Usted está aquí: jueves 15 de diciembre de 2005 Mundo Avanza la integración latinoamericana

Angel Guerra Cabrera

Avanza la integración latinoamericana

Mientras Estados Unidos sufre los embates de su decadencia como superpotencia imperialista, América Latina y el Caribe se le van de las manos sin que pueda hacer nada eficaz por impedirlo. Los acontecimientos que apuntan en esa dirección suceden cada vez con más frecuencia del Bravo a la Patagonia y los últimos días no han sido la excepción.

Aunque silenciada por los grandes medios de comunicación, la segunda cumbre de los países integrantes de la Comunidad del Caribe (Caricom) y Cuba, celebrada en Bridgetown, capital de Barbados, tuvo gran significación en términos de abogar por un orden internacional completamente distinto al vigente. La cumbre ratificó y se congratuló por la ruta emprendida por el Caricom y Cuba desde la primera reunión de ese tipo, celebrada hace tres años en La Habana, que perseguía profundizar sus lazos políticos, económicos, comerciales y de cooperación.

En la actualidad la mayor de las Antillas participa en solidarios programas educacionales, culturales, de salud y deportivos con sus hermanas caribeñas, además de formar en sus centros de estudios personal calificado procedente de ellas. Más de mil 900 ciudadanos de países del Caricom se han graduado en Cuba de distintas disciplinas, de los que 487 son médicos, y 3 mil 818 cursan estudios en la actualidad, mil 311 de ellos en facultades de medicina. A la vez, en países del Caribe trabajan mil 142 cooperantes civiles cubanos, incluyendo 475 en el campo de la medicina. Mediante la Operación Milagro 10 mil 449 caribeños han recuperado la visión en Cuba.

Estudian en Cuba mil 449 jóvenes haitianos, de los cuales 475 egresarán médicos. Con una de las tasas de mortalidad infantil y de incidencia del sida más altas del mundo, lo que más necesita la patria de Toussaint Louverture son médicos capaces de desarrollar amplios programas sanitarios, no soldados extranjeros como los impuestos tras el golpe de Estado fraguado por Estados Unidos y Francia.

La cumbre Caricom-Cuba aprobó la Declaración de Bridgetown, que marcha a contracorriente del pensamiento neoliberal y de la conducta bandidesca practicada por Estados Unidos en el mundo particularmente después del 11/S, rescatando conceptos indispensables para una convivencia universal civilizada. Así, destaca su compromiso con la Carta de la ONU, el multilateralismo y los principios fundamentales del derecho internacional, incluidos "el respecto a la soberanía y la igualdad jurídica de los estados, la no intervención y la no injerencia en los asuntos internos, la prohibición de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales, el respeto a la integridad territorial, la solución pacífica de las controversias y el derecho soberano de los ciudadanos de cada país a decidir libremente su sistema e instituciones políticas en condiciones de paz, estabilidad y justicia". El documento ahonda en una postura hereje cuando se pronuncia por fortalecer los olvidados y pisoteados principios acordados en 1974 en la Asamblea General de la ONU relativos al establecimiento de un Nuevo Orden Económico Internacional y a la Carta de Deberes y Derechos Económicos de los Estados, uno de cuyos promotores principales, entonces, fue México. La cumbre condenó el bloqueo a Cuba y solicitó a Estados Unidos que proceda a la extradición a Venezuela del terrorista Luis Posada Carriles, autor intelectual de la voladura de un avión comercial cubano con 73 pasajeros a bordo, precisamente sobre aguas de Barbados, anfitrión de la cita. Los gobernantes caribeños acompañaron a Fidel Castro a rendir honores a los mártires de aquel día en el monumento erigido en su memoria en Bridgetown.

Simultáneamente, lejos del Caribe también se hacía historia. Venciendo la tenaz oposición de Washington, los países del Mercosur acordaban el ingreso de Venezuela al mecanismo de integración regional, lo que significa un trascendental paso hacia su fortalecimiento con el aporte de los hidrocarburos venezolanos y la visión estratégica de Hugo Chávez. Con Venezuela en el Mercosur el camino de una integración latinoamericana no subordinada a Estados Unidos teje sus hilos desde el Caribe con Petrocaribe hasta las hermanas repúblicas de la zona austral de nuestra América.

A la vez, un aluvión de votos colocará a Evo Morales a la puerta de la presidencia de Bolivia el próximo domingo, otro paso relevante hacia una América Latina que se sacude el yugo neoliberal y marcha hacia su integración soberana.

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