Usted está aquí: domingo 4 de diciembre de 2005 Cultura FUSILERIAS

FUSILERIAS

Alfredo C. Villeda

El telón de Rabelais

EL DEBATE SOBRE quién debe ostentar la representación mayor de las letras francesas revivió este año con la publicación de la obra más reciente de Milan Kundera, El telón. Esta polémica -junto con la relativa al ruso: Dostoievski o Tolstoi- surge de cuando en cuando ante la preminencia que en otras lenguas tienen asegurada algunos autores, como Cervantes en el caso del español, Shakespeare en inglés, Goethe en alemán y Dante en italiano.

KUNDERA RECUERDA en el capítulo "El provincianismo de los grandes" una encuesta que organizó un periódico parisiense en 2000 para que el establishment intelectual del momento eligiera los 10 libros más notables de la historia de Francia y de ahí saliera una lista de 100. El ganador fue Los miserables, de Víctor Hugo, pero una de las cosas que más enfureció al narrador checo es que su querido Rabelais figurara hasta el decimocuarto sitio, ¡tres detrás del general Charles de Gaulle!

LA LISTA CONTIENE más sorpresas (Stendhal en el sitio 22, Flaubert en el 25, Balzac en el 34... Apollinaire no figura), por lo que Kundera se asoma al recurrente debate sobre los grandes en cada lengua y concluye: "Veamos, ¡para los suyos Rabelais está desprovisto del aura del fundador! No obstante, para todos los grandes novelistas de nuestro tiempo es, junto con Cervantes, el fundador de todo un arte, el de la novela".

LA TRADICION LITERARIA francesa, con un siglo y medio de auge incesante (el XIX y la primera mitad del XX, sin olvidar antes a Molière, Montaigne y Descartes, entre otros), parece ahora recogida sí por autores que escriben en esa lengua, pero no originarios del país. Michelle Houllebecq puede ser el escritor nacional más leído en la actualidad (algunos lo consideran sólo best-seller), pero difícilmente puede ser comparado con el marroquí Tahar Ben Jelloun, el albanés Ismaíl Kadaré o el propio Kundera, todos ellos radicados en París, publicando directo en el idioma de la nación que los acogió y leídos en gran parte del mundo.

EL TELON, EDITADO en español por Tusquets, configura una trilogía que Kundera comenzó con El arte de la novela, publicado en México por el sello Vuelta de Octavio Paz, y prosiguió con Los testamentos traicionados, que si bien ganó un premio europeo al mejor ensayo sobre música del año de su publicación, en 1996 o 1997, tiene ligas sólidas con la literatura.

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