Usted está aquí: jueves 8 de diciembre de 2005 Mundo Es la ocupación de EU lo que nutre la violencia en Irak: John Murtha

Ya no libran una guerra contra el terror, sino contra la insurgencia, sostiene el legislador

Es la ocupación de EU lo que nutre la violencia en Irak: John Murtha

Aunque costará más sangre, vale la pena luchar por la democracia en el país árabe: Bush

DAVID BROOKS CORRESPONSAL

Ampliar la imagen John Murtha, congresista dem�ta que ayer en una rueda de prensa en el Capitolio reiter� llamado al retiro de las tropas estadunidenses de territorio iraqu�y cuestion�s "avances" que argumenta el jefe de la Casa Blanca para permanecer en Irak FOTO Reuters Foto: Reuters

Nueva York, 7 de diciembre. Uno de los legisladores más influyentes sobre política militar reiteró hoy su llamado a un retiro de las tropas estadunidenses de Irak como la única opción a lo que califica de insurgencia contra la ocupación estadunidense de ese país, y con ello lanzó otro golpe potencialmente mortal contra el esfuerzo de la Casa Blanca por persuadir al país de que logrará la "victoria" total en su guerra.

John Murtha, representante demócrata conservador, condecorado veterano militar de dos guerras y uno de los políticos más cercanos a la cúpula militar estadunidense, provocó un sismo político el 17 de noviembre al pronunciarse por un retiro de las tropas de Irak, con lo cual estalló una guerra sobre la guerra en Washington, la cual la Casa Blanca ha intentado sofocar intensamente desde entonces.

Esta mañana el presidente George W. Bush sólo ofreció otro de sus discursos sobre la "victoria" que se logrará en Irak, el mismo que ha repetido varias veces durante las últimas dos semanas, en parte en respuesta al debate provocado por Murtha, al reiterar que este es el frente principal en la "guerra contra el terrorismo".

Bush, como lo hizo el vicepresidente Dick Cheney ayer, resaltó los "logros" y avances en capacitar a las fuerzas de seguridad iraquíes, en la democratización del país, y la reconstrucción de su infraestructura, y aunque concedió algunos problemas, hizo énfasis en los avances en el rubro económico del país. Como siempre, Bush repitió que "los terroristas han dejado en claro que Irak es el frente central en su guerra contra la humanidad. Entonces tenemos que reconocer a Irak como el frente central en la guerra contra el terror".

La descalificación

Pero Murtha rechazó esa caracterización. En conferencia de prensa en el Capitolio unas pocas horas después, descalificó casi punto por punto los llamados indicadores de progreso citados por el presidente en todos estos rubros. Pero fue su conclusión la que más espanta a la Casa Blanca; que esta no es una guerra contra el terror, sino contra una insurgencia, que en Irak ya no es posible una victoria militar y que la ocupación estadunidense es lo que nutre la violencia en Irak.

"Irak es una insurgencia", afirmó, y acusó al gobierno de Bush de negarlo, ya que "están en una ilusión sobre lo que está ocurriendo en Irak". Agregó que "pensamos que los combatientes extranjeros son sólo siete por ciento -tal vez un poco más, o poco menos- una proporción muy pequeña de la gente involucrada en la insurgencia son terroristas", afirmó.

Señaló que las fuerzas de Al Qaeda en el país no son más de siete por ciento de las fuerzas en ese país, y que por lo tanto es absurdo aceptar la posición de la Casa Blanca de que un retiro dejaría a Irak en las manos de estos "terroristas". A los que advierten que se provocaría una guerra civil, Murtha respondió que eso ya era una guerra civil, y "estamos ahora en medio de ella".

"Cuando dije que no podemos lograr una victoria militar, es porque los iraquíes se han volteado contra nosotros", afirmó. Por eso, señaló, la única opción es retirar las tropas del territorio, desplegar algunas en la periferia en otros países para responder a amenazas "terroristas" reales o posibles ataques contra Estados Unidos. "Somos los ocupantes y es así como nos perciben", dijo al citar encuestas que registran que 80 por ciento de iraquíes desean el retiro de la presencia militar estadunidense.

Murtha dijo estar convencido que eso resultaría en "menos terrorismo, habrá menos peligro para Estados Unidos, y habrá menos insurgencia una vez que nos salgamos". Repitió que su propuesta es lograr el retiro de las tropas estadunidenses en seis meses, redesplegar algunas en países de la periferia y reabrir el canal diplomático para estabilizar la región y recuperar el prestigio estadunidense en el ámbito mundial.

Aunque pronosticó que el gobierno realizará un retiro de proporciones mayores el próximo año, dijo que mantener la presencia militar estadunidense continuará provocando problemas críticos, y advirtió que un general le comentó que de continuar por la vía militar, esto duraría unos 20 años más.

Al responder a críticas de algunos de sus colegas de que decir que no se puede ganar esta guerra es minar la credibilidad de un presidente que aún tiene tres años más en el poder, Murtha respondió: "¿Minar su credibilidad? ¿Qué ha dicho que le dé credibilidad? Dijo que había un vínculo con Al Qaeda. Dijo que había un vínculo con armas nucleares. Dijo que había armas biológicas, químicas ahí. Acaba de decir que hay progreso... yo no veo ese progreso que ve él".

Señaló que el público ya no acepta el argumento del presidente, "y están cambiando de opinión, creo yo, porque creen que han sido engañados".

Y demostró, con gráficas, datos que ponen en duda los avances hoy citados por Bush, subrayando la carencia de agua, la falta de electricidad, y el número de incidentes violentos, entre otros indicadores, como muestras de un desastre.

Murtha representa una amenaza política para la Casa Blanca no sólo por ser durante décadas una de las voces más pro-militares en el Congreso -apoyó la guerra al inicio, así como muchas operaciones militares en el pasado- sino por sus vínculos cercanos con los oficiales de mayor rango en las fuerzas armadas del país. Por lo tanto, analistas consideran que manifiesta el sentir de una amplia gama de los altos mandos que no pueden, o no se atreven, a expresarse en público.

De hecho, en un momento señaló que "estoy basando esto sobre la información que tengo de los militares, de la gente con la que hablo... los generales con los que hablo, los generales retirados con los que hablo, y están igual de frustrados que yo sobre lo que está ocurriendo".

Una vez que Murtha abrió la puerta, otros líderes demócratas se atrevieron a pronunciarse más firmemente contra la política bélica de Bush en Irak, incluyendo la líder de la minoría demócrata en la Cámara, Nancy Pelosi, y el presidente del Partido Demócrata, Howard Dean. Pelosi indicó que más de la mitad de los representantes demócratas apoyan la posición de un retiro.

Sin embargo, esto ha causado una división interna. El Washington Post reportó hoy que varios legisladores demócratas no desean sumarse a declaraciones como la de Dean de que no se puede ganar la guerra en Irak, en parte por temor de que eso pudiera provocar problemas electorales el año entrante. Los comentarios hechos por Murtha hoy continuarán provocando este debate no sólo entre legisladores y la Casa Blanca, sino entre el llamado partido de oposición.

La guerra en Irak, advirtió hoy el presidente, costará más sangre pero según él, vale el sacrificio para derrotar al "terrorismo" y hacer florecer la democracia y la libertad. Mientras tanto, en Washington las encuestas registran cada vez más que le creen al presidente y a su gente cada vez menos. En parte por ello, como la realidad en el terreno de la guerra, los políticos (y al parecer los generales) están cada vez menos dispuestos a justificar ese sacrificio.

 
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