Será recordado como defensor de la Constitución y promotor del derecho de amparo
Falleció el jurista Ignacio Burgoa
Profesor emérito de la UNAM, libró las más diversas batallas en favor de la legalidad
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En el velorio del reputado constitucionalista; hoy se le rendir�omenaje en la UNAM FOTO Mar�Mel�rez Parada
Foto: Mar�Mel�rez Parada
El abogado Ignacio Burgoa Orihuela, ''gran divulgador del amparo y los derechos constitucionales en México", como lo definen sus colegas, falleció este domingo a los 87 años en su domicilio, a causa de un infarto masivo.
El reputado constitucionalista se fue, sin embargo, sin cumplir su mayor sueño: ser ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
Egresado de la otrora Escuela Nacional de Jurisprudencia de la UNAM, Burgoa Orihuela se tituló de abogado el 14 de marzo de 1940 con la tesis La supremacía jurídica del Poder Judicial de la Federación en México.
En abril de 1951 aceptó el nombramiento de juez de distrito en materia administrativa, cargo que desempeñó hasta el 12 de junio de 1954, cuando decidió abandonar las filas del Poder Judicial federal.
En mayo de 1974 obtuvo el grado de doctor en derecho de la UNAM, con mención honorífica y la más alta distinción, magna cum laude. El 8 de abril de 1987 el Consejo Universitario lo nombró profesor emérito de la Facultad de Derecho, instancia donde impartió cátedra durante más de 50 años.
El respeto al estado de derecho, su consigna
Las batallas jurídicas que libró tuvieron variopintos intereses políticos y sociales, pero siempre partió de su convicción de la defensa de la legalidad y el estado de derecho.
En entrevista con La Jornada, su amigo y continuo colaborador, el también constitucionalista Raúl Carrancá y Rivas, expresó que con Burgoa Orihuela murió ''uno de los juristas más grandes que ha tenido nuestro país en las últimas seis décadas, por su gran entereza moral, vinculada a un corazón ardiente, lleno de pasión y de bondad, todo al servicio de un ideal superior, que es la defensa de la justicia''.
En 1999, con apoyo de Carrancá y Rivas, el jurista asumió la defensa de las instalaciones de la UNAM, que durante varios meses permanecieron tomadas por integrantes del Consejo General de Huelga. Ambos académicos presentaron denuncias penales en la Procuraduría General de la República contra los presuntos responsables de esa acción. El recurso concluyó con el encarcelamiento de varios jóvenes.
Tres años más tarde, el abogado asumió la defensa de los ejidatarios de San Salvador Atenco, estado de México, quienes se opusieron a la pretensión oficial de instalar en sus tierras un nuevo aeropuerto.
Para el jurista, esa opción era inviable e inconstitucional, por lo que elaboró una petición de amparo en favor de los quejosos.
En los últimos cuatro años, el profesor emérito de la UNAM destacó por sus férreas críticas al gobierno panista de Vicente Fox, a quien en marzo de 2004 le dirigió una carta en la que sostuvo que durante su gobierno se han ignorado preceptos constitucionales en diversas acciones.
Incluso, el año pasado, durante la conferencia magistral La responsabilidad constitucional del presidente de la República -convocada por la Comisión de Participación Ciudadana de la Cámara de Diputados-, Burgoa Orihuela consideró que no basta la investidura para la legitimidad de un presidente: debe además cumplir con sus obligaciones.
Entonces refirió que el jefe del Ejecutivo, al momento de asumir el cargo ante el Congreso de la Unión, jura guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes que de ella emanan, comprometiéndose a observar la norma, pero Fox "no ha escuchado a sus asesores o necesita unos nuevos".
En noviembre del año pasado, el abogado asesoró a la Cámara de Diputados en la controversia que los legisladores presentaron en la Corte contra el presidente Fox por el tema de las observaciones al presupuesto.
La postura del jurista era que el mandatario no podía impugnar la decisión de los legisladores sobre el presupuesto para 2005, ya que implicaría violar la Constitución. Sin embargo, la SCJN dio la razón al Ejecutivo federal.
Pero Burgoa Orihuela también llegó a criticar al Congreso de la Unión. En 1997 propuso en un acto académico en el Senado incrementar los requisitos para ser diputado, a fin de que lleguen a la máxima tribuna los mejores ciudadanos, ''no improvisados e ineptos''.
El abogado recomendó entonces incluir dos requisitos adicionales para llegar al Congreso: haber cursado cuando menos el bachillerato y tener fama pública en el distrito respectivo.
''Llegan a la Cámara de Diputados algunos que no saben escribir ni expresarse. Cuando menos que sepan hablar, aunque no sean oradores, pero que sepan escribir y tengan conocimientos mínimos en las distintas ramas de la ciencia y de las artes'', aconsejó.
En el Poder Legislativo, añadió en esa ocasión, se requieren personajes que sepan legislar, que tengan experiencia en los distintos sectores de la sociedad, ''no líderes callejeros que nada más injurien y conviertan las sesiones en verdaderos circos''.
Pero los juicios más duros contra ese poder los expresó en abril pasado, cuando el perredista Andrés Manuel López Obrador fue desaforado. Entonces consideró que los diputados, erigidos en jurado de procedencia, se extralimitaron en sus funciones constitucionales al haber retirado la inmunidad constitucional al actual precandidato perredista a la Presidencia.
El abogado fue también duro crítico de la forma en que se han desempeñado en los últimos años varios ministros de la SCJN, órgano colegiado del que nunca tuvo la oportunidad de formar parte, a pesar de que en reiteradas ocasiones manifestó su deseo de desempeñarse como ministro.
La mañana de este lunes la UNAM le rendirá un homenaje de cuerpo presente en las instalaciones de la Facultad de Derecho.