Martín Rábago y Arizmendi dicen que el caso "está ensuciando" a todo el país
El arzobispo de Puebla pide indagar sobre red de pederastas y espionaje
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El arzobispo de Puebla, Rosendo Huesca Pacheco, acompañado de su vocero, el padre Eugenio Lira, durante la conferencia de prensa que ofreció ayer
Foto: Notimex
El arzobispo de Puebla, Rosendo Huesca Pacheco, aseguró ayer que el conflicto por las supuestas grabaciones telefónicas entre el gobernador de esa entidad, Mario Marín, y el empresario Kamel Nacif, para confabularse en contra de la periodista Lydia Cacho, está logrando que se olviden dos temas medulares: la posible red de pederastas que estaría detrás de todo esto y la invasión a la privacidad de las personas mediante el espionaje telefónico.
Auna semana de que La Jornada hizo públicas esas llamadas telefónicas, Huesca Pacheco aseguró que "el problema de fondo que estamos dejando a un lado es que haya redes de pederastas. Eso es terrible y parece que es lo que denuncia esta periodista. Es una especie de crimen organizado, porque una cosa es la terrible situación de un señor que cae en este terrible perversidad y otra cosa es una red"
Aunado a ello, dijo, "no estoy de acuerdo en que demos por hecho que se volvió bueno grabar en los teléfonos. De repente se volvió bueno, como si dijéramos que la mentira es buena. Lo que es malo es malo".
Declinó opinar sobre la salida del gobernador mientras se esclarecen los hechos. "Si el camino jurídico ya está trazado, pues todos deseamos que se siga y que sea con rapidez para que salgamos de una situación que nos desconcierta y que ojalá no nos confronte."
En Guanajuato, el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), José Guadalupe Martín Rábago, dijo sentir "asco" por las conversaciones sostenidas entre el rey de la mezclilla y el mandatario poblano. "Siento náuseas por todo lo que ahí se dice y por todo lo que hay detrás de este acontecimiento. Me provoca asco, me da pena de que en nuestro país se den este tipo de manifestaciones."
Martín Rábago subrayó: "Desearía que en mi patria, que en mi país se pudiera conseguir un clima político y social de otra naturaleza. Creo que no nos merecemos estos acontecimientos".
También el obispo de San Cristóbal de las Chiapas, Felipe Arizmendi, se refirió al tema y consideró que el "lodazal" que ha aparecido por el caso de la periodista Lydia Cacho es "vergonzoso y está ensuciando a todo el país".
Inclusive se pronunció por realizar una investigación en la fábrica Trans-Textil, que en 2002 instaló en esa ciudad Kamel Nacif, "para ver cómo están los sueldos y cuál es el trato que se da a los empleados".
En declaraciones hechas luego de oficiar misa en esa localidad, dijo que "es una pena el lenguaje soez, bajo, carretonero y de la peor ralea que se utiliza, lo que manifiesta la poca cultura que hay". Añadió que ojalá todo lo que está saliendo a la luz pública "sea una llamada de atención para todos", con el fin de "purificar" al país.
Por su parte, el arzobispo primado de México, Norberto Rivera, se pronunció por el esclarecimiento de los hechos "políticos" y que con base en ello se haga justicia, "para que esto no se quede como muchas veces en un plan mediático" y un "escándalo político".
Aunado a ello, llamó a las autoridades a esclarecer los hechos para evitar una "impresión confusa" en la opinión pública. "Se oyen tantas voces que muchas veces la gente no sabe ni qué pasó realmente", añadió.
Luego de su homilía dominical en la capital del país, Rivera Carrera consideró que "es importante" que las declaraciones de Mario Marín y Kamel Nacif "se clarifiquen" para que se conozcan los hechos y se haga justicia.
"Esto queda muchas veces en un plan mediático y las autoridades que debían actuar para que se haga justicia, con esas personas que fueron lastimadas, pues (todo) se queda en simple anécdota. No se llega a la justicia, se queda solamente en el escándalo político, en el escándalo mediático", afirmó.