Prioridad a municipios afectados, exigen alcaldes
La devastación en el sureste acrecentará la ola migratoria
Veracruz, Ver., 12 de noviembre. Los huracanes Stan y Wilma arrasaron el patrimonio de miles de familias, lo que generará en los próximos meses una ola migratoria hacia otras entidades del país y Estados Unidos sin que haya capacidad de los gobiernos federal y estatales para frenar el fenómeno, advirtió la Asociación de Autoridades Locales de México, que aglutina sobre todo a gobiernos municipales emanados del PRD.
La alcaldesa de Santiago Tuxtla, Yazmín Copete Zapot, vicepresidenta de la organización, recordó que los meteoros afectaron los estados de Chiapas, Oaxaca y Veracruz, además de Quintana Roo y Yucatán, donde se modificó el mapa de la pobreza extrema, pues ahora "decenas de miles viven de la caridad pública: los que tenían poco, ahora ya no tienen nada".
Por ello llamó a los integrantes del Congreso, para que en el Presupuesto de Egresos de la Federación del próximo año se modifique el esquema de distribución de recursos y se dé prioridad a aquellas entidades federativas y municipios devastados por los meteoros.
Prioridad, reconstrucción en municipios
"Lo esencial es que se trabaje directamente con los ayuntamientos, que son los que enfrentarán las consecuencias de la po-breza, porque muchas veces en las participaciones federales los estados se quedan con los pesos y a nosotros nos mandas los centavos", dijo.
Indicó que el rediseño presupuestal es una medida que tendrá efecto a mediano plazo, pero lo inmediato "es reforzar el programa de reconstrucción, empleo temporal y un esquema urgente de apoyo alimentario a los campesinos, para tratar de evitar que los campos y los pueblos se vacíen, porque la gente decidirá emigrar si no tiene qué comer".
Insistió en que entre diciembre y febrero en muchas entidades y municipios del país tendrá lugar un proceso de migración, como consecuencia directa de la devastación generada por los huracanes.
"Muchos van a aprovechar el retorno de paisanos en la temporada invernal para irse con ellos; este fenómeno rebasará a las autoridades locales y federales, que no tendrán la capacidad de detenerlo, como ha ocurrido en años anteriores", reiteró.
Copete Zapot señaló que los huracanes no sólo afectaron la infraestructura pública, como carreteras, hospitales y escuelas, sino que destruyó el patrimonio de miles de familias (viviendas, cosechas, sembradíos, hatos ganaderos e inclusive la misma tierra), pues en muchas regiones fueron "borrados" poblados pequeños.
"Se perdió lo esencial, y lo peor es que la gente ni siquiera tiene qué comer. Hay un grave problema alimentario, que se agudizará, pues se perdieron cosechas que eran destinadas al autoconsumo", dijo.