Se desploma la venta de pollo en el DF
Miedo por la gripe aviar; ''las aves están sanas y sin virus alguno'': distribuidores
Ampliar la imagen Pese a la baja en los precios del pollo las ventas en el Mercado de San Juan, y en otros centros de distribuci�siguen en desplome. Las bodegas se ven repletas de aves FOTO Jos�arlo Gonz�z Foto: Jos�arlo Gonz�z
Ampliar la imagen Vendedores de pollo realizan campa�ara informar que el producto est�ibre del H5N1 FOTO Jos�arlo Gonz�z Foto: Jos�arlo Gonz�z
Martín Miranda es uno de los llamados "hombres de tijera" que destazan en ocho segundos un pollo y lo convierte en 10 pequeños pedazos: muslo, pescuezo, patas, pechuga y pierna, piezas que minutos después aparecen en los mercados del Distrito Federal. Su destreza de poco le sirve en estos días porque los bajos volúmenes de ventas del ave -según el administrador de la Distribuidora de Pollo Nuevo San Juan, Felipe Olalde, la caída rebasa 40 por ciento- le ha impuesto un nuevo ritmo lento y tedioso.
Nadie, desde el trabajador que saca el pollo de una montaña de hielo en el contenedor hasta el encargado de los locales, duda que las bajas ventas se deben "al miedo a la gripe de pollo (influenza aviar); dicen, pero es mentira", declara Carlos Barrera, encargado de Síson Pollos, una de las 16 empresas de los distribuidores de pollo Nuevo San Juan, ubicado en la colonia Magdalena Mixhuca.
En éste, que es uno de los principales lugares de distribución de pollo a granel que surten a los mercados de la capital mexicana, los empresarios estimulan a diario la compra del ave mediante la reducción de los precios, pero tal medida no ha tenido el efecto deseado: siguen vendiendo unas 60 toneladas menos y los camiones que transportan los cajones con siete toneladas de pollo alargan cada vez más su permanencia en el Distrito Federal.
"Hay pánico y un ambiente tenso entre la población, que provocó la caída del consumo del pollo", reafirma el administrador de la distribuidora Nuevo San Juan, e insiste en que las ventas se han desplomado debido a que la población tiene desconfianza de consumir el producto.
Caminando por el estacionamiento donde se hallan unas dos docenas de cajones de las principales empresas granjeras (Tyson, San Antonio, Pilgrim´s Pride, Bachoco y Patsa), miles de pollos enterrados aún entre el hielo, amontonados en las taras -especie de pequeños carretones manuales-, colgados desnudos a lo largo de los locales o destazados, Felipe Olalde reconoce que ''el rumor y la mala publicidad'' por la gripe del pollo ''le ha pegado duro a las ventas'', porque el consumidor no tiene información sobre el virus y cree que podría contaminarse.
Pone ejemplos: "los distribuidores quieren levantar el volumen de ventas; por eso se propusieron bajar el precio y dar seguridad a nuestros clientes de que el pollo mexicano no está contaminado, como en Asia. La reacción de los compradores no fue la esperada; muchos decían que los precios bajaban porque el pollo estaba enfermo".
A la distribuidora de pollo Nuevo San Juan llegaban un promedio de 20 camiones diarios con sus respectivos cajones con siete toneladas de pollo cada uno, enterrado en un banco de hielo. Vienen de Coahuila, Querétaro, Durango, Guanajuato y Veracruz al Distrito Federal, el principal consumidor de ave en México. Desde hace dos meses la entrada de camiones se redujo a unos 10 diarios.
La histeria por la presunta presencia de gripe en el pollo mexicano no ha provocado el cierre de negocios en la capital mexicana; hasta ahora tampoco han sido despedidos empleados, aseguran los distribuidores.
A Nuevo San Juan siguen llegando diariamente los 700 comerciantes de pollo minoristas, aunque ahora sus compras se han reducido a casi la mitad del volumen que tradicionalmente adquirían. Los sacadores de pollo -que viven en una montaña de hielo desde las cuatro de la mañana-- conocen muy bien a los minoristas. Saben de memoria cómo cada uno ellos, como es el caso de doña Lupita, han reducido en dos meses el número de pollos enteros que compraban, los kilos de piezas que llevaban y el cerro de vísceras que adquirían.
Miedo y desinformación
"Antes vaciábamos una caja (contenedor) diaria de pollo, hoy nos cuesta dejar limpio uno cada dos días", cuentan angustiados Filiberto Huerta y Carlos Barrera, dos de los encargados de la distribución del producto en Nuevo San Juan, quienes recuerdan una plática con un cliente:
-¿Su pollo está enfermo?
-No, señora, aquí no hay gripe de pollo.
-Se ve con gripe -insistió ella.
La respuesta fue contundente: -Señora, la enfermedad está en Asia, aquí es la Magdalena Mixhuca.
El miedo por la influenza aviar se ha extendido por todo el país como un cáncer difícil de curar. La desinformación sobre las dos cepas vigentes de la también llamada gripe del pollo (H5N1, con riesgo para el ser humano, y H5N2, sin riesgos) genera entre la población especulación y miedo a consumir carne de pollo.
El temor aumentó cuando el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) detectó en 31 granjas avícolas de la Comarca Lagunera, entre los estados de Coahuila y Durango, casos de influenza aviar de baja patogenicidad (H5N2), que no pone en riesgo la vida del consumidor.
El temor aumentó cuando el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) detectó en 31 granjas avícolas de la Comarca Lagunera, entre los estados de Coahuila y Durango, casos de influenza aviar de baja patogenicidad (H5N2), que no pone en riesgo la vida del consumidor.
La Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) confirmó que la detección del virus H5N2 provocó el sacrificio de alrededor de 50 mil aves.
La confirmación de la dependencia hizo que las ventas del pollo iniciaran una brusca tendencia a la baja en la Comarca Lagunera, región que ocupa el quinto lugar en producción nacional de huevo y el tercero en carne de pollo.
El Senasica decretó un cerco de 110 kilómetros de diámetro para evitar que el virus se extienda. Cabe recordar que en el año 2000 la enfermedad de Newcastle velogénica viscerotrópica (ENVV, por sus siglas en inglés) afectó severamente a la Comarca Lagunera, pues obligó al sacrificio de 14 millones de aves y dejó en el desempleo a 5 mil trabajadores de granjas avícolas.
El administrador de pollo de Nuevo San Juan, Felipe Ignacio Olalde, asegura que la carne mexicana está libre de cualquier virus de la influenza aviar; "el pollo mexicano es sano y bueno, todos debemos consumirlo sin ningún miedo".
Se basa, dice, en que existe una norma en México que prohíbe importar productos avícolas de países donde se registre esa enfermedad. La prohibición la aplican el Senasica y la Sagarpa.
Para comercializar pollo se tiene que cumplir con una normatividad establecida tanto por la Secretaría de Salud, como por la Sagarpa, por lo que desde 1993 se han emitido más de 12 normas oficiales mexicanas.
La sicosis entre la población por la posible presencia de la gripe de pollo mantiene preocupada a la Unión Nacional de Avicultores (UNA), que insisten en que el consumo de pollo en México sigue normal, "pues la gripe aviar sólo ha afectado a aves de Europa y Asia", pero reconocen que los expendedores del producto argumentan que sus ventas han disminuido.
La preocupación es mayúscula, y por ello la UNA contrató diversas empresas para que hagan un estudio de campo que determine cuál es el impacto que se tiene en la percepción del consumidor nacional, pues considera "preocupante que ese padecimiento afecte el mercado" nacional.
El estudio tiene como objetivo conocer el grado de información del consumidor sobre el virus de influenza aviar de alta patogenicidad (H5N1) y el de baja patogenicidad (H5N2).