La ciudad de las damas de Cristina de Pizán, "obra primigenia del feminismo", cumplió 600 años
Aleyda Aguirre "Sentada un día en mi cuarto de estudio, rodeada toda mi persona de los libros más dispares, según tengo costumbre, ya que el estudio de las artes liberales es un hábito que rige mi vida, me encontraba con la mente algo cansada, después de haber reflexionado sobre las ideas de varios autores. Levanté la mirada del texto y decidí abandonar los libros difíciles para entenderme con la lectura de algún poeta. Estando en esa disposición de ánimo, cayó en mis manos cierto extraño opúsculo, que no era mío sino de alguien que me lo había prestado. Lo abrí entonces y vi que tenía como título Libro de las Lamentaciones de Mateolo . Me hizo sonreír, porque, pese a no haberlo leído, sabía que ese libro tenía fama de discutir sobre el respeto hacia las mujeres". Así comenzó la lectura de la "obra primigenia del feminismo" La ciudad de las damas , de Cristina de Pizán, en la carpa instalada a un costado de la Torre II de Humanidades de Ciudad Universitaria. Feministas como Marcela Lagarde, Olga Bustos, Patricia Duarte, Marina Fe y Griselda Gutiérrez, acudieron a la celebración de los 600 años de esta publicación, mismos que fueron enmarcados en el Día internacional contra la violencia hacia las mujeres . También asistieron catedráticos/as, estudiantas y estudiantes. Fueron 12 horas casi continuas de lectura. Sin embargo, la concurrencia escaseó, apenas una decena de personas para una carpa que esperaba, al menos sentadas, unas 100 gentes. Patricia Castañeda, coordinadora del Programa de Investigación Feminista del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, área organizadora de la lectura íntegra, afirmó que ésta era una idea novedosa que a todo mundo le había gustado y lamentó la escasa participación, argumentó que en Europa y Estados Unidos la lectura de obras completas se hace con relativa frecuencia pero "en México no tenemos todavía esa cultura". A esto habría que sumarle que el nivel de lectura en nuestro país es de menos de dos libros por año, de acuerdo con la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana. La ciudad... es un documento que tiene una enorme valía porque muchas de las ideas que expresa en él Cristina de Pizán "son absolutamente contemporáneas", dijo Castañeda. A lo largo de todo el texto hace un recuento de las aportaciones de filósofas y artistas, mujeres que incursionaron en la ciencia, descubridoras, entre otras, todas ellas, personas que vivieron en el siglo XIII, tiempo en que se publicó la obra. A un costado de la carpa, grupos de estudiantes de secundaria, pasaban indiferentes a la voz metamorfoseada de Cristina de Pizán, se perdían de la discusión que la autora tenía con los grandes filósofos de la época, con los grandes maestros, donde les demostraba "que sus obras son parciales y no expresan la presencia de las mujeres y sobre todo que desconocen, ignoran, niegan, lo que ellas en su época habían logrado, avanzado”, tal como lo explicó Castañeda. "Quienes acudieron a este acto de lectura, se llevan el gran asombro de ver que la lucha feminista tiene más años de los que mucha gente quiere reconocer y sobre todo que las demandas siguen siendo vigentes y esto pudiera ser un poco desalentador para mucha gente en términos de que después de siglos seguimos en las mismas, yo creo que no, yo creo que justamente recuperar la obra de autoras como Cristina de Pizán es parte de toda esta mirada cada vez más profunda, de mayor rastreo histórico, de mayor recuperación que han emprendido muchas feministas y que empieza a cuajar y a modificar la idea de que el feminismo nació ayer" explicó. Afirmó que ha habido muchos cambios para las mujeres, aunque no dejó de reconocer que tenemos graves problemas y que la modernidad "todavía tiene muchas deudas con nosotras", la violencia hacia las mujeres sigue siendo una realidad cotidiana de la que cada vez tenemos más información y está más visibilizada. La lectura del libro concluyó: "Alegraos apurando gustosamente el saber y cultivad vuestros méritos. Así crecerá gozosamente nuestra Ciudad. Yo, Cristina, que me puse a vuestro servicio, os pido, damas mías, que rezéis por mí para que Dios, que me concedió la gracia de vivir en este mundo, me otorgue siempre el perseverar en mi esforzado servicio y me acoja luego en la Ciudad Celeste. Que extienda a todas nosotras la gracia de gozar la eternidad. Amén”. Fue la tarde del 25 de noviembre, DíaInternacional contra la violencia hacia las mujeres. El documento puede conseguirse en su segunda edición, bajo el sello de editorial Siruela.
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