En 22 años ha atendido a más de 300 féminas
Apoya albergue de Jalapa a embarazadas desprotegidas
Jalapa, Ver., 20 de enero. Mary tenía sólo 15 años de edad cuando se embarazó. Con los ojos anegados narra cómo su madre la golpeaba y amenazaba con regalar a su bebé si no se tomaba un té para abortar.
Ante el temor a que su mamá cumpliera la amenaza huyó de su casa.
Llegó a Jalapa a trabajar con una familia y a los ocho meses de embarazo la llevaron al DIF municipal, donde la canalizaron a la casa hogar Tepeyac.
Ahí fue atendida hasta que dio a luz a una niña que padecía síndrome de Down y otros problemas de salud. La bebé murió a los cinco meses de edad.
En los 22 años que lleva funcionando, el albergue Tepeyac ha dado atención a más de 300 madres desamparadas, a las que apoya durante sus embarazos y partos.
Posteriormente les consigue trabajo, y a algunas las reincorpora con sus familiares.
La casa hogar, dice una de sus fundadoras, María de los Dolores Mateos y Velasco, ha sido objeto de prejuicios, "tanto que prácticamente nos sacaron de Teocelo, municipio cercano a Jalapa, porque la gente decía que dábamos mal ejemplo".
En Jalapa ocuparon varios inmuebles que les dieron en comodato, hasta que hace ocho años, con fondos que juntaron a través de rifas y con ayuda del DIF, lograron comprar un inmueble .
Desde entonces el albergue ha recibido a más de 300 mujeres embarazadas, cuyas edades van de 11 hasta 30 años.
La mayoría de los embarazos son producto de una violación. Otras jóvenes son abandonadas por sus novios y los padres las corren del hogar, algunas en los primeros meses de gestación y otras con embarazos avanzados.
También hay casos en los cuales las muchachas tienen el apoyo de los padres, pero no cuentan con recursos para atender el embarazo y el parto.
A las futuras madres les ofrecen alimentación balanceada, atención médica y sicológica y les enseñan algún tipo de labor con la cual puedan subsistir al salir del lugar.
María de los Dolores, actual presidenta del patronato, así como las religiosas Marta y Mónica, relatan que en una ocasión llegó una niña de la calle.
Tenía su pareja: un jovencito que trabajaba de payasito, más o menos de la misma edad, 11 años, que la visitaba y le llevaba pan y cocacola.
En el albergue nació su bebé y luego se fue con su novio, pero la casa hogar Conecalli del DIF recogió al niño y les ofreció regresárselos hasta que tuvieran un lugar donde vivir y un medio para sostenerlo.
Actualmente la casa hogar Tepeyac alberga a una menor de 14 años, con un embarazo avanzado.
La menor fue violada por su padrastro y tuvo que dejar la primaria, en la que cursaba el quinto grado.
Ella fue la que denunció a su padrastro. Su mamá no la apoyó, pero sí un hermano, quien la llevó al albergue.
Martha Jiménez, quien atiende a las embarazadas y forma parte del patronato, señala que todavía hay mucha gente "que no quisiera que ayudáramos a estas mujeres, quienes padecen maltrato y abandono de sus familiares, lo cual es lamentable".