Los primeros otros vientos
Ampliar la imagen El delegado Zero da lectura al primer recuento del recorrido de la otra campaña por el sureste mexicano Foto: Víctor Camacho
México, 18-19 de febrero de 2006.
A nombre del Sistema Zapatista de Televisión Intergaláctica, "la única televisión que se lee", agradecemos este espacio para la presentación de un programa especial, patrocinado por "Huaraches Yepa, Yepa. El único huarache globalizado" y "El Pozol Agrio. Un deleite para el paladar".
Aprovechamos para informar que los canales en los que transmite el SZTVI son de acceso exclusivo y preferencial para los medios alternativos de comunicación alternativa, y para toda persona honesta y consecuente en cualquier parte del planeta Tierra. Como alternativa al fastidioso (e ineficiente) sistema de PPV, el SZTVI ofrece el sistema NPPL (No Pague Por Leer) como una muestra de cortesía para nuestros compañeros y compañeras.
El siguiente programa será retransmitido por la banda de abajo a la izquierda por medios que van desde la radio pirata, hasta el muy sofisticado (y prácticamente imposible de interferir) chisme de lavadero. Con ustedes, el programa...
LOS PRIMEROS OTROS VIENTOS
Primera parte
(Chiapas, Quintana Roo, Yucatán, Campeche)
"Queremos que le echen aire a nuestra palabra, que vuele bien alto y que llegue muy lejos".
Palabras de un indígena maya, dichas en el Otro Cancún, en el Otro Quintana Roo, en el Otro sureste, en la Otra Campaña, en el Otro México.
Caminando sobre sí misma, con el pretexto de un pasamontañas, la Otra Campaña entra al año señalando, desde sus primeros pasos, la respuesta que tendrá de arriba. La marcha que, en San Cristóbal de Las Casas, fuerzas conjuntas de la "Otra Campaña" realizan el día primero de enero de 2006, ve cómo se van apagando las luces del alumbrado público conforme avanza su paso. Casi de manera simultánea, paulatinamente, en los medios masivos de comunicación se van apagando los micrófonos, cámaras, grabadoras y libretas de apuntes. Primer triunfo de la Otra: más que indiferencia, el silencio de arriba refleja miedo, mucho miedo. El paso conjunto de la Otra no es sólo un desafío al sistema económico y social (y a la clase política que vive de y con él), es también otro paso, el cambio de ritmo y dirección de quienes hasta ahora han estado a la defensiva, resistiendo, sobreviviendo, arañando la historia para no caer. La Otra es ahora un paso a la ofensiva. Y, así, un aún pequeño sonido nace en el México de abajo. Y nace para hacerse luego murmullo, después grito, finalmente movimiento. Con su paso, la Otra tiene un mensaje para los de arriba: "Ya basta. Ya no. Ahora vamos por ustedes." Un escalofrío recorre la espina dorsal del sistema: en lugar de escuchar a los de arriba, los de abajo han elegido escucharse a sí mismos.
CHIAPAS
Arriba, una escenografía ambulante. Abajo, un corazón ya incompleto y una indignación creciendo, buscando el paso, el camino, el rumbo y el destino.
Las estaciones de la Otra Chiapas se suceden una a una, pero la voz indignada se reitera. Desde el día primero, la Otra Campaña demuestra que es más, mucho más que el EZLN. San Cristóbal de Las Casas, Palenque, Chiapa de Corzo, Tuxtla Gutiérrez, la cárcel del Amate, Tonalá, Joaquín Amaro, San Isidro, Huixtla, Ejido Nuevo Villa Flores. Indígenas, sobre todo indígenas, y, con ell@s, quienes acompañan sus dolores y rebeldías: organizaciones no gubernamentales, grupos, colectivos, familias, personas individuales que trabajan en defensa de los derechos humanos, lucha de género, proyectos productivos, educación, cultura, defensa del medio ambiente, comunicación alternativa, análisis y debate teórico. Mayoritariamente mujeres, mayoritariamente jóvenes. Ahí están, siempre estuvieron ahí, aun antes de 1994.
Pero algo ha cambiado: su voz ya no trae sólo el apoyo solidario y la simpatía al zapatismo, ahora habla su historia, su resistencia, su lucha. El "esto soy" con el que arranca la Sexta Declaración de la Selva Lacandona empieza ya a contar otras historias y a nombrar al otro, a la otra, por voz de ell@s mism@s. Organizaciones indígenas y pueblos indios, no son zapatistas pero tampoco antizapatistas, demuestran que los pendientes no son sólo con quienes se alzaron en armas en 94, sino con la raíz misma de la nación mexicana.
La reaparición de los indígenas evangélicos de la periferia de San Cristóbal de Las Casas acaba con el espejismo de que la Otra Jovel es mestiza. En Palenque surge lo que parece un síntoma, pero que en realidad es un movimiento que crecerá conforme avance la Otra por el sureste mexicano: la resistencia contra los altos precios en la energía eléctrica y contra la privatización. Las primeras voces contra los embates gubernamentales que pretenden privatizar la industria eléctrica, tienen color moreno y hablan lengua indígena.
En Chiapa de Corzo y Tuxtla Gutiérrez aparecen nuevas voces con sonido propio: locatarios de mercados, maestros, estudiantes, colonos, campesinos no indígenas. La línea de tensión que une al sureste con el norte aflora en los primeros pasos: David Meza, chiapaneco que es usado como chivo expiatorio para esconder la ineficacia de las autoridades en el feminicidio que asentó sus reales en Ciudad Juárez, Chihuahua. El joven (26 años) es acusado de asesinar a su prima Neyra Azucena Cervantes (19 años). Con torturas es obligado a firmar una confesión. El o los asesinos reales (sin videos o grabaciones que los descubran todavía) siguen libres y sumando más muertas a la lista del dolor en el norte mexicano.
Los jóvenes estudiantes señalan una verdad: la educación es mala y tiende a privatizarse, y al salir no hay empleo. La injusticia tiene en Chiapas rostro y nombre de indígena, campesino, maestro, periodista. Pero también la digna rebeldía: la sección VII del SNTE y la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas, no sólo ponen presos, también movilizaciones. En Tonalá, en Joaquín Amaro, en San Isidro y en Huixtla, vuelve a aparecer el movimiento de resistencia civil contra el alto costo de la energía eléctrica, pero ahora ya sabe que no está solo.
Y en toda la costa chiapaneca se aprecia la labor conjunta de autoridades y empresas en la destrucción de la naturaleza. El trabajo es ahora un lujo por el que hay que pagar y la pobreza un delito. Crecen las críticas a la clase política y al PRD como un PRI renombrado, corregido y aumentado en su corrupción. Acá escasea el agua, las escuelas no tienen ni pizarrón y los mensajes de Fox sobre "excelencia educativa" suenan a burla descarada. Los ancianos y ancianas protestan por el trato de producto no reciclable que reciben. A lo largo de la costa, la sierra es una herida que está lejos de cicatrizar. Remontándola se llega al ejido Nuevo Villa Flores y al acto más combativo de la Otra, con la OCEZ-UNOPII como anfitriona.
A medio camino, un golpe al corazón obliga al silencio con que dolemos a quienes en la lucha queremos. La Comandanta Ramona se va, dejando un bordado multicolor como propuesta zapatista para la Otra en todo el país. En las montañas del sureste mexicano l@s zapatistas nos arrancamos un pedazo de la ropa que vestimos y, con ese jirón adolorido en el hombro izquierdo, nombramos a quien ahora nos hace falta irremediablemente.
Mientras tanto, conforme avanza el paso de la Otra, el gobierno estatal va moviendo la escenografía de "en Chiapas todo está en calma", pero sólo para consumo de quienes han aceptado la ley mordaza. Para la foto: máquinas trabajando en la autopista. Para la sombra: el escándalo de la "desaparición" de los recursos y la ayuda destinada a los damnificados por las tormentas. El gobierno de Chiapas, cuando le da tiempo su trabajo de consultor de bienes raíces y asesoría en imagen pública del "rey de la mezclilla" (y emperador de la pederastia y el porno infantil), persigue y encarcela a maestros disidentes y a periodistas, y, además, se construye monumentos mediáticos para alabarse y alabar a Fox. El paso de la Otra obliga a redoblar... los gastos en publicidad.
Demasiado tarde. No importa que allá arriba cierren los ojos y los oídos, abajo se han escuchado y visto. Ahora un viento se levanta y, desde abajo y a la izquierda, enrumba para...
QUINTANA ROO
Arriba, un país de hoteleros. Abajo, vuelve a hablar Chan Santa Cruz.
Chetumal, Carrillo Puerto, Playa del Carmen, Cancún. Nombres que remiten a destinos turísticos, a grandes empresas hoteleras y a desastres naturales. Pero la historia de abajo cuenta que los últimos han sido propiciados por los gobiernos pro empresariales. Las privatizaciones de grandes extensiones de tierra y agua se logran con leyes amañadas, despojos de tierras ejidales y comunales, y con la destrucción de la naturaleza. La voz campesina denuncia despojo de tierras y la privatizacón de las playas con el Procede como punta de lanza. En Majahual, en tiempos en que el gobierno norteamericano levanta un muro en la frontera norte, otro es levantado por empresas extranjeras para impedir el paso a una playa. El campo no sufre ya la desatención del gobierno bajo estos cielos; ahora tiene una dedicación privilegiada, pero para conquistarlo-destruirlo: altos intereses en los créditos, bajos precios en lo que produce, conversión del ejidatario y el comunero en pequeño propietario vía Procede. El resultado es endeudamiento, embargo o compraventa. Y donde antes había un campo de cultivo, ahora hay, o habrá, un centro comercial o turístico, una zona residencial o un aeropuerto.
Llover sobre mojado: ¿no fue la prioridad del gobierno panista de Fox, cuando el huracán Wilma, socorrer a los grandes hoteleros en lugar de a la gente humilde? El miedo de allá arriba a la Otra reparte cobijas a los mayas de Nicolás Bravo para que no vayan a las reuniones, mientras la madera es saqueada por las grandes empresas con permisos gubernamentales y la selva se destruye con aval legal.
Pero la naturaleza y la historia tienen sus guardianes. Individualmente o en organizaciones, la defensa de la naturaleza y del patrimonio histórico sostiene sus bastiones en todo Quintana Roo. Hombres y mujeres se reúnen, analizan, discuten, acuerdan no quedarse callados ni inmóviles. Emprenden así una doble lucha: la una por la defensa legal de la naturaleza y de la historia, y la otra por crear conciencia entre la gente de abajo y a la izquierda. De la mano de estos esfuerzos marcha un otro quehacer artístico y cultural, topando pared con la chabacanería de la política cultural foxista y buscando abajo otros oídos, otras miradas.
En un rincón del rincón que es el sureste mexicano aparece entonces la voz indígena de la Unión de la Defensa de la Raza Maya y del Colectivo de Isla Mujeres. La palabra morena de los más pequeños es la que mejor ha resumido el propósito de la primera etapa de la Otra: darle aire a la palabra, que vuele alto, que llegue lejos. El paso titubeante inicial de los medios alternativos que van en la Karavana ya tiene, a estas distancias, ritmo propio y una definición firme: para que el oído exista y crezca, se necesita la palabra del otro. Se reorientan entonces las direcciones de las otras cámaras y micrófonos y, con est@s otr@s hombres y mujeres, empieza a volar alto la voz de agricultores, pescadores, albañiles, artesanos, ambulantes, indígenas, campesinos sin tierra, colonos, estudiantes, maestros, obreros, investigadores, hombres, mujeres, jóvenes, sobre todo mujeres y jóvenes.
Pero además de voces, susurros, murmullos y gritos, la Otra escucha silencios. Aquí, en las tierras mayas de Quintana Roo, Chan Santa Cruz retoma el mensaje de las montañas chiapanecas, se hace eco y así repite: "Que despierten los guardianes todos de la tierra, la madre. Que despierten los vigilantes. Que despierten de la noche del dolor. Llegó la hora".
El viento toma entonces nueva fuerza y, con la voz del otro como motor y combustible, llega a...
(Mañana, Yucatán y Campeche, en la continuación de esta primera parte.)
Desde la Otra Tlaxcala,
Sup Marcos