Usted está aquí: miércoles 23 de noviembre de 2005 Economía Descartan que en América Latina se detone la próxima crisis financiera global

Se plantea en la Felaban que la región aproveche intercambio de inversiones con China

Descartan que en América Latina se detone la próxima crisis financiera global

Cuestionan falta de estrategia de México luego de ser desplazado como segundo proveedor de EU

ROBERTO GONZALEZ AMADOR ENVIADO

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Miami, 22 de noviembre. La próxima crisis financiera o económica mundial no tendrá como epicentro América Latina. La afirmación, que podría no ser más que un buen deseo, fue defendida tajantemente aquí por Martín Redrado, gobernador del banco central de Argentina. En una región que ha pasado desde hace más de dos décadas por una continua inestabilidad y ha estado sujeta a choques que revierten los avances de los pocos años en que hay crecimiento, existe "un nuevo consenso" de políticas que han propiciado mayor solidez ante choques externos, aseguró el funcionario.

Redrado participó en la clausura de la asamblea anual de la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban), ocasión que aprovechó para decir que en la región "se está generando un nuevo paradigma de estabilidad macroeconómica y financiera" que la hace estar más preparada para absorber los choques.

En este mismo foro se ha planteado que uno de los pasos que debe dar la región es sacar dividendos de China. Ver al país asiático no como una competencia sino como una fuente importante de intercambio de mercancías e inversiones. Con énfasis señalado en los pendientes relacionados con la pobreza e inequidad, los participantes han dado por sentado que el equilibrio fiscal y monetario está dado y que ningún gobierno presente o futuro va a tratar de cambiar ese estado de cosas.

"El centro de la próxima crisis no va a venir de América Latina", expuso Redrado. Habló de que la economía mundial tiene focos rojos que la pueden hacer entrar en crisis, pero ninguno de ellos está encendido en Latinoamérica.

Enumeró: el precio del petróleo se mantendrá elevado por lo menos otros tres años, porque no hay capacidad de refinación suficiente para atender la demanda mundial de hidrocarburos; en los países avanzados puede haber un ajuste en el valor de los activos, sobre todo los inmobiliarios. Y el mayor motivo de preocupación es el desbalance fiscal y en la cuenta corriente de Estados Unidos, que este año llegará a 6 por ciento del producto interno bruto (PIB) y que significa que los estadunidenses gastan 700 mil millones de dólares más de lo que producen. "Lo preocupante no es sólo la magnitud, sino la tendencia, porque se estima que al final de la década el déficit estadunidense será de 10 por ciento de su PIB", añadió.

Citados los puntos de posible conflicto para la economía mundial, Redrado -quien como secretario de Comercio jugó un papel activo en defender las posiciones de los países en desarrollo durante la reunión de la Organización Mundial de Comercio en Cancún en 2003- planteó que América Latina no juega ahora el papel de causante de crisis mundiales, como sucedió con la de México en 1995 o la de Argentina hace tres años.

"Toda la clase dirigente de América Latina acepta el nuevo paradigma de la estabilidad", aseguró. "Y no lo van a cambiar".

Así, dijo que la estabilidad fiscal en la región "llegó para quedarse". El superávit primario -que es la diferencia entre ingreso y gasto público sin contar el pago de los intereses de la deuda- llegó a 2.7 por ciento del PIB regional este año, cuando en 2003 era negativo en 1.3 por ciento.

Hay también, añadió, "un nuevo paradigma monetario", en el que las políticas de control de la inflación son "prudentes, predecibles y transparentes", todas orientadas al objetivo de procurar la estabilidad de precios. A ello se suma la flexibilidad cambiaria en todos los países, que permite que si hay un desbalance el tipo de cambio se adapta con rapidez a las condiciones de la economía.

Con la mira en oriente

China fue objeto también de discusión en este último día de la asamblea de la Felaban, organización que reúne a bancos privados de la región.

La delantera de la región la lleva Brasil, país que se ha logrado colar a la lista de los 10 primeros países que venden productos a China. Otros, como es el caso de México, ha llevado la peor parte.

China desplazó a México como segundo mayor proveedor de mercancías a Estados Unidos y hasta ahora no ha diseñado ninguna estrategia parecida a lo que ha hecho Brasil.

"El gobierno chino acaba de anunciar su plan quinquenal, que hace énfasis en mejorar la calidad de vida de la población, a diferencia del plan anterior que ponía toda la atención en generar crecimiento", dijo Anjalika Bardalai, analista económica que trabaja en China y que participó en una conferencia hoy.

"La brecha de ingresos que se está generando en el país tiene un potencial de causar inestabilidad y el gobierno está preocupado por esto", dijo. "El gobierno tiene metas claras y por eso su nuevo plan quinquenal tiene énfasis en temas como educación y salud".

Mike McDonough, encargado de asuntos internacionales del Banco de Nueva York, dijo que China puede ser una buena oportunidad para los países de América Latina que tengan planes concretos y estructurados para ir a ese país.

 
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