Usted está aquí: sábado 24 de diciembre de 2005 Política "Pedimos a Dios que no despierte el poder de la comunidad allá"

"Pedimos a Dios que no despierte el poder de la comunidad allá"

Purisima del Rincon, Gto., 23 de diciembre. Con una celebración religiosa en la catedral de este municipio, para "reconocer la importancia que tiene el trabajo de los migrantes en Estados Unidos y México y pedir a Dios que derribe los muros que se levantan para evitar el flujo migratorio", iniciaron los festejos de la primera Celebración de los Rancheros Migratorios, organizada por la comunidad guanajuatense de esta región, con apoyo de las autoridades locales.

Durante la ceremonia religiosa el párroco de la ciudad, Héctor Carranza, pidió "por los políticos, para que velen por los derechos de los más necesitados, sobre todo de los migrantes, quienes tienen que dejar este país para buscar mejores condiciones de vida".

Consideró que mientras en Estados Unidos "la mano de obra mexicana se busca por barata y calificada, las autoridades mismas le ponen un freno a su economía al cerrar la frontera".

En tono de advertencia, Carranza indicó que las políticas antimigrantes adoptadas por el gobierno de Estados Unidos "pueden provocar un conflicto grande con la comunidad mexicana en ese país; ya hay una película que habla de lo que pasaría si un día no hay mexicanos allá, así es que pedimos a Dios que las autoridades mexicanas, si no hacen su tarea de protegerlos bien, como se debe, no hagan despertar el poder de la comunidad mexicana allá, en el otro lado".

En ese tenor, la comunidad de esta localidad que trabaja en el vecino país del norte se inconformó por lo que considera una "decisión criminal" de levantar un doble muro en la frontera que divide a ambos países.

En un breve discurso que pronunció en nombre de los "mexicanos que nos partimos la madre en tareas que nadie quiere", José Martínez -quien orgulloso presume un tatuaje que dice "Hecho en Guanajuato"- levantó su voz: "queremos protestar desde esta tierra y esperamos que se oiga hasta la Casa Blanca, que nuestras manos no son criminales, que nuestras manos trabajan en las tareas más pesadas que nadie quiere, que nosotros hacemos las carreteras, levantamos las casas, limpiamos los jardines y las casas de los políticos que hoy nos quieren echar de ese país".

También reclamó que mientras los trabajadores mexicanos no tienen derecho a la seguridad social "sí pagamos impuestos, pagamos por la educación, pagamos por lo que comemos y por lo que vestimos, aún así, cuando el patrón no quiere cumplir con los migrantes, nos echan a la migra".

Al finalizar los festejos de este día, se realizó la bendición de automóviles importados de Estados Unidos "para que los lleven con bien a sus destinos y, por si se quedan, sean prontamente regularizados", comentó el párroco Héctor Carranza.

Martín Diego Rodríguez, corresponsal

 
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