Usted está aquí: jueves 22 de diciembre de 2005 Opinión ¿A quién benefician las ganancias de Pemex?

Editorial

¿A quién benefician las ganancias de Pemex?

Petróleos Mexicanos (Pemex) es un pilar fundamental de la economía nacional: aporta a las arcas públicas 60 por ciento de sus ventas por concepto de pago de impuestos. Ayer miércoles, la paraestatal, la novena compañía petrolera a escala mundial, informó que entre enero y noviembre de este año sus ganancias por las exportaciones de crudo de las clases Maya, Istmo y Olmeca ascendieron a un total de 25 mil 724 millones de dólares en flujo de efectivo, lo que representa un incremento de 32 por ciento (6 mil 230 millones de dólares) respecto al mismo periodo de 2004. Sin embargo, el destino de sus recursos es una incógnita, que cobra una especial relevancia si se tiene en cuenta que Pemex se encuentra en un virtual estado de quiebra, con grandes necesidades de inversión en su infraestructura, y que el país requiere aumentar sus inversiones en rubros vitales como educación, salud y generación de empleos, entre otros, para superar los graves rezagos sociales y económicos que padece.

Las cifras sobre las operaciones de Pemex son contundentes: 2005 ha sido un año lucrativo para la empresa. En los once meses de referencia, la paraestatal superó en 4 mil 491 millones de dólares el total de ganancias que obtuvo en 2004. Asimismo, se espera que la compañía obtenga beneficios en todo este año de unos 70 mil millones de dólares, una cantidad que incluye las ventas internas de crudo y que constituye un nuevo nivel histórico máximo. Tal incremento se debe, en parte, a las altas cotizaciones internacionales que alcanzó el barril de petróleo en este año, hasta 42.45 dólares para la mezcla mexicana.

Pero estos recursos no se han traducido en las urgentes inversiones que Pemex requiere. En la primera mitad de 2005, el director general de la empresa, Luis Ramírez Corzo, reveló que la petrolera está "a punto de la quiebra (...) La estructura financiera de Pemex está en crisis, a punto de perder el capital", con pasivos por poco más de 93 mil 167 millones de dólares, de los cuales 30 mil millones corresponden a pasivos laborales y otros 4 mil 500 millones a deuda de Proyectos de Inversión Diferida en el Registro del Gasto, los llamados Pidiregas. Adicionalmente, la infraestructura de Pemex se está cayendo a pedazos por la falta de inversión en el mantenimiento de plantas, oleoductos y gasoductos -rubro en donde existe un rezago de 15 a 20 años-, lo que ha ocasionado accidentes recurrentes, en especial derrames de crudo, lo que a su vez ha provocado graves daños ambientales. De hecho, algunos oleoductos tienen una antigüedad de 40 años. De acuerdo con estimaciones de especialistas, la empresa necesita una inyección de recursos de entre 15 y 20 mil millones de dólares para apuntalar su infraestructura, ello sin contar con las inversiones en exploración, explotación y distribución que la compañía necesita para seguir operando.

Por otra parte, la economía de México ha perdido terreno durante la administración del presidente Vicente Fox. De 150 países en vías de desarrollo, 120 experimentaron en su economía alza superior a la del país. Peor aún, el promedio de crecimiento del producto interno bruto durante este sexenio (1.9 por ciento) ha sido inferior a las tasas registradas en los gobiernos de los ex presidentes Carlos Salinas de Gortari (3.8 por ciento) y Ernesto Zedillo Ponce de León (2.9 por ciento). Evidentemente, en esta situación los gastos sociales son los más perjudicados: por ejemplo, en 2006 el presupuesto para la Secretaría de Educación Pública se reducirá en mil 400 millones de pesos respecto al año anterior.

Ante este panorama y la debilidad financiera de Pemex cabe preguntar dónde han ido a parar las millonarias ganancias logradas por la paraestatal y quién se ha beneficiado con estos recursos públicos. Si el gobierno no hace nada para rescatar a Pemex, tarde o temprano la empresa dejará de rendir frutos, sumiendo a la economía nacional en una profunda crisis de difícil solución.

 
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