Figuraciones
Ampliar la imagen Er�a, una de las fotograf� de V�or Flores Olea incluida en su exposici�e im�nes digitalizadas, que hoy se inaugura a las 12 horas en la Casa del Lago, primera secci�el Bosque de Chapultepec
Alrededor de 130 imágenes integran esta exposición en la Casa del Lago de la Universidad Nacional Autónoma de México. Las imágenes fueron elaboradas por medio cibernético y son el resultado de una exploración lúdica que he practicado ya por más de dos lustros.
Ni de lejos el arte está determinado por la tecnología, pero es necesario aceptar que sus específicas expresiones están vinculadas a la técnica. El descubrimiento del fresco revolucionó la pintura del Renacimiento, y otro tanto ocurrió cuando se encontró el procedimiento para fijar imágenes (luces y sombras) en el papel, o cuando se halló que además las imágenes podían tener movimiento por medio de la cinta cinematográfica. Descubrimientos e innovaciones tecnológicos que han hecho posible que la fotografía y el cine asuman también su condición artística.
Así ocurre con las computadoras: estas no únicamente sirven para el almacenamiento de datos y para llevar a cabo complicadas operaciones matemáticas, o para organizar los millones de señales que requiere la comunicación moderna, sino que representan ya una nueva y poderosa herramienta para crear arte.
A pesar de que hasta el momento las imágenes de computadora han servido sobre todo a fines comerciales, debe reconocerse también que cada vez hay más intentos de expresión artística por la vía digital. Es decir, debe afirmarse el indudable valor de la computadora como instrumento de creación artística, lo que permitirá definir cada vez con mayor precisión el signo distintivo de su lenguaje, su singularidad irremplazable.
No debe perderse de vista, sin embargo, que todo trabajo artístico tiene que ver con el juego y la exploración. Es también un divertimento y un espacio lúdico. Antes de que la sonata se convierta en pieza musical el compositor ''juega" con las notas, aun cuando sea de una manera controlada.
Otro tanto ocurre en el caso del arte por computadora: en mi caso personal, transité de la fotografía al intento lúdico (pruebas y contrapruebas) de crear imágenes digitales con carácter propio, es decir, que no pudieran construirse a través de otro medio. ¿Su valor? Soy el último autorizado en opinar. Pero el hecho es que vivimos en este tiempo un proceso de expansión acelerada de las imágenes creadas por medios digitales, del cual surgen, por supuesto, inéditas interrogantes que darán lugar a nuevas respuestas y definiciones.
De una cosa no tengo duda: el desarrollo de este nuevo intento de arte sólo resultará del esfuerzo combinado de muchas personas, de muchos artistas. Lo importante ahora, como lo veo, es el estímulo y la curiosidad, y someter al juicio de los demás, al ojo y a la sensibilidad de los otros, el resultado de estos ensayos que en un sentido son perturbadores por su novedad.
Esta exposición en la Casa del Lago está compuesta de cuatro secciones básicas:
1º. Eros en el ciberespacio, que es justamente un divertimento sobre el despliegue posible de Eros en el universo de las imágenes virtuales.
2º. Retrato de familia, reúne imágenes coleccionadas por el autor a lo largo de más de 20 años, que ofrecen como común denominador el ser retratos espontáneos y sin acomodo o preparación alguna: la ventaja de lo inocente sobre los retratos posados.
3º. India en la imaginación: en su origen las imágenes fueron capturadas con película fotográfica blanco y negro, y la experimentación por computadora consistió en añadirles color con el propósito de incorporar a ellas un elemento adicional de novedad, ampliando el interés visual y eventualmente la fuerza que pudieran ofrecer.
4º. Sueños es directamente una exploración onírica que, otra vez, únicamente puede explicarse por la exploración que se atreve sin rumbos predeterminados.
Nada más satisfactorio para mí que esta exposición tenga lugar en un sitio universitario de tanta tradición cultural como la Casa del Lago, que ahora se renueva y vuelve por sus fueros. Posiblemente Juan José Arreola, cuyo nombre lleva esta casa, hubiera dicho al ver las imágenes digitales que ahora presentamos que ''casi" son tan interesantes como el ajedrez. Otra vez el carácter lúdico de los intentos artísticos, que él conoció como nadie y además con rotundo éxito.
Por supuesto, un especial agradecimiento a las autoridades universitarias que hicieron posible esta presentación, en particular a Gerardo Estrada y a los eficientes y conocedores directivos de la Casa del Lago.