Por primera vez en la isla se abordan torturas y desapariciones en México
Jóvenes de AL víctimas de represión reseñan experiencias en La Habana
La Habana, 19 de febrero. Jóvenes latinoamericanos, víctimas de alguna forma de represión en el área en las últimas décadas, reseñaron su experiencia durante un acto público, con el reiterado interés de combatir la impunidad.
Ante un auditorio de jóvenes cubanos y latinoamericanos que estudian en la isla, los testimonios se escucharon el sábado en la noche en el recién construido anexo de la Tribuna Antimperialista José Martí y hoy fueron transmitidos íntegramente en cadena nacional de radio y televisión.
Juan Carlos Mendoza y Pavel Ramírez Hernández, profesores de la Universidad Nacional Autónoma de México, expusieron en síntesis el caso de los desaparecidos en ese país. María de la Luz Maqueda, mexicana, estudiante de la Universidad de La Habana, habló de episodios recientes de represión.
Esta fue quizá la primera vez que los medios de comunicación de Cuba tratan explícitamente la represión, la tortura y las desapariciones en México.
Durante décadas los medios cubanos se abstuvieron de abordar la situación interna mexicana, en correspondencia con la estabilidad de las relaciones bilaterales.
Esa circunstancia cambió hace cuatro años, al estallar el conflicto entre los dos gobiernos, cuando los cubanos empezaron a leer o escuchar detalles de la vida política, social y económica en México, a través de los medios locales.
El gobierno mexicano "siempre ha dado esa imagen hacia fuera de ser defensor de los derechos humanos, al recibir exiliados", dijo Ramírez, hijo de un padre desaparecido. "En la práctica no es así".
Paula Mónaco, argentina residente en México, explicó el surgimiento y funcionamiento de HIJOS, la organización Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio, surgida en 1995 para documentar la represión en su país y promover acciones de justicia en el terreno legal y social.
"Hay un avance muy grande" en la promoción de juicios a los represores de la última dictadura militar, dijo Mónaco, al recordar la reanudación de procedimientos judiciales. "Hay unos 200 genocidas arrestados".
Con sus propios recuerdos o a partir de testimonios familiares, hablaron el argentino Gustavo Sánchez, el salvadoreño Guillermo Argueta, los chilenos Carlos Aires, Eduardo Sánchez y Pablo Sepúlveda (nieto del presidente Salvador Allende) y el cubano Camilo Rojo, hijo de una víctima del atentado a un avión civil en 1976.
El anexo de la Tribuna fue construido a unos metros de la Sección de Intereses de Estados Unidos, después de que la oficina diplomática puso a funcionar el mes pasado una pizarra electrónica con mensajes políticos.
El nuevo foro se inauguró con un plantón de familiares de víctimas de atentados contra Cuba y el izamiento de una muralla de banderas negras, que al ondear taparon la visibilidad de la marquesina.
Luego se presentaron sendos libros de los argentinos Miguel Bonasso y Stella Calloni. Una banda militar tocó ahí esta mañana himnos y marchas "en repudio a las manifestaciones" de la oficina estadunidense, según la convocatoria.
Los actos en el anexo a la Tribuna parecen prolongar la réplica cubana a la pizarra, y en general el choque verbal entre Cuba y Estados Unidos.