Cabilderos cuestionan ante las principales empresas europeas la eficacia del acuerdo
Revelan conjura de Exxon-Mobil y Bush para destruir el Protocolo de Kyoto
Utilizan el costo financiero de la implementación del documento para tratar de bloquearlo
Ampliar la imagen Activistas realizaron una manifestaci�n Montreal para protestar contra el calientamiento global. La protesta coincidi�n la realizaci�e la cumbre de la ONU contra el cambio clim�co FOTO Ap Foto: Ap
Montreal, 7 de diciembre. Un ambicioso plan del gobierno estadunidense de George Bush y las trasnacional Exxon-Mobil para destruir el apoyo de Europa al Protocolo de Kyoto sobre el cambio climático ha salido a la luz. El proyecto, que se intenta vender a empresas como Ford Europa, Lufthansa y el gigante alemán RWE de servicios básicos, salió al descubierto en momentos en que 189 países intentan acordar la segunda etapa de Kyoto en la conferencia de la ONU sobre el clima, en esta ciudad canadiense.
Ideado por un grupo de cabilderos financiado por ExxonMobil, la mayor compañía petrolera mundial y feroz opositora a las medidas contra el calentamiento global, el plan busca conjuntar a grandes consorcios internacionales, académicos, grupos de deliberación, comentaristas, periodistas y cabilderos de toda Europa en una poderosa agrupación que acabe con el apoyo europeo al tratado.
Los documentos revelan la forma en que operaría la llamada "Coalición Europea para una Política Sensata sobre el Clima". Tendría su base en Bruselas y pondría documentos anti Kyoto, voceros expertos, consejo detallado y redes a disposición inmediata de cualquier político o empresa que deseara cuestionar la conveniencia de seguir adelante con Kyoto y su demanda de recortar emisiones de dióxido de carbono en las naciones firmantes.
El proyecto fue elaborado por Chris Horner, alto funcionario del Instituto de Competitividad Empresarial y veterano activista contra Kyoto y las evidencias de cambio climático. Horner, cuyo grupo ha recibido casi mil 500 millones de dólares de ExxonMobil, está convencido de que tal coalición de presión tendría "éxito" en influir sobre Europa, como lo ha hecho con el gobierno de Estados Unidos. Cree que las debilitadas economías del viejo continente tendrían dificultades en afrontar los costos de cumplir las metas de Kyoto. Y en particular ha descubierto algo de lo que cree que la mayor parte de Europa no se ha percatado aún: la mayoría de los 15 signatarios originales del protocolo -Gran Bretaña es la excepción- están en riesgo de no cumplir sus metas de reducción de dióxido de carbono para 2010. Y conforme a los términos del tratado, se harán acreedores a enormes multas por esa omisión, en términos de metas mucho más altas de reducción en la segunda etapa. Según Horner, sería un costo inaceptable para esas economías.
Debate legítimo
Horner ha estado buscando apoyo de trasnacionales europeas. "En Estados Unidos -escribe en una carta promocional dirigida a un consorcio-, una coalición informal ha contribuido a evitar la adopción de un programa estilo Kyoto manteniendo una voz racional en la sociedad civil y procurando un debate legítimo sobre economía, ciencia y política en relación con el clima. Este modelo debe ser emulado para guiar esfuerzos similares en Europa, enfocados en los costos económicos y sociales de la agenda de Kyoto."
La noche de este miércoles, grupos ambientalistas desenmascararon el plan. Kertt Davies, coordinador de la campaña de Greenpeace sobre el clima, la cual obtuvo los documentos, señaló: "Esos son los esquiroles del gobierno de Bush y de Exxon y similares. Andan tras bambalinas realizando su trabajo sucio. Es evidente que ahora extienden sus esfuerzos a Europa, donde tratan de socavar el impulso para resolver el calentamiento global".
Si bien no hay nada ilegal en el cabildeo, los documentos arrojan luz sobre los bien financiados esfuerzos para influir en altos niveles de las empresas europeas. Los ambientalistas afirman que esta campaña es similar al notorio cabildeo llevado a cabo durante los noventas para minar el respaldo a Kyoto dentro de Estados Unidos.
Abordado por The Independent, Horner confirmó que el documento de estrategia es el borrador de una presentación que envió a la empresa RWE. Defendió con vehemencia sus esfuerzos y dijo que sencillamente promueve un punto de vista, como hace Greenpeace. "No les envidio lo que hacen, pero ellos sí envidian lo que hago yo." Al preguntársele si le parecía apropiado que un gran consorcio petrolero estadunidense financiara esfuerzos para presionar a empresas europeas, contestó: "Todo el mundo lo hace".
Sin embargo Horner, también dirigente de la Coalición Cabezas Frías, la cual cuestiona la evidencia del calentamiento global, aseguró que sus esfuerzos por influir en la opinión europea no han prosperado. Indicó que RWE no ha acogido las sugerencias que le hizo, y que otras compañías también rechazaron sus ideas. "No sé por qué les sorprende lo que hago. Lo que a mí me sorprende es que no esté funcionando."
Más de 40 grupos de presión
Tanto Ford como RWE confirmaron haber invitado a Horner a exponer sus ideas ante representantes de la empresa en Bruselas en febrero pasado. Bill Andrews, vocero de RWE, informó: "Se reunió con nosotros y otras empresas alemanas en Bruselas. Bruselas es la capital de la Unión Europea y mucha gente se reúne ahí. Desde entonces no hemos tenido contacto con él".
La coalición de Horner no es ni con mucho la única que recibe dinero de la industria petrolera para desafiar a la ciencia en torno al calentamiento global. Este verano, un reporte de la revista estadunidense Mother Jones enlistó un total de 40 grupos de presión que han recibido financiamiento de ExxonMobil y buscan minar el consenso científico de que la actividad humana es un factor causante del cambio climático.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya