Usted está aquí: lunes 31 de octubre de 2005 Sociedad y Justicia El nacional homeopático, hospital para pobres donde se carece de todo

Pacientes expresan satisfacción con el servicio en el nosocomio, fundado hace 112 años

El nacional homeopático, hospital para pobres donde se carece de todo

Brinda más de 60 mil consultas cada año y sólo cuenta con 63 camas censables

ANGELES CRUZ MARTINEZ

Un foco que proporcionaba calor y una bombilla de plástico accionada por un médico para generar el aire que el bebé necesitaba es lo que mantuvo con vida al recién nacido. Muy cerca de él estaba otro menor también con dificultades respiratorias, que utilizaba el único ventilador disponible en el Hospital Nacional Homeopático (HNH). Ambos debían ser trasladados a otra unidad médica pediátrica, pero en ninguna había lugar disponible.

Situaciones como ésta, ocurrida hace unos días, se viven constantemente en el HNH, donde trabajadores y pacientes sortean carencias diversas; algunas ya casi pasan inadvertidas por el largo tiempo que han estado presentes, como las regaderas del área de hospitalización, que están envueltas con una bata para que al abrir la llave salga "algo similar al chorro de una regadera en buenas condiciones".

Creado en 1893, el HNH proporciona más de 60 mil consultas cada año, registra alrededor de 63 mil egresos hospitalarios y, a pesar de que es un hospital pequeño, con apenas 67 camas censables, la demanda de servicios es cada vez mayor, según reconocen las autoridades en su página de Internet.

A este hospital acuden personas de bajos recursos económicos que no tienen otro lugar adónde ir cuando enferman. "Aquí es más o menos barato -51 pesos la consulta general y de urgencias-, pero el servicio es muy bueno", comentaron algunos usuarios entrevistados en las salas de espera de la consulta externa. "Los doctores la revisan a uno de todo a todo, no como en otros lados, que ni siquiera se te acercan y nomás de lejos quieren adivinar lo que tiene uno mal", comentó una señora.

"Lo malo, agregó, es la falta de espacio. Todo está muy chiquito y es incómodo", dijo la mujer, señalando hacia los consultorios de ginecobstetricia, en uno de los cuales, efectivamente, atienden dos médicos al mismo tiempo, sin ninguna separación ni privacidad.

Lo que distingue al área de consulta externa es su antigüedad, evidente en paredes, puertas, asientos y archiveros. La mayoría de los trámites todavía se hacen a mano. Por todas partes se escucha el típico sonido de las máquinas de escribir mecánicas.

Sólo dos áreas han sido remodeladas: la de urgencias, en 2003, y más recientemente la dirección, a cargo de José Noé Ibáñez Hernández. La oficina del funcionario, recién pintada, tiene el piso de duela, puertas de madera y muebles que nada tienen que ver con los demás del hospital.

Tal vez por no dejar, comentan algunos empleados a La Jornada, también se pintó la fachada del hospital, el cual forma parte de las unidades médicas hospitalarias de referencia de la Secretaría de Salud (Ssa).

Desde hace por lo menos cuatro meses, trabajadores del HNH han señalado las carencias que a diario enfrentan en el abasto de insumos, medicamentos alópatas, material de curación y ropa de trabajo, así como otras irregularidades en el manejo administrativo de la unidad.

A petición del órgano interno de control de la Ssa, los inconformes integraron un expediente con algunas evidencias de los hechos que denuncian, entre otras, reportes de los traslados de neonatos a otras unidades médicas por el insuficiente número de incubadoras y ventiladores en el área de pediatría, con lo que implica cuando en otros hospitales no hay disponibilidad de camas para recibir a los pacientes del HNH, como ocurrió la semana pasada.

La denuncia de los empleados también señala el desabasto de reactivos de laboratorio, a causa del cual las muestras se tienen que enviar a otros hospitales para su procesamiento, o de plano "mejor no se toman".

Durante un recorrido por las instalaciones del HNH, La Jornada constató la precariedad con que se prestan los servicios médicos en esta institución. En el segundo piso de la torre de hospitalización están las camas de cirugía y medicina interna, 10 para hombres y 10 para mujeres, a las que se entra por la misma puerta. La separación por género está dada apenas por una pared, pero para ninguna de las camas existe la mínima posibilidad de privacidad. Situación similar ocurre en el área de ginecoobstetricia, donde las 29 camas disponibles están distribuidas en tres grandes habitaciones.

Respecto a la remodelación del área de urgencias, concluida hace dos años, fue positiva, dicen los empleados, aunque también presenta algunos inconvenientes, como la reducción en el número de salas de expulsión de tres a dos, además de que el limitado espacio en cada una de ellas dificulta las actividades del personal médico y de enfermería en la atención de las parturientas.

La página de Internet del HNH da cuenta de que desde su inicio ha contribuido a la formación de prominentes médicos homeópatas. Aquí, dice, surgió la Escuela Nacional de Medicina que ahora depende del Instituto Politécnico Nacional. Aunque a lo largo de su historia se ha distinguido por la atención del servicio homeopático, los doctores también trabajan con el esquema de la medicina alópata.

La información oficial también señala que el área de influencia del HNH es la zona centro del Distrito Federal, los estados de México, Hidalgo, Tlaxcala y Morelos, que tienen una población usuaria potencial de 90 mil personas.

Los trabajadores entrevistados comentaron que las próximas semanas podrían ser muy complicadas por el oficio que recientemente circula en el hospital, en el que se solicita al HNH que se evite enviar pacientes a los hospitales General de México, Juárez y Manuel Gea González, en proceso de remodelación, lo que limita su capacidad de atención.

 
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