Usted está aquí: viernes 9 de diciembre de 2005 Estados Masacran a dos niñas para ''retirar al demonio''

Vecinos de Pénjamo intentan linchar a los homicidas

Masacran a dos niñas para ''retirar al demonio''

MARTIN DIEGO RODRIGUEZ CORRESPONSAL

Penjamo, Gto., 8 de diciembre. En un acto ''de salvación'' y para ''retirar al demonio'' del lugar, una familia vecina del paraje El Calabozo, en plena sierra de este municipio, asesinó brutalmente a dos menores de edad, una de apenas siete meses y la otra de 13 años.

La familia es encabezada por el abuelo, José Pérez Durán. Según testimonios, hace 25 años decidieron vivir apartados de la civilización en un sitio que ellos mismos llamaron El Calabozo, ubicado a 15 kilómetros de la comunidad más cercana. Sólo se puede acceder a ese lugar a pie, por un estrecho camino a medio trazar.

Según el director de la policía municipal de Pénjamo, Ramiro Luna Méndez, una denuncia anónima dio aviso del doble crimen la tarde del miércoles. Indicó que la bebé fue mutilada de las extremidades, degollada y le sacaron las vísceras, mientras la adolescente, identificada sólo por las iniciales JPF, fue encontrada atada de pies y manos, con el rostro totalmente desfigurado.

Los asesinatos se perpetraron en un patio común que compartían tres familias que habitaban en igual número de casuchas, donde también se hallaron restos de aves de corral, cerdos y cabras, animales sacrificados a la misma hora que las niñas, según las investigaciones preliminares de la policía ministerial.

Este jueves, los integrantes de las familias de las menores, quienes aceptaron haber participado en ''una misa para santificar el nombre de la Virgen María, y expulsar al demonio de las niñas''', rindieron su declaración preparatoria en las agencias segunda y tercera del Ministerio Público del fuero común.

La diligencia fue difícil, pues Josefina Gutiérrez Gutiérrez y su esposo José Luis Pérez Hernández (padres de la bebé), así como Reynaldo Pérez Hernández y su concubina Hermenegilda Frausto López (progenitores de la niña mayor), apenas balbuceaban frases incoherentes, y responsabilizaban a un demonio que, aseguraron, entró en sus hogares para poseer a sus hijas, a quienes asesinaron.

José Pérez Durán y María Guadalupe Hernández González, abuelos de las víctimas e identificados como patriarcas de la comuna, ratificaron que participaron en el crimen '''porque las niñas nos querían matar. Ellas, las dos, se convertían en perros, en cerdos, en guajolotes, y nos pegaban, nos querían matar. Por eso las matamos''.

Aunque aún no hay dictamen sobre el caso, la Procuraduría General de Justicia del estado determinó que los 18 miembros de las familias que habitan en el paraje El Calabozo son presuntos responsables del doble homicidio. Mientras tanto, permanecen en las instalaciones de la cárcel municipal.

Fuera del lugar donde se practicaron las diligencias, ciudadanos de Pénjamo pretendieron ingresar por la fuerza a las instalaciones del Ministerio Público para linchar a los homicidas. Para contener a los manifestantes fue necesario el apoyo de la policía municipal.

 
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