencia a otros países, como Perú, explicó Jorge Uribe, gerente de proyectos e inversiones de esa compañía.