Usted está aquí: lunes 31 de octubre de 2005 Cultura La Edad Media recorrió el Centro Histórico y se aposentó en Chapultepec

La caravana, en el contexto de la exposición España medieval y el legado de Occidente

La Edad Media recorrió el Centro Histórico y se aposentó en Chapultepec

En castillo, el "cortejo real" admiró las danzas entre juglares y caballeros andantes

ANA MONICA RODRIGUEZ

Ampliar la imagen Los lugares emblem�cos de la capital fueron testigos de la cabalgata medieval FOTOS Roberto Garc�Ortiz Foto: S Roberto Garc�Ortiz

Ampliar la imagen Los lugares emblem�cos de la capital fueron testigos de la cabalgata medieval FOTOS Roberto Garc�Ortiz Foto: S Roberto Garc�Ortiz

La época medieval se trasladó al siglo XXI e inundó con sus personajes, bailes y música las calles del Centro Histórico para afincarse, finalmente, en el castillo de Chapultepec. Reyes, cardenales, nobles, soldados -moros, judíos y cristianos-, además de bufones y saltimbanquis, causaron expectación entre los capitalinos a lo largo de siete kilómetros de recorrido.

El desfile multicolor, que comenzó antes del mediodía con una serie de danzas en el Zócalo capitalino, donde alrededor de ocho mil personas presenciaron los detalles iniciales del cortejo que prosiguió por la calle de Madero, tomó las avenidas Juárez y Reforma para llegar a su destino final: el Cerro del Chapulín. El cortejo del medievo se realizó para cerrar una serie de actividades artísticas -teatro, juglares, danza y música- en el contexto de la recién inaugurada exposición España Medieval y el legado de Occidente.

La sociedad medieval -representada en la caravana por 300 personas, los 59 caballos vestidos según se acostumbraba en esa época y la participación de las Compañías Nacionales de Danza Clásica y Folclórica- recreó la atmósfera de la Edad Media, incluida la música, con la ejecución de los instrumentos tradicionales de aire y percusión que se escucharon en la plancha del Zócalo, en el desfile y en el célebre castillo.

La calata, Rostiboli, Cupido, Pazienza, Canario, Gagliarda y Rosina, entre otras danzas, fueron admiradas por el público en el corazón del Centro Histórico, donde también se vistió uno de los edificios con accesorios de la Edad Media.

Sobre la calle Madero, la gente saturó las banquetas para observar y aplaudir a los personajes, quienes se dieron tiempo para hacer malabares, brincar y saludar a los casuales espectadores. Incluso algunos personajes también posaron para la tradicional foto.

En el desfile también se dejaron ver algunos niños ataviados a la usanza medieval. Reían y disfrutaban de los bufones, malabaristas y zanqueros, aunque los caballos también eran blanco de su atención. "¿Querías venir no? Ahora sigues caminando", fue la respuesta de una señora cuando su hijo le dijo que estaba cansado.

En el cruce con el Eje Central y al tomar la avenida Juárez, la caravana fue observada por menos gente, aunque el recorrido nunca estuvo solo y llegó acompañada hasta el final. Según estimaciones de Lorenzo Fernández Nieto, mayor director de la primera región de las delegaciones Miguel Hidalgo y Cuauhtémoc, "hubo 30 mil personas durante el recorrido, y en el Zócalo entre siete y ocho mil".

También informó que no hubo ningún incidente y las vialidades que se cerraron al paso del desfile fueron abiertas 10 minutos después.

Cuando el cortejo era esperado en el Angel de la Independencia con canciones que entonó un coro medieval, vestido de azul, apostado en las escalinatas del monumento, cayó una de las saltimbanquis y fue auxiliada por quienes estaban cerca de ella para colocarse nuevamente los zancos.

A la entrada del Bosque de Chapultepec continuó la fiesta. El cortejo -incluidos los caballos-, ya acalorado por el inclemente sol y por las pesadas prendas, entró pausadamente para llegar al último punto del recorrido donde era esperado en lo alto por visitantes, invitados y organizadores del desfile, entre los que figuró la embajadora de España en México, Cristina Barros.

En la explanada del castillo a casi dos horas de que iniciara el desfile, se dejaron ver las tradicionales danzas que eran vistas desde el salón terraza por el rey y la reina, custodiados por un cardenal y soldados, quienes también eran blanco de las cámaras digitales y televisivas.

Manuel Canseco, coordinador de toda la parafernalia medieval, dijo que se trasladaron 6.5 de toneladas de equipo entre accesorios y vestuario para esta ocasión. Colaboraron en el desfile -agregó- charros y diversas asociaciones medievales.

También subrayó la importancia de la exposición, que reúne "piezas que nunca habían salido de España en una muestra creada hace cuatro años para ser presentada en México".

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.