Usted está aquí: domingo 5 de febrero de 2006 Espectáculos NIÑOS

NIÑOS

Miguel Yedra

Guerra por conquistar la paz

Ampliar la imagen Aspecto de la obra Mar de silencio, basada en una leyenda japonesa

LLEGO AL CENTRO Cultural del Bosque para ver una obra de teatro infantil. Tenía que escoger entre las tres que programa la Dirección de Teatro del INBA, lo hice pensando que ya había perdido dos domingos seguidos en los que me topé con dos obras hechas para castigar a los pequeños, cuyos padres habían tenido la sana intención de llevarlos a divertirse al teatro. Para esta columna significaría cumplir un mes sin aparecer. Luego de extrañar las programaciones abundantes del programa Alas y raíces a los niños, nos decidimos por Mar de silencio, de Robin Kingsland, puesta en escena por el Grupo 55 que se presenta en el teatro Orientación, que alargó su temporada dos meses. Es una historia de hombres sencillos que tuvieron la suerte de regresar de una guerra a su pueblo. El asunto es que algunos tendrán que enfrentar otra guerra, esta vez para conquistar la felicidad propia y la tranquilidad de todos. Deberán luchar contra la intolerancia, la inquina, la incomprensión, la mentira más lo que se acumule en el transcurso.

SERES MAGICOS Y maravillosos intervendrán para ayudar al pescador Koto a restablecer el orden cósmico y rencontrar el amor de su esposa.

EL TRABAJO DE dirección es bastante limpio, bien pensado y organizado. Logra momentos brillantes en su propuesta estética, aunque un poco floja en la dirección emocional de los actores.

LARICK HUERTA muestra capacidad para hacer contrastar los tres papeles que le corresponden y encuentra momentos culminantes cuando se debate en un mar de contradicciones. Aracelia Guerrero y Abigail Sogui contienen a sus personajes con buena técnica. Bernardo Gamboa es un actor medido. Y Salvador Jiménez, cumplidor.

LA ESCENOGRAFIA Y la iluminación, autoría de Jorge Ferro, es cuidadosa y correcta, particularmente en lo que se refiere a la creación de ambientes. Un excelente vestuario de Edyta Rzewuska que nos lleva al asombro. La música limpia y discreta es obra de Leopoldo Novoa. salimos pensando en que el día no se perdió y que ésta es una obra que merece verla gran cantidad de niños y padres. Se presenta sábados y domingos a las 12:30 en el teatro Orientación del Centro Cultural del Bosque, atrás del Auditorio Nacional, entrada 60 pesos.

 
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