Historias para ser contadas
Las fronteras entre el reportaje periodístico y la novela vendrán a ser cada vez más imprecisas, tal como se ejercitan los dos géneros en esta nueva era de sueños antiguos y espantos renovados en el mundo. No porque la imaginación vaya a quitarle lugar a los hechos que el periodismo describe, sino porque ambos géneros van a prestarse cada vez más muchos de sus recursos. La novela prestará el lenguaje literario y la estructura de una historia bien contada; el reportaje, los ardides de una buena investigación que no se satisface nunca con lo superficial y quiere ir siempre hasta el fondo de las cosas.
De esta espléndida fusión, que tanto ofrece para el futuro de las letras, y no menos ofrece a la avidez del lector, he tenido las mejores pruebas en mi experiencia como jurado este año del premio Ulises, que se concede en Berlín al mejor libro de relato periodístico, tiene segundo y tercer ganadores, y está dotado en total con 100 mil euros. Los 10 miembros del jurado, provenientes de diversas y lejanas partes, convocados por la revista Letra Internacional, nos reunimos la vez primera en Berlín, en agosto de este año, para presentar nuestros candidatos, dos por cada uno, y elegir siete finalistas.
Mis candidatos por América Latina fueron dos libros que historian nuestro pasado más reciente, relatos a través de cuyas páginas descendemos a recorrer nuestros infiernos de apenas ayer: El Silencio, del curtido periodista argentino Horacio Verbisnky, que narra los vínculos de la alta jerarquía de la Iglesia católica con los oscuros procedimientos de la represión argentina bajo la dictadura militar; y Muerte en el Pentagonito, obra de otro sagaz sabueso, el peruano Ricardo Uceda, que desentierra, caso por caso, los centenares de cadáveres dejados por la guerra sucia que el ejército llevó contra Sendero Luminoso desde 1980 hasta los tiempos de Fujimori y Montesinos.
Uceda pasó a la ronda final de los siete, la primera vez que un periodista latinoamericano alcanza este rango en la historia del concurso, y su libro peleó duro en la segunda ronda de las reuniones del jurado celebrada en París, donde por fin fue elegido ganador el libro de la escritora británica Alexandra Fuller Scribbling the cat, (Arañando al gato). Una historia fascinante. El personaje real, que se comporta en las páginas del libro como verdadero personaje de novela, es un mercenario veterano de la guerra de los colonos blancos para retener Rodesia, que tras la independencia pasó a ser Zimbabwe. La autora lo acompaña en un viaje por los viejos escenarios de las otras guerras que también peleó como soldado de fortuna en Zambia, Zimbabwe y Mozambique, en el ocaso colonial de Africa, y el resultado es una apasionante búsqueda para develar el enigma que es el mercenario mismo, enfrentado al abismo de su pasado.
Difícil escogencia. Abdellah Hammoudi es un académico marroquí que enseña en Estados Unidos, y un día decidió emprender la ritual peregrinación a La Meca de los musulmanes para dar cuenta de ella como laico. Su memoria de viaje está contenida en el libro. Une saison à la Mecque (Una temporada en La Meca), fascinante diario de viaje de múltiples relevaciones, fe y burocracia, devoción y corrupción, religión y comercio, describe las impresiones fuertes y sensuales que causan Medina y La Meca, al tiempo que revela aspectos antropológicos, históricos, religiosos y sociales del Islam. Fue la escogencia para segundo puesto.
Otro candidato fue el libro de una muchacha anónima que escribe desde Bagdad, bajo el seudónimo Riverbend, acerca de la vida cotidiana bajo la guerra, desde el primer día de la entrada en Bagdad de las fuerzas de ocupación de Estados Unidos. Es la historia de Irak escrita con ojo crítico por una mujer educada en Occidente; un libro siempre en movimiento y sin término, porque sus crónicas diarias, parte de las cuales forman el libro, siguen publicándose por Internet en el blog que ella tiene abierto. La votación le dio tercer lugar.
Y así. El mar, como un territorio de nadie, en el libro The outlaw sea (El mar sin ley), del afamado periodista estadunidense William Langewiesche. Bandas de piratas que asaltan los barcos en ruta, barcos que desaparecen para siempre, naufragios de viejas naves sin ninguna seguridad, los puertos de desguace donde terminan carneados los barcos.
Bombay, o Mumbay, ciudad increíble e imposible, tal como la describe el joven escritor indio radicado en Nueva York Suketu Mehta, que un día decide regresar a la ciudad de su infancia y lo narra en Maximum city. Bombay lost and found (Bombay, ciudad máxima, perdida y hallada). Nunca tanta gente vivió en un espacio tan reducido. Caos, crimen, mafias, desorden, mendigos, insalubridad, los estudios de cine más grandes del mundo, los restaurantes más exclusivos del mundo, y los que viven en la basura.
Y Von den kriegen. Briefe an dreunde (De las guerras, cartas a una amiga), de la corresponsal de la revista Der Spiegel Carolin Emcke, testimonio elaborado en diferentes escenarios del mundo donde la violencia cobra su precio, guerras y esperanzas perdidas, víctimas, muerte y desolación.
Este es el registro de los temas contemporáneos. Un espejo de la realidad. Guerras y desastres, piratas modernos, caos urbano, intervenciones militares, el peso de los intereses geopolíticos, el recuerdo atormentado de las guerras pasadas, la presencia viva de las represión en la carne de las víctimas. Así es el mundo, así va el mundo. Literatura y verdad. Y la belleza surge de lo terrible.
Guayaquil, octubre 2005.
www.sergioramirez.com