CIUDAD PERDIDA
Quedó en mito la unidad del PRD
Regateo mezquino a un anuncio esperado
Culpas y errores
A LAS 10 de la mañana del viernes que pasó, un grupo de hombres ligados por la historia, y por su propio quehacer a las tareas de izquierda en este país, se ahorraron el anuncio que se esperaba: la unidad en torno a la candidatura de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República.
SERIA POR eso, seguramente, que el acto fue fallido, deslucido y, en algunos momentos, mentiroso. Fuera del grupo bien conocido, en una buena parte del PRD y de la gente de la ciudad y el país se quería escuchar, por fin, un discurso que alentara la unidad.
POR AHI, un tanto timorata, en algún discurso se habló de la posibilidad, pero desde la mesa principal las miradas duras esterilizaron la propuesta que terminó en nada, como concluyó la reunión: sin mayores atractivos. La espera fue inútil.
FUERAN POCOS o muchos, los asistentes a la reunión eran los mismos. Por decirlo de alguna manera, eran ese 18 por ciento del PRD que, una y otra vez, ha perdido elecciones en el país.
Y POCOS parecían esas luces para alejar las sombras del fracaso con que ha cargado la izquierda en sus intentos por gobernar a México, aunque siempre serán necesarias para impulsar un nuevo esfuerzo que permita llegar con plenitud al poder.
POR ELLO, de mayor importancia era hacer a un lado la mezquindad, para lanzar el mensaje esperado, aquel de ir juntos por una causa, pero no fue así, la necesidad levantó barricadas infranqueables por el momento y la unidad en el PRD quedó en mito.
LUEGO, RAPIDAMENTE, llegó la respuesta. Grupos con y sin partido, atentos a lo que sucediera en aquel acto y listos a sumarse a una candidatura común, pintaron su raya y dejaron que los vetos y las prohibiciones de la histórica mezquindad se ahogara.
PERO MAS que nada, lo que sucedió el fin de semana pasado es para ponerse a pensar. El Partido de la Revolución Democrática está dividido, y esta desunión no es como las de antes. No se trata nada más de una diferencia.
AHORA LOS problemas han escalado hasta la sinuosa cima de las grandes culpas, de los terribles errores. ¿Dónde estaban las voces de la izquierda del desayuno cuando la derecha atacaba a todo el PRD con la canallada del desafuero?
LAS PALABRAS han recordado hechos vergonzosos que no era necesario traer a la contienda, y las actitudes exhibieron diferencias que calaron hasta las raíces de ese partido. Hay una parte del PRD que se niega a la reconciliación, que aborrece el acuerdo y que pone en peligro a la organización partidista.
CONFIRMAN ALGUNOS perredistas, testigos de este proceso de descomposición, que todas las posibilidades por encontrar una forma de acuerdo entre las partes en conflicto se quemaron conforme el tiempo político se fue estrechando.
Dicen que sí, que aún hay posibilidades de construir puentes, pero que las oportunidades cada vez son más escasas. Muchos buscan la unidad, otros van pavimentando el sendero de la derrota.
La respuesta
A LA mitad del día de hoy, el precandidato a la jefatura de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubon, dará respuesta a las acusaciones que le lanzó el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas el fin de semana pasado.
NO SE puede esperar que a la metralla se le responda con margaritas, pero por encima de todo, tendrá que prevalecer la lucha por llevar al partido del sol azteca a un lugar por encima de los conflictos creados por el interés personal.
ES SEGURO que los militantes del PRD esperan, también, el gesto, la señal que borre las amenazas de división. Esos militantes esperan la respuesta al denuesto, pero quieren saber del antídoto contra la destrucción.