Usted está aquí: jueves 15 de diciembre de 2005 Sociedad y Justicia Firman bases de un acuerdo por la ciencia y la tecnología

Diputados y científicos dirigen texto a candidatos y sociedad

Firman bases de un acuerdo por la ciencia y la tecnología

La investigación, al límite de la sobrevivencia, advierten

RENATO DAVALOS Y ROBERTO GARDUÑO

La investigación científica y tecnológica en México se encuentra al "límite de la sobrevivencia" a causa de la permanente caída del presupuesto destinado a esa actividad básica, razón por la cual la Academia Mexicana de Ciencias y la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Diputados firmaron las bases del acuerdo nacional por la ciencia y la tecnología, con objeto de incrementar los recursos para la generación de conocimiento, fomentar la competitividad, rescatar a las ciencias sociales y a las humanidades, y asumir un nuevo modelo de desarrollo nacional que combata el centralismo.

El documento, dirigido a los líderes de los partidos, a los candidatos presidenciales, Felipe Calderón (PAN), Andrés Manuel López Obrador (PRD), Roberto Madrazo Pintado (PRI) y Patricia Mercado (Alternativa Social Demócrata), así como a la opinión pública, fue presentado por el presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, Octavio Paredes; el representante de la Red de Consejos Estatales de Ciencia y Tecnología, Juan Sánchez Ramírez, y los integrantes de la Comisión de Ciencia y Tecnología de San Lázaro, Julio César Córdoba (presidente), Marcela Guerra, María Eloísa Talavera y Rafael López.

El texto refiere que el Presupuesto de Egresos de la Federación 2006 se caracteriza por mantener una tendencia decreciente en los recursos asignados a ciencia y tecnología, razón por la cual, señala, en los últimos cinco años México perdió competitividad, con una caída acentuada de 23 lugares y más de siete posiciones, según el índice de competitividad del Foro Económico Mundial. Asimismo, señala, el comportamiento del gasto de inversión en ese rubro va en sentido contrario frente a los desajustes generados por el proceso de restructuración en el país.

Frente a esas circunstancias, refieren los signantes de las bases del acuerdo nacional -que se espera sea firmado definitivamente en el primer trimestre del año próximo-, en lugar de acortar la posibilidad de alcanzar la meta de uno por ciento del producto interno bruto (PIB) actual, como aprobó el pleno de la Cámara de Diputados también se aleja la cifra de 2 y 3 por ciento del PIB para desarrollo de la ciencia y la tecnología.

"Este descuido se refrenda, y constatamos que en el gobierno actual se ha puesto escasa atención al rejuvenecimiento de la planta de investigación, a su fortalecimiento y ampliación. El programa de consolidación de grupos de indagación sólo ha alcanzado 34 por ciento de lo obtenido por el gobierno zedillista y, de igual manera, no se ha creado ningún centro para tal propósito, se han cancelado o entorpecido programas que habían dado buenos resultados y se ha aplicado una desatinada política que requerirá de esfuerzos adicionales para recuperar el tiempo perdido".

La insuficiencia de recursos ha generado retos como el de fortalecer los fondos para generar conocimiento, enriquecer la planta de investigación, otorgar becas, afianzar la infraestructura de ciencia y tecnología, aplicar programas de posgrado de calidad, abrir centros de investigación y dar continuidad a aquellos programas que hayan demostrado su pertinencia, por lo que se propone un acuerdo con cuatro lineamientos básicos:

Una visión restringida al corto plazo es incompatible con la definición moderna de ciencia de calidad. Como ha argumentado en repetidas ocasiones la comunidad científica, por medio de la Academia Mexicana de Ciencias, la UNAM, la UAM, el Cinvestav y la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Diputados, la actividad científica es crucial para detonar las capacidades y los talentos en todas las facetas de la vida nacional, desde la formación de especialistas para la industria y la sociedad, hasta el gobierno.

En ese sentido, los mecanismos impositivos para fomentar la competitividad en todos los niveles, con base en el conocimiento, deben integrarse a un sistema nacional de innovación moderno y dinámico, y orientarse a expresar y fortalecer las cadenas de suministro, la consolidación de los recursos humanos y la creación de valor. Esa estrategia es fundamental para afianzar la capacidad de las empresas mexicanas en el mundo global. "Se trata de detener el deterioro del sector industrial y manufacturero; impulsar el sector servicios, creando de manera sostenida empleo y riqueza, y con ello los impuestos que requiere el gobierno".

La propuesta resalta que debe rescatarse a las ciencias sociales y a las humanidades como instrumentos idóneos para retomar el diseño de nación que los mexicanos anhelamos, "fortalecer las instituciones y sus valores y, por ende, la gobernabilidad. Esta nueva visión de futuro debe constituirse desde los distintos niveles: local, regional y nacional".

Y en el cuarto lineamiento se refiere que en medio de la transición democrática nacional, es necesario asumir un nuevo modelo de desarrollo que combata el centralismo y haga frente a los retos de la globalidad, la actividad científica y tecnológica, así como la innovación, sólo pueden constituirse en factores de bienestar si tienden a la reducción de las asimetrías y responden a las necesidades de los territorios.

 
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