Usted está aquí: lunes 5 de diciembre de 2005 Política Cae 40%el número de trabajadores que reciben reparto de utilidades

Empresas utilizan "contabilidad creativa" para anular ese derecho: investigador

Cae 40%el número de trabajadores que reciben reparto de utilidades

PATRICIA MUÑOZ RIOS

En los pasados cuatro años se ha desplomado 40 por ciento el número de trabajadores que reciben reparto de utilidades. En los hechos, ese derecho se está anulando debido a prácticas contables de las empresas, el incremento de la economía informal y la desaparición de las prestaciones en muchas compañías.

Un análisis elaborado por Huberto Juárez Núñez, investigador de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México, indica que se ha incurrido en el abuso de mecanismos contables para que las empresas no otorguen ese derecho.

Indica que se está utilizando "contabilidad creativa" para que las firmas no contemplen el pago de ese beneficio a los trabajadores, de forma que ya es mínimo en el país el número de trabajadores que lo reciben.

"Los trabajadores mexicanos han visto cómo sus prerrogativas para acceder al derecho constitucional de participar en las utilidades de las empresas se ha deteriorado mucho más que en la década pasada", y las razones son el estancamiento en la mayoría de las ramas industriales que se registra en este sexenio; las reformas a los procedimientos fiscales, y el uso discrecional que han hecho las gerencias sobre ese punto, explica.

Añade que en los años 80 el reparto de utilidades fue una percepción muy importante para complementar los ingresos anuales de los trabajadores, y permitió en esa década la mejora de vivienda y la modernización y equipamiento de los hogares.

Fue en los años 90 cuando se empezó a identificar la aparición de problemas relacionados con el ejercicio del derecho a las utilidades, ya que debido a la inestabilidad económica se hizo muy complicado para los trabajadores saber si en efecto las crisis recurrentes generaban pérdidas. Además, en las gerencias se hizo evidente que las declaraciones a Hacienda fueron elaboradas con el propósito de disminuir las utilidades o para hacer aparecer pérdidas fiscales.

Pero fue en el actual sexenio cuando eso llegó al límite, ya que como producto de los cambios en la Ley del Impuesto Sobre la Renta y las resoluciones sobre la miscelánea fiscal "las empresas prácticamente desaparecieron el derecho de entregar la declaración anual a los sindicatos".

Además de ello, se flexibilizaron las prácticas contables sobre determinación de utilidades, a grado tal que inclusive ahora se permite a las gerencias ajustar partidas hasta el punto de que por este procedimiento "podemos encontrar en México empresas sanas, en expansión y con evidentes procesos de capitalización de utilidades, que sin embargo se han declarado sistemáticamente con pérdidas fiscales", indica Juárez Núñez en su estudio.

Hace notar que esta situación se complementa con el hecho de que han proliferado las empresas prestadoras de servicios de mano de obra, las cuales operan como negocios sin activos y sin producción, cuyos trabajadores laboran en realidad en otra compañía que sí tiene producción y, por tanto, es más rentable y tiene utilidades. Sin embargo, al cierre del ejercicio resulta que la prestadora de servicios únicamente tiene pérdidas y los obreros no pueden acceder a las utilidades de la empresa para la cual laboraron, porque en ésta no están contratados.

Es decir, las empresas y el propio gobierno han encontrado la fórmula para abaratar e inclusive desaparecer dicha prestación, que fue fundamental en décadas pasadas para el avance económico del sector laboral y que ahora está en extinción, porque las compañías ya ni siquiera se sienten obligadas a entregar información real sobre sus utilidades, concluye el análisis.

 
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