Comparado con Glenn Gould, Kafka y "otros asociales del arte", como afirma Andreas Kurz, la vida y la obra del austríaco Thomas Bernhard, muerto en 1989 y en su tiempo candidado permanente al Premio Nobel, han sido desde entonces un surtidor de mitos que lo alcanzan no sólo a él, sino a muchos escritores de su estirpe: solitario, misántropo, tímido, puro, seductor y a la vez un tanto repelente... En su ensayo, Kurz apunta inteligentemente a la desmitificación a través de un acercamiento más íntimo: el que efectuara Karl Ignaz Hennetmair en su célebre Un año con Thomas Bernhard. Completan el número un texto sobre la personalidad autoral de Margaret Atwood, dos sonetos de Adolfo Sánchez Vázquez y un ensayo que propone recuperar a la maestra del cuento que fue la injustamente olvidada Amparo Dávila. |