Usted está aquí: viernes 18 de noviembre de 2005 Mundo Critica Castro los "muchos errores" en el liderazgo cubano

El sistema político puede autodestruirse, advierte

Critica Castro los "muchos errores" en el liderazgo cubano

GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL

La Habana, 17 de noviembre. En un discurso que tuvo tramos desacostumbrados de tono personal, el presidente Fidel Castro dijo hoy a la más joven generación de dirigentes que son ellos los responsables de preservar el socialismo en Cuba, criticó los "muchos errores" cometidos en el liderazgo y planteó la paradoja de que el sistema político de la isla puede destruirse a sí mismo, mediante sus "vicios" y "robos", mientras que Estados Unidos no lo lograría por la vía militar.

El mandatario encabezó esta noche un acto cargado de simbolismo. En el Aula Magna de la Universidad de La Habana se conmemoró el sexagésimo aniversario del ingreso del joven Fidel Castro a la carrera de derecho en esa institución. Además de altos dirigentes del gobierno y del Partido Comunista, el auditorio estaba formado en su mayoría por alumnos de enseñanza superior y líderes de la Federación Estudiantil Universitaria.

"Ustedes son los responsables de cómo se puede preservar o se preserva el socialismo", dijo Castro a los jóvenes. Sin embargo, en un tramo más adelante, amplió el destino de sus palabras, para llamar la atención de las organizaciones sociales, los sindicatos, los comités de barrio, las mujeres, los campesinos y los veteranos de la revolución, con esta paradoja: "Esta revolución puede destruirse, los que no pueden destruirla son ellos (Estados Unidos)".

Castro, de 79 años, habló durante más de cuatro horas de pie y con voz enérgica. En forma excepcional, el mandatario se extendió en la crítica del funcionamiento del sistema cubano, con la advertencia de que tiene que corregir sus defectos. La tesis estuvo mezclada en momentos con evocaciones al inevitable relevo generacional y a su propia suerte personal, por lo que el alegato tuvo rasgos de un testamento político.

"Les pido a todos, sin excepción, que reflexionen si puede ser o no irreversible un proceso revolucionario", exhortó Castro y dibujó el escenario de qué pasará cuando las generaciones de veteranos vayan desapareciendo: "Qué hacer y cómo hacerlo, si nosotros, al fin y al cabo, hemos sido testigos de muchos errores y ni cuenta nos dimos. Es tremendo el poder que tiene un dirigente, cuando goza de la confianza de las masas o confían en su capacidad. Son terribles las consecuencia de un error de los que más autoridad tienen y eso ha pasado más de una vez".

"¡Qué metedura de pata!", dijo el líder cubano, cuando recordó la versión difundida en la víspera de que padece mal de Parkinson. Bromeó con el asunto en varias formas, por ejemplo haciendo la señal de que disparaba una pistola, ya con la mano derecha, ya con la izquierda: "¿A ver cómo está el Parkinson?"

Pero no abandonó los referentes centrales, para recordar una decisión política que es conocida por los cubanos: que en el caso de su muerte, todos los resortes de la sucesión están aceitados. "Tenemos medidas tomadas y previstas, para que no haya ninguna sorpresa. Nuestro pueblo debe saber qué hacer en cada caso".

En el amplio catálogo de críticas, Castro citó la existencia de "parásitos que no producen nada", el expandido mercado negro, la desigualdad social, el burocratismo y el despilfarro de recursos.

"Hubo quienes creyeron que con métodos capitalistas iban a construir el socialismo", dijo el líder cubano. "Ese es uno de los grandes errores históricos, pero no quiero hablar de eso".

"El más importante error era creer que alguien sabía de socialismo, que alguien sabía cómo se construye el socialismo", agregó Castro, sobre la historia reciente cubana.

 
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