Usted está aquí: jueves 8 de diciembre de 2005 Política Supervisa Vicente Fox la marcha del programa Paisano 2005

En Zacatecas el Presidente interroga a varios connacionales que regresan al país

Supervisa Vicente Fox la marcha del programa Paisano 2005

Los migrantes "hacen grande la economía de México con sus transferencias", dice

ROSA ELVIRA VARGAS Y ALFREDO VALADEZ ENVIADA Y CORRESPONSAL

Ampliar la imagen El presidente Vicente Fox reportea a una familia de migrantes en Zacatecas, durante una supervisi�el programa Paisano 2005 FOTO Notimex Foto: Notimex

Morelos, Zac. 7 de diciembre. Katy Bautista se fue hace tres años a California donde trabaja como niñera. Sólo que tras de sí dejó, en Querétaro, a su propia hija de tres años, a la que desde entonces no ve. Ella es apenas un ejemplo de los miles de "héroes'' a los que hoy el presidente Vicente Fox acudió a dar la bienvenida a su regreso al país en esta época decembrina.

En esta entidad, una de las mayores expulsoras de migrantes del país, el mandatario exclamó emocionado: "¡Qué sería de la economía de Estados Unidos sin el trabajo de los mexicanos!, perderían varios puntos en productividad y en competitividad''.

Y no se detenía ahí para mostrar su orgullo por la contribución de la mano de obra migrante. "La verdad es que nuestros queridos paisanos hacen grande la economía de Estados Unidos, hacen grande la economía de México, también, con sus transferencias''.

Sin embargo, en sus diversos diálogos con los paisanos, las preguntas sobre su condición migratoria o las circunstancias que los orillaron a dejar el país en busca de empleo no se escucharon.

Como lo había adelantado en sus promocionales de televisión, el titular del Ejecutivo acudió a verificar personalmente el funcionamiento del programa Paisano 2005. Llegó hasta el punto carretero ubicado en este municipio -al lado de una caseta de peaje- y ahí se dedicó a entrevistar a jornaleros agrícolas, albañiles, lavadores de coches, obreros...

Fox buscaba romper el hielo. Primero habló con Javier Agustín Huerta, quien venía con varios familiares desde California. Había salido el lunes por la mañana y apenas hoy, con su Ford del año 2000, se encontraba en Zacatecas rumbo a Querétaro.

Reportaba todo sin novedad en las aduanas, y el Presidente les inquiría sobre su empleo, antigüedad, sistema de envío de dinero a sus familias, lugar de origen. Y les mandaba saludos a los que "se quedaron aquí'', especialmente a Rosita, la esposa de don Javier.

Luego se encontró con un guanajuatense, migrante interno, comerciante en Ciudad Juárez.

-¿Y ahí, en qué chambeas? -le preguntó el mandatario.

-Vendo botas, como usted.

-¡Eso! ¡Buen negocio!

-Botas El Paisano, se llaman.

-¿Y te las embarcan de acá de León?, ¿se venden bien?

-Sí, bastante.

-Han de estar baratas...

-Más baratas que las suyas sí..., le reviró Juan Posada.

Ya vencida la timidez, otro de la familia Huerta también respondía con viveza.

--Trabajo en la construcción, informó a Fox.

--¿Maestro de pala? -se interesó el mandatario.

--Seguramente. Como todos los mexicanos....pero nomás no me vaya a pisar porque no traigo zapatos (y le mostraba sus guaraches con calcetines para aguantar el largo viaje).

Luego entraban al tema de la familia, y el hombre de la albañilería, reseñaba:

-¿Familia? Tengo cinco... según; tengo 10 meses que no los veo.

-¡Quién sabe cuántos más encuentre! -respondía Vicente Fox sumado a la carcajada general de los presentes.

--Más vale más decir algo que quedar callado, apuntaba el otro. Y luego causaba el regocijo presidencial cuando comentó que nunca le había ido tan bien como ahora en su viaje de regreso por vacaciones. Tanto, que el mandatario pedía de inmediato: "¡Atención, atención!'' y le pedía repetir esa expresión, para él, la muestra clara de la buena marcha del programa Paisano.

"Qué bueno que así sea porque se lo merecen. Estamos obligados a darles ese buen servicio; estamos obligados a castigar a cualquier autoridad que no los trate con dignidad, con el aprecio que les tenemos todos porque ustedes son grandes hombres y grandes mujeres. Qué sería de la economía de Estados Unidos sin los mexicanos...'', apuntaba.

Luego se encontraba con Katy Bautista, quien ya entrada en confianza hasta la pedía un avión a Fox para llegar pronto a ver a su hija, porque "¡ya me anda por verla!''.

El mandatario se comunicó telefónicamente al número 800 instalado por el gobierno para atender a los migrantes, y antes de partir se detuvo a un lado de la caseta de peaje para preguntar directamente a los automovilistas por el trato que han recibido en los caminos de México.

Pero también aprovecharon el momento los diputados locales zacatecanos -migrantes además- Manuel de la Cruz (PRD) y Román Cabral (PRI) para denunciar la lentitud y burocratismo en los trámites de importación temporal de vehículos.

Y se quejaban también de la insuficiente información del Instituto Federal Electoral sobre el derecho al voto de los mexicanos en el extranjero, pues sólo hay 2 mil registros para ejercer ese derecho, cuando se esperaban 4 millones.

 
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