Otros 12 trabajadores están hospitalizados; lento avance de las labores de rescate
Explosión y derrumbe en una mina de Coahuila; 65 obreros atrapados
Acumulación de gas metano, posible causa, dicen ex canteros; autoridades no lo confirman
San Juan de Sabinas, Coah., 19 de febrero. La explosión y el derrumbe en una mina de carbón propiedad de Industrial Minera México mantienen atrapados a 65 mineros a 150 metros bajo tierra. Tras el accidente, ocurrido cerca de las 3 de la madrugada del domingo, 13 trabajadores más fueron rescatados con vida, pero están hospitalizados por tener golpes y quemaduras de primero y segundo grados en el cuerpo.
El Ejército mantiene el control del área, que se localiza a unos 360 kilómetros al norte de Saltillo, pero las operaciones de rescate están a cargo de siete especialistas en operaciones de rescate bajo tierra enviados por la empresa Mineras Carbonífera Río Escondido, ubicada en Nava, Coahuila, que son apoyados por 34 obreros encargados de la rehabilitación de la zona devastada.
"Desafortunadamente las labores de rescate transcurren lentamente debido a las condiciones de la mina después de la explosión y la acumulación de gas metano; tampoco se trata de arriesgar a los rescatistas", señaló Armando Díaz, coordinador de las operaciones de rescate en la mina conocida como Pasta de Conchos.
Lo que estamos haciendo "es bajar, explorar, asegurar el área y avanzar; avanzamos despacio, pero es por seguridad de los rescatistas", señaló.
Si bien las autoridades aún no tienen el peritaje del accidente, la explosión habría ocurrido ante la sobreacumulación de gas metano derivado del carbón y el estruendo derrumbó las paredes y el techo de la mina en unos 250 metros de longitud.
Frente a los familiares de las víctimas, que permanecen en las afueras del complejo minero, al aire libre y bajo 3 grados centígrados de temperatura, el gobernador de Coahuila, Humberto Moreira Valdés, advirtió: "Si no conseguimos rescatar con vida a estas personas enfrentaremos una de las peores tragedias mineras en el país".
Moreira lamentó que a las 6 de la tarde de este domingo, es decir, 15 horas después del accidente, ningún representante de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social -encargada de regular la seguridad en las minas- se haya presentado en el lugar. "No están aquí, no han llegado", aseguró el gobernador.
Sergio Robles Garza, director de Protección Civil en el estado, confió en que los 65 mineros atrapados bajo tierra se encuentren con vida. "Hay un sistema de ventilación en la mina y está operando normalmente; creemos que a los mineros atrapados les está llegando aire, oxígeno", indicó.
Sin embargo, el mismo gerente de la mina, Rubén Escudero, advirtió que el equipo de oxígeno personal de cada trabajador tiene vigencia de seis horas, eso "si el trabajador está tranquilo y si no está corriendo".
Luis Chávez, director general de Minas de la Secretaría de Fomento Económico en Coahuila, aseguró que Pasta de Conchos "es una de las minas más tecnificadas, de las más seguras, por lo que no nos hemos atrevido a señalar que el accidente haya ocurrido ante una elevada concentración de gas metano y que no lo hayan percibido los trabajadores".
Pero esta opinión se enfrenta a la de familiares de los mineros atrapados y a la de ex trabajadores de la compañía, quienes aseguran que los estándares de seguridad nunca han sido los adecuados.
"Todo el tiempo les he dicho que esta mina es insegura, pero la necesidad te hace entrarle. Yo trabajé aquí como cinco años y había mucho gas, era una bomba de tiempo allá abajo", aseguró Zacarías Cruz, cuyo hermano y cuñado -este último con un mes de antigüedad en la empresa- se encuentran entre los 65 mineros atrapados.
"Mañana llego temprano"
La noche del sábado 18, poco antes de que partiera rumbo a la mina a cumplir su jornada laboral, entre las 11 de la noche y las 7 de la mañana, Rolando Alcocer prometió a su esposa, Rosa María Mejía Rivera, regresar temprano a casa, pues había decidido no permanecer en la empresa trabajando tiempo extra.
Sin embargo, Alcocer -minero con experiencia de 19 años- no pudo cumplir su compromiso, pues en plena madrugada quedó atrapado a 150 metros bajo tierra, junto a 64 de sus compañeros.
"Yo dependo de mi esposo, pero ahora está allá abajo y no sabemos si está vivos o no. Seguido se tenía que quedar a trabajar después de su turno, apenas así, para completar, porque le pagan muy poco, 56 pesos diarios; pero cuando salió de la casa me dijo que no pensaba quedarse más tarde; 'mañana no me quedo, me vengo temprano', me dijo, pero no llegó, está allá abajo y no sé si lo voy a volver a ver", dijo sin poder contener el llanto.
Si bien el gobierno y la empresa se han esforzado por hacer creer a los familiares de los trabajadores que éstos serán rescatados con vida, algunos ya se empiezan a resignar y a creer que no será posible.
"El asunto está algo feo; debemos hacernos a la idea de que no va haber sobrevivientes", consideró Zacarías Cruz.
Por lo pronto, médicos del hospital del IMSS en San Juan de Sabinas -donde habitan poco más de 40 mil personas y en el que dos de cada tres jefes de familia son mineros- atienden a los 13 lesionados que fueron rescatados minutos después del derrumbe y la explosión.
Los médicos reportan con golpes y quemaduras de considerable gravedad a Felipe Morín Jasso, Israel Muñiz, Ricardo Ramírez Salazar, Jesús Castillo Reyes, Cruz Alvarez Almaguer, Fermín Rosales Martínez, Marco Antonio Martínez, Erbey Flores Moreno, Juan José Galván Maltos, Juan Velásquez Castro, Elías Aguilera de la Rosa y Norberto Olalde y hay también otro lesionado cuya identidad no se reveló.
Según información ventilada por las autoridades, 36 de los 65 mineros atrapados laboran directamente para Industrial Minera México, subsidiaria de Grupo México y el resto para la Compañía General de Hullua, contratista de la primera.
El director de Protección Civil en Coahuila, Sergio Robles, informó anoche a los familiares de las víctimas que los trabajos de rescate no se suspenderán "en ningún momento", por lo que confió en que en que al mediodía de este lunes los rescatistas logren ingresar a la zona donde están atrapados los mineros.