No sólo explota a los internos, sino además controla alimentos, custodios, jueces...
Juanito Naked se volvió mandamás en San Miguel al amparo de gobernadores
Puebla, Pue., 19 de febrero. El empresario de origen libanés Hanna Naked Bayeh -involucrado en la intriga para encarcelar y agredir sexualmente a la periodista Lydia Cacho Ribeiro- no solamente goza del privilegio de explotar laboralmente a los internos del penal de San Miguel, el principal reclusorio del estado, sino que también controla la compra de alimentos, el área de visita conyugal y la designación de custodios, además que trafica "favores" con algunos jueces. Muchas de estas prerrogativas las obtuvo a finales de la década de los ochenta y le fueron otorgadas por el entonces gobernador de Puebla, Mariano Piña Olaya.
De acuerdo con entrevistas a ex reos y fuentes que conocen cuanto sucede en el Centro de Readaptación Social de Puebla, mejor conocido como San Miguel, desde la época de Piña Olaya en cada gobierno, a excepción del sexenio de Manuel Bartlett Díaz, Naked Bayeh ha ido obteniendo nuevos negocios y privilegios dentro del penal, razón por la cual no son exageradas las afirmaciones que se escuchan en las grabaciones que revelaron la intriga contra Lydia Cacho en cuanto a que este empresario controla dicha prisión.
Naked se estableció en Puebla hace 25 años y ha sido protegido por el empresario Kamel Nacif Borge, el rey de la mezclilla, de quien se dice que le ayudó a resolver su situación migratoria en México. Juanito Naked, como también se le nombra, logró poner una empresa con la ayuda de Mariano Piña Olaya cuando éste era gobernador, negocio que usaba la mano de obra de los internos de varias cárceles poblanas, siendo la de San Miguel su principal centro de operación.
En un principio se justificó el proyecto con el argumento de que servía para dar cumplimiento a la Ley de Ejecución de Sanciones, ya que se enseñaba un oficio a los reclusos, se les readaptaba y se les otorgaba un salario. Pero la realidad era muy distinta, ya que a los internos -hombres y mujeres- se les ponía a deshilachar la mezclilla proveniente de las fábricas de Kamel Nacif sin que recibieran capacitación, eran sometidos a jornadas hasta de 14 horas y con un sueldo semanal de cien viejos pesos.
Muchos de los presos que eran explotados maquilando prendas de mezclilla presentaron quejas por los accidentes laborales y malos tratos que recibían, en especial las mujeres.
Cuando Manuel Bartlett fue gobernador, la Secretaría de Gobernación (SG) estatal exigió a Naked que pagara salario mínimo a los internos. El empresario se negó y prefirió que le retiraran el permiso para mantener sus negocios en los penales.
Los problemas se solucionaron para Naked cuando Bartlett dejó el cargo y llegó al puesto de gobernador Melquiades Morales Flores. Juanito Naked, con la complacencia del entonces titular de la SG local, Carlos Arredondo Contreras, empezó a ser el proveedor de alimentos para esa prisión.
Dichos alimentos siempre han sido de pésima calidad: verduras echadas a perder y carne de pollo, pescado y res, en muchas ocasiones ya en estado de descomposición. En el sexenio pasado los presos se quejaron debido al incremento de enfermedades gastrointestinales. El gobierno nunca atendió los reclamos.
Las cosas no terminaron ahí. Durante la administración de Melquiades Morales, el poder de Hanna Naked creció hasta convertirse en el hombre más influyente del penal, ya que ha podido quitar y poner custodios y controlar la zona de visita íntima.
Juanito Naked se apoyaba en un custodio apodado El General, a quien destituyeron luego de haber propinado una golpiza a un interno que se negó a pagar servicios de protección.
Entre los litigantes que acuden a tribunales penales ubicados a un costado del penal de San Miguel es un secreto a gritos que Hanna Naked es muy eficiente para tramitar "favores" con ciertos jueces, ya sea para que impongan fianzas o garantías fáciles de pagar, otorgar autos de formal prisión o dictados de libertad.
La semana pasada un reportero de Televisa logró detectar a Juanito Naked cuando salía de una oficina pública ubicada en la parte externa de la prisión de San Miguel. El empresario se negó a hablar de su participación en la intriga contra Lydia Cacho y de sus negocios en el penal. Nadie sabe bajo qué criterios obtiene permisos para explotar a los internos y a cambio de qué le dan ese derecho.