Critican el manejo del caso de la unidad Cuajimalpa
Académicos: la UAM, en crisis institucional
La Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) se enfrenta a una crisis de conducción institucional que se expresa, de "manera sumamente grave", en el caso de la unidad Cuajimalpa: un terreno en litigio y otro en el que no se pueden construir aulas y laboratorios; 187 millones invertidos en este último, a pesar de que el uso del suelo de ahí no permite construcciones; además de una denuncia contra el rector general, Luis Mier y Terán, y el secretario general, Ricardo Solís, ante la Auditoria Superior de la Federación (ASF) por uso indebido de recursos públicos.
A juicio de un grupo de catedráticos que suscribió un manifiesto, esos elementos constituyen un pantano del que no puede salir esa casa de estudios.
Entre los firmantes se encuentran Catalina Eibenshutz Hartmann, Silvia Tamez González, José Blanco Gil, Hugo Aboites Aguilar, Susana Martínez Alcántara, Sandra Compeán Dardón, Irene Sánchez Guevara, Guillermo Michel Sinner, Marina Altagracia Martínez, Luis Ortiz Hernández, Oliva López Arellano, Mariano Noriega Elio y Georgina Gallardo Hernández, quienes agregan que cientos de estudiantes de la UAM han sido enviados a una institución privada -la Universidad Iberoamericana- para tomar allí clases; existe una rectora -Magdalena Fresán- sin unidad, quien junto con sus funcionarios despacha en la institución jesuita; directores de división y jefes de departamento han sido nombrados directamente por la rectoría general o al margen de los procedimientos reglamentarios; falta transparencia en las contrataciones de trabajadores académicos y administrativos, y la imagen de la UAM tiende a convertirse en la de "una institución dispuesta a llenar de cemento una zona boscosa, a pesar de que está legalmente reservada".
Para los académicos, esta situación "no tiene precedente en la historia de nuestra institución", y atribuyen la situación a los rasgos estructurales y coyunturales que han venido caracterizando la conducción institucional de años, y que ahora muestra resultados críticos".
Entre ellos, citan una conducción institucional que no se preocupa por informar. "Mientras la prensa nacional maneja de manera abundante y detallada el tema de la UAM en Cuajimalpa y la oposición de algunos vecinos, la comunidad universitaria ha recibido sólo información limitada y orientada a destacar lo 'positivo', como los carteles que informan de la 'solidaridad' de la Ibero", y afirman que "los reportajes de La Jornada han sido mucho más informativos que la rectoría general, la cual debería estar comprometida con la transparencia y el diálogo".
Advierten que el rumbo institucional, hasta en sus mínimos detalles, es crecientemente un espacio propio de los funcionarios que, a fuerza de no tomar en cuenta otros pareceres, ya está haciendo crisis. "Ni los estudiantes ni sus representaciones, ni tampoco los grupos de trabajadores académicos y administrativos, y menos su representación legal, el Sindicato Independiente de Trabajadores de la UAM, son tomados en cuenta en estos procesos".